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Natick: el experimento de Microsoft con datacenters submarinos

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Microsoft Project Natick

Microsoft Project Natick

Dicen que el origen del ser humano está en el agua, así que cualquier vuelta al liquido elemento se puede considerar un retorno a nuestros orígenes. Sea como fuere, parece que Microsoft sí que apuesta por dicho retorno, y más concretamente porque sean nuestras identidades digitales las que vuelvan al mar, pues en eso consiste su proyecto Natick, en que los datacenters en los que se guardan todos nuestros datos estén bajo el mar.

El proyecto, que ya ha superado una primera prueba, consistente en mantener el enorme dispositivo que ves en la imagen sumergido durante algo más de cien días, ha sido un éxito según sus responsables. La cápsula fue depositada en algún lugar de la costa del Pacífico (Microsoft no ha facilitado su ubicación exacta durante las pruebas) y, finalizado el test, fue extraída, llevada de nuevo al cuartel general en Redmond y, allí, analizada para comprobar los efectos de la inmersión durante ese tiempo.

¿Por qué un datacenter bajo el mar? Temperatura. Cualquier persona que haya visitado un datacenter, así como quienes los han estudiado, saben que uno de los principales costes de los mismos es el relacionado con la refrigeración. ¿Alguna vez has sometido a una intensa carga de trabajo a tu PC, tu smartphone o tu tablet? Habrás comprobado, en tal caso, que tienden a calentarse más de lo que es debido. Es más, muchos dispositivos tienen sensores de temperatura que, en caso de detectar que se están calentando más de la cuenta, desactivan funciones e, incluso, pueden llegar a apagar por completo el dispositivo para evitar daños.

Bien, ahora imagina la temperatura que pueden alcanzar un montón de servidores apilados en columnas de bastidores y que no tienen ni un segundo de descanso. Todos, por supuesto, en una sala cerrada. Y ahora imagina lo que ocurriría si, por un problema de temperatura, todos se desactivaran. Mala idea, ¿verdad? Así, los datacenters deben tener unos complejos y costosos sistemas de refrigeración, que sean capaces de mantener a baja temperatura las enormes salas llenas de máquinas. No en vano, tradicionalmente las salas de servidores suelen denominarse «salas frías».

Microsoft, con este proyecto, pretende aprovechar la temperatura del agua marina (oceánica, en este caso) para refrigerar todo el enorme encapsulado que puedes ver en la foto, y en cuyo interior se encuentran varios servidores. No es el primer caso de utilización de grandes fuentes naturales de agua para refrigeración. El único riesgo ambiental que se produce con estos usos es que los sistemas a refrigerar generen tanto calor como para aumentar la temperatura global de la masa acuática que utilizan para enfriarse, pero serían necesarios muchísimos datacenters como este para incrementar la temperatura de todo un océano.

Esta no es la única solución alternativa al aire acondicionado para los datacenters. Por ejemplo, Facebook puso en marcha uno cerca del círculo polar ártico. Así, para enfriar las salas frías, toma aire del exterior (que se encuentra a bastantes grados bajo cero) y lo distribuye en el lugar donde se encuentran los servidores. Todo, claro, con un sistema que dosifica la cantidad de aire que entra en base a la temperatura actual tanto del mismo como del interior, pues un exceso de frío tampoco es beneficioso (imagina un rack de servidores lleno de escarcha, ¿a que no suena bien?).

Natick, el proyecto de Microsoft para emplear servidores submarinos es otra gran idea al respecto, puesto que resulta mucho más beneficiosa para el medio ambiente que tener un aire acondicionado capaz de enfriar bastantes cientos de metros cuadrados llenos de servidores y, además, puede resultar más económico si el sistema de refrigeración está suficientemente optimizado.

Imagen: Microsoft Project Natick

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