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El CEO de Cisco sueña con Skynet

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Chuck Robbins acaba de ser nombrado CEO de Cisco, y lo primero que ha hecho ha sido dibujar ante los medios un futuro en el que todas las cosas (subrayando enfáticamente el «todas») estén conectadas a la red y conectadas entre sí, según informa The Register. No es ni el primero ni el único en imaginarlo, pero sí uno de los pocos que puede ayudar a conseguirlo. Y no será labor para una única compañía. Las más grandes ya hace un tiempo que apostaron por orientar sus pasos hacia ese Internet de las cosas global, y están poniendo mucho dinero y energía en conseguirlo. Por poner un ejemplo, IBM anunció el pasado mes de marzo que invertiría 3.000 millones de dólares y en desarrollar el internet de las cosas.

Cisco, el gran gigante, quiere vender más software y más hardware de red, y la mejor forma de lograrlo es crear grandes redes en las que ellos tengan la posibilidad de llevarse una parte del pastel global de la enorme red mundial. En ese sentido, Robbins quiere que el Internet de las cosas no se limite a frigoríficos que te hacen la compra cuando ven que te vas a quedar sin leche o asistentes personales como Siri o Cortana. En la mente de Robbins la gran red se extiende a aeropuertos, fábricas, centrales eléctricas, hospitales, bancos, trenes, administraciones, empresas, comercios… todo conectado a todo, en todas partes y a todas horas, o lo que es lo mismo, un Skynet en toda regla. Y para empezar el proceso qué mejor que con sus propios clientes.

Fanuc, una empresa dedicada a la creación y desarrollo de sistemas robóticos y automatización industrial ya ha anunciado que usará las soluciones de Cisco, para conectar entre sí las máquinas de las líneas de montaje que tienen repartidas por todo el mundo. El objetivo es disponer de un gran «cerebro» capaz de controlar el buen funcionamiento de todos los robots, analizarlos remotamente, antes incluso de que se produzca la avería, y poder lanzar alertas tempranas a los ingenieros y técnicos. Pero el sistema puede ofrecer mucho más. Cada máquina en cada fábrica, cada proceso en cada cadena de montaje, genera una gran cantidad de datos diariamente que, en lugar de perderse, podrían procesarse y analizarse para tener un mejor conocimiento del trabajo realizado, optimizar el rendimiento, intercambiar información con otras fábricas, con los clientes, los distribuidores, los proveedores, las minas, los suministradores de energía, los de materias primas…

Gran Hermano

En este idílico mundo en el que paseas por un centro comercial y un «Skynet-Gran Hermano global» ya sabe lo que estás buscando y te dirige hacia tu compra en el lugar que cree que es mejor para ti tiene todavía una serie de inconvenientes. Por un lado está la capacidad de procesamiento de los grandes ordenadores y, por otro, la seguridad. La era del silicio está llegando a su fin, la ley de Moore tiene los días contados y las grandes compañías que se dedican a la computación (IBM, Intel y HP por citar algunos) aún están buscando un sustituto eficaz al silicio que permita que alcanzar una capacidad de procesamiento cada vez más rápida y más eficiente. Pero eso no será a corto plazo.

En cuanto a la seguridad, siempre que se solvente el problema anterior, Cisco propone hacer un análisis intensivo del tráfico, para estudiar en tiempo real los patrones de los paquetes de datos. Así, si algún empleado pretende hacer algo no permitido o no ético con la información que maneja, el sistema podría detectarlo anticipadamente. Quien dice un empleado descontento dice un empleado inútil. Claro que a las amenazas internas hay que sumarle los hackeos externos. Robbins habla entonces de máquinas inteligentes capaces de aprender, en este caso no sólo de los humanos, también de lo que hacen otras máquinas. Según Robbins el análisis de tráfico es la solución óptima para la detección precoz de cualquier posible compromiso de la seguridad, y puso como ejemplo el reciente ataque del malware SINful Knock.

Con una conexión global cada máquina se nutriría de lo que aprendiera cualquier otra en cualquier parte del mundo en tiempo real. Con algo así, la seguridad debe cambiar de planteamiento. Ya no hay un lugar concreto que proteger, porque el lugar es todo, y una vulnerabilidad en un sólo punto comprometería al conjunto. Robbins insiste en que Cisco puede conseguirlo, y señala que en la nueva estructura de redes definidas por software todo será programable, convergente y seguro.

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