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Siri, Google Now y Cortana quieren llegar a las empresas

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Apple-Siri

Los asistentes digitales como Siri (Apple), Google Now (Google) y Cortana (Microsoft) han sido, sin duda, la gran revolución en lo que se refiere a las interfaces de usuario, es decir, a cómo el usuario interacciona con sus dispositivos. No es que fuera la primera vez que se empleaba el reconocimiento de voz para «dar órdenes» a un sistema. Sin embargo, la combinación de lenguaje natural, inteligencia artificial y personalización sí que han marcado un cambio muy importante. Recuerdo haber probado sistemas un tanto rudimentarios hace ya bastantes años, y aunque en aquel momento suponía un gran avance, tener que aprender la forma adecuada de hablar con el sistema (verbos en infinitivo, sentencias muy cortas, tono de voz muy monocorde, etcétera) hacían que te sintieras un poco como Tarzán hablando con Jane (o con Chita).

Desde la creación de Siri, que comenzó su andadura en 2007, cuatro años antes del anuncio de su inclusión en los dispositivos de Apple, todos estos sistemas han evolucionado mucho, hasta el punto de haber desarrollado incluso ciertas personalidades. Basta con una rápida búsqueda en Internet para encontrar las mordaces y divertidas respuestas que dan estos sistemas ante determinadas preguntas. Sin embargo, lo más interesante que ofrecen (además de que, gracias al lenguaje natural, puedes hablar con ellos como con una persona normal, no como con un robot) es que aprenden tanto de su experiencia global (no olvidemos que las peticiones a estos sistemas se procesan en la nube) como su conocimiento y aprendizaje sobre cada usuario en concreto.

Y tanto han avanzado estos sistemas, que además ya cuentan con una buena valoración por parte de los usuarios, que ahora su próximo desafío es, como plantea hoy Computerworld, dar el salto al mundo de las empresas. Muchas de las funciones que ya llevan a cabo los asistentes en el día a día de sus usuarios que, en realidad, ya los emplean en relación a su actividad laboral para planificar desplazamientos, gestionar reuniones, etcétera.

Ahora el desafío lo han de abordar los responsables de sistemas de las empresas, que deben integrar estos sistemas en sus propias infraestructuras, lo que no resulta sencillo, pero que sí que puede marcar una gran ventaja para aquellos que sean los primeros en llevar a cabo esta adaptación. Estas son algunas de las recomendaciones para aquellas empresas que estén pensando en llevar a cabo este cambio:

  • Dispositivos: Aunque BYOD sigue estando vigente, en el caso de los asistentes digitales es más que recomendable la convergencia a una misma plataforma. Por lo tanto, es recomendable que sean las propias empresas quienes provean a sus trabajadores de los dispositivos necesarios para llevar a cabo sus actividades. Además, a medida que avance la implantación de estos sistemas en la actividad empresarial, lo más probable es que las empresas que están detrás de los mismos empiecen a proveer a los responsables de sistemas con las herramientas necesarias para facilitar su integración, así como para personalizar determinados aspectos.
  • Conocimiento y pruebas: El artículo de Computerworld da un dato sorprendente. Según un sondeo informal llevado a cabo por Leverage Partners entre responsables de TI, sólo un 40% de ellos emplea sistemas de este tipo de manera habitual. Eso debe cambiar rápidamente. Deben probar y conocer cómo funcionan para, de esta manera, poder planificar una estrategia de implantación de los mismos. Y, por supuesto, todo debe ser probado (y requeteprobado) antes de ponerse en funcionamiento. A medida que los usuarios ganan confianza en estos sistemas, su dependencia de los mismos es mayor y, por lo tanto, más graves consecuencias puede tener un fallo.
  • Adaptación: Siri, Google Now y Cortana evolucionan de manera constante. Así, a diferencia de lo que ocurre con la gestión y administración de otros servicios (correo electrónico, por ejemplo), en este campo es imprescindible que los responsables de TI permanezcan muy, muy atentos a su evolución y, sobre todo, que tengan la agilidad necesaria como para que no se eternicen los cambios necesarios para empezar a utilizar nuevas funciones.

No es que parezca un enorme desafío, es que realmente lo es. Sin embargo, mejorar en varios órdenes de magnitud el modo en que los trabajadores interaccionan con sus dispositivos y, a su vez, con todo el backoffice de sus empresas, puede suponer (y seguramente lo haga) una ventaja operacional imprescindible en estos complejos tiempos que vivimos.

Imagen: Karlis Dambrans

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