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Opinión

Un aliado del medio ambiente

Conceptos como Green IT, desarrollo sostenible, eco-informática, etc… se están poniendo muy de moda como un valor añadido de las empresas a sus productos en particular y a la sociedad, en general. Sin embargo, ¿sabemos exáctamente qué políticas llevan a cabo las grandes corporaciones para contribuir al mantenimiento del ecosistema? Alejandro Ruiz nos cuenta las de su compañía, AMD.

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Conceptos como Green IT, desarrollo sostenible, eco-informática, etc… se están poniendo muy de moda como un valor añadido de las empresas a sus productos en particular y a la sociedad, en general. Sin embargo, ¿sabemos exáctamente qué políticas llevan a cabo las grandes corporaciones para contribuir al mantenimiento del ecosistema? Alejandro Ruiz nos cuenta las de su compañía, AMD.

 

 

 

 

 

 

 

La solución a los grandes problemas puede empezar por algo modesto. En mi empresa, Advanced Micro Devices (AMD), trabajamos a nivel molecular para dar con respuestas que nos permitan mejorar nuestros chips para ordenadores. Estas mejoras en los chips juegan un cierto papel en la lucha contra el cambio climático, especialmente en el crecimiento de la computación en nube.

 

Como empresa responsable que somos, afrontamos el cambio climático de distintas maneras. Promovemos las comunicaciones como forma de evitar desplazamientos, hemos reducido la emisión de gases de efecto invernadero en nuestras instalaciones, reducimos el consumo de energía y contratamos electricidad «ecológica» siempre que podemos. Trabajamos en pos de un cambio medioambiental cooperando con muchos otros que comparten este interés, entre los cuales se incluyen gobiernos nacionales y regionales de Alemania, Estados Unidos y Japón. De algunos de estos gobiernos hemos recibido el reconocimiento hacia nuestro liderazgo y cooperación.

 

Los compromisos con el medioambiente son importantes en todas las empresas, y nuestro objetivo es el de seguir dedicando nuestros recursos a actuar de forma responsable dentro de nuestras comunidades, tanto en Asia como en Europa o América. Y aunque dichas actividades son significativas en sí mismas, aún quedan muy por detrás de la que es nuestra mayor contribución en la lucha contra el cambio climático.

 

Lo más importante que nosotros podemos hacer con respecto al cambio climático tiene que ver con la actividad principal de la empresa: el diseño de microchips capaces de trasegar con datos y representar gráficos en ordenadores y servidores, cada vez más potentes y más eficientes en el consumo de energía, y que vienen como anillo al dedo a la, cada vez más importante, computación en nube.

 

 

 

 

 

 

 

El papel del cloud computing

 

La computación en nube en la jerga del sector, se refiere al almacenamiento, manipulación y procesamiento remoto de datos sobre Internet, que conecta servidores ubicados en centros de datos con usuarios en todo el mundo. La consultora IDC afirma que para el año 2020 «una parte muy importante del Universo Digital se alojará, administrará o almacenará de forma centralizada en repositorios públicos o privados que hoy llamamos servicios en la nube«. Incluso aquellos datos que no viven en la nube, muy probablemente, en algún momento tendrán que pasar por ella.

Atendiendo a la velocidad a la que crece esta demanda, IDC prevé que los servicios públicos en nube –los que se comercializan para consumidores y empresas- van a crecer un 34% a nivel mundial en 2010, hasta superar los 22.000 millones de USD, y un 98% adicional para el año 2013. Y aquí no se incluyen las nubes privadas propiedad de las administraciones públicas y grandes compañías.

Nuestra Unidad de Procesamiento Acelerado, de próxima aparición y que está actualmente en fase de tests previos a su lanzamiento al mercado, previsto para 2011, supone un avance importante en la arquitectura de microprocesador. Aquí combinamos dos funcionalidades distintas: las propias de una unidad de procesamiento central (la CPU) y las de la unidad de procesamiento de gráficos (GPU), dentro de un bloque unificado, lo que permite acometer tareas intensivas en tratamiento gráfico y de datos de forma conjunta, y con ello conseguir un nivel de eficiencia en el consumo de energía imposible hasta ahora.

La relevancia de nuestro logro se convierte en aún mayor si se tiene en cuenta el contexto de crecimiento de la computación en nube para consumidores, empresas y gobiernos. Por ejemplo, el vídeo actualmente da cuenta de la tercera parte de todo el tráfico de consumidor en Internet, de modo que los chips que sean capaces de procesar vídeo y datos numéricos con más eficiencia serán más útiles para los consumidores y para los operadores de centros de datos que incorporan esos contenidos de video a Internet.

 

 

 

 

 

 


Tecnología para combatir el cambio climático

 

Nuestras mejoras tienen también un papel que jugar en el entorno del sector público. El responsable de Sistemas de Información de la Administración Federal de Estados Unidos, Vivek Kundra, ya manifestó en una intervención pública en abril de 2010 que la computación en nube promete importantes reducciones de costes, y citaba el ejemplo de un departamento en el que la migración de 80.000 buzones de correo electrónico va a contribuir a reducir sus costes en un 66%.

 

La Agenda Digital de la Comisión Europea, adoptada en mayo de 2010 afirma que es necesario adoptar una estrategia conjunta para toda la Unión Europea sobre computación en nube que ponga un énfasis especial en los sectores científico y gubernamental, y declaraba: «La economía futura será una economía del conocimiento interconectada en red, con Internet en su centro«. Y muy importante: reconoce a las tecnologías de información como un factor crítico a la hora de luchar contra el cambio climático.

 

Probablemente usted ya utiliza muchas veces al día la nube en Internet, por ejemplo al realizar una búsqueda, al enviar un correo electrónico, al descargarse libros, leer las noticias, comprar alguna mercancía, ver un vídeo o utilizar las redes sociales. Mucha gente leerá este artículo en la Web, utilizando la nube. El crecimiento futuro vendrá determinado por cosas como un mayor uso de servidores remotos para mejorar la eficiencia energética en los edificios, operar las redes de transporte y distribución, y para el funcionamiento y tarificación de las redes eléctricas.
 

 

 

 

 

 

 

Utilizar la energía con sabiduría

El crecimiento en los centros de datos para responder a la demanda supone que pequeñas mejoras por nuestra parte tendrán un efecto multiplicativo sobre el ahorro. Casi la mitad de la energía utilizada en un centro de datos se utiliza para la refrigeración. Nuestros chips de última generación tienen un consumo energético previsible, pensado para gestionarlo eficazmente incluso durante los picos de máxima carga, y nuestros chips multi-núcleo están diseñados para desconectar los componentes no utilizados, con lo que contribuyen a reducir el consumo de energía y la producción de calor.

Para que podamos conseguir mejoras en la eficiencia que empiezan como logros modestos que después crecen y vuelan alto, es preciso investigar permanentemente, disponer de nuevas herramientas y aplicar una creatividad constante. Para nosotros es una necesidad fruto de la competencia, forma parte de la estrategia de nuestra empresa y es una de nuestras mayores contribuciones en la lucha contra el cambio climático.

 

Alejandro Ruiz Bueno, director de Desarrollo de Negocio para AMD en España y Portugal.

 

Periodista especializada en tecnologías corporate, encargada de las entrevistas en profundidad y los reportajes de investigación en MuyComputerPRO. En el ámbito del marketing digital, gestiono y ejecuto las campañas de leads generation y gestión de eventos.

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