El ‘encanto’ de los CEOs

¿Qué tienen en común Mark Zuckerberg, Steve Jobs y Bill Gates, además de haber dejado la universidad para crear empresas de tecnología y convertirse en multimillonarios? Pues no precisamente su encanto personal, según dicen en ComputerWorld, sino más bien su actitud políticamente incorrecta: decir lo que piensan en los lugares menos adecuados.

Normalmente los directores generales suelen ser como los políticos: dicen lo que la gente quiere escuchar. Pero no es siempre así, al menos, no es éste el caso de Zuckerberg, Gates y Jobs. Hollywood y los medios de comunicación americanos han atacado a la figura del ejecutivo poco amable, sin don de gente y al que se le "calienta la boca" con facilidad. Sin embargo, qué es lo importante realmente: ¿la personalidad de estos directivos o sus cualidades para llevar una multinacional al éxito?

La ofensiva para demostrar (o hacer creer) el supuesto encanto de Mark Zucherberg ha comenzado. El CEO de Facebook ya ha mostrado su lado más amable en el programa de Oprah Winfrey, donde ha anunciado que donará 100 millones de dólares a las escuelas públicas de Nueva Jersey. Sin duda, se trata de un truco publicitario para "humanizar" una figura que se prevé saldrá mal parada en la próxima película "The Social Network", que saldrá en cines el 1 de octubre.

Según ComputerWorld, la película es una crítica a la personalidad de Zuckerberg, que será atacado por cosas que no hizo y palabras que no dijo. Puede ser difícil sentir lástima por un multimillonario de 26 años de edad. Sin embargo, ¿a quién le importa si el comportamiento del CEO de Facebook era bueno o malo en la universidad? ¿Por qué los ejecutivos tecnológicos tienen que tener carisma? se preguntan en el diario.

Jobs: "por favor, déjenos en paz"

El CEO de Apple es otro titán de la tecnología que no destaca, precisamente, por su amabilidad. Hace poco, un estudiante de la universidad de Long Island envió un mail a Jobs quejándose del departamento de comunicación de Apple. Al parecer, había pedido una cita para hablar con uno de sus relaciones públicas para hacer un trabajo de la universidad. Se le negó el encuentro y trató de convencer a Jobs directamente para que se reuniera con él.

A lo que Steve Jobs en un principio respondió: "entre nuestros objetivos no se encuentra ayudarle a usted a sacar buenas notas. Lo sentimos". Sin embargo, el estudiante siguió intentándolo, por lo que Jobs zanjó el tema con una de sus famosas frases: "Por favor, déjenos en paz".

Por ésta y otras salidas de tono, el CEO fue "demonizado" (junto con su rival Bill Gates) en una película llamada "Los piratas de Silicon Valley". En ella, Jobs es representado como un líder megalómano hippy que intimida a sus empleados. Sin embargo, el ex-CEO de Microsoft salió aún peor parado, ya que apareció como el genio que ideó una conspiración para robar las ideas de Apple (ayudado por su hombre de confianza, Steve Ballmer).

Y por supuesto, Gates fue durante un tiempo un demonio industrial hasta que se convirtió en ángel cuando donó miles de millones a obras benéficas relacionadas con la salud y la educación y, por lo más importante, por decir lo que la gente quería escuchar.