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¿Qué son SDN y NFV y por qué pueden cambiar las redes?

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Ya solo faltan días para que el Mobile World Congress abra sus puertas y, como ocurre siempre con este evento, se suceden los avances sobre las novedades que podremos ver en la feria. Normalmente, el foco siempre recae sobre las presentaciones de los últimos modelos de smartphones y tablets, pero en un segundo plano se habla de tecnologías emergentes que, muy probablemente, en poco tiempo pasen a formar parte indispensable de nuestras vidas. A este respecto, Gartner ha emitido un informe en el que pone el foco en dos tecnologías que, de cumplirse el vaticinio de la consultora, cambiarán por completo el modo en el que funcionan las redes de comunicaciones.

Esas tecnologías son SDN (software defined networking) y NFV (network function virtualization), y la suma de ambas vendría a solucionar los problemas a los que se enfrentan las redes actuales un tanto en el presente y, sobre todo, en el futuro más inmediato y que tiene mucho que ver con Internet de las Cosas. ¿Qué problemas? Se resumen de una manera muy rápida y sencilla: las redes actuales están diseñadas para unos cuantos millones de conexiones, principalmente de voz, no para unos cuantos miles de millones de conexiones de voz y datos en los que, en bastantes casos, es necesario que éstas se efectúen en tiempo real.

En las infraestructuras actuales hay poca, digamos, inteligencia adaptativa en su funcionamiento. Tienen un modo de funcionamiento y, por norma general, el tráfico se tiene que adaptar al mismo, lo que en la práctica es equiparable a los problemas de eficiencia de las grandes carreteras, principalmente las de acceso a las principales ciudades. A veces están saturadas (demasiado tráfico para el canal), lo que indica que su rendimiento no siempre es el adecuado.

El nuevo modelo de redes de comunicaciones basado en SDN y NFV añade la gestión inteligente del tráfico (más allá de la que ya realizan, por ejemplo, los sistemas de enrutado) y es capaz, por ejemplo, de crear «bloques de datos» y combinarlos para reducir la carga de las redes. Si volvemos al símil con las carreteras, es equiparable a que un sistema inteligente fuera capaz de «meclarnos» para evitar que cinco personas con el mismo origen y destino empleen un coche cada uno. Sin tener que aguantar la radio del conductor e, hipotéticamente, el olor de los acompañantes, claro.

La gran ventaja de estos dos sistemas combinados es, principalmente, la adaptabilidad. A diferencia del modelo actual, una red que emplee SDN y NFV puede modificar muchos de sus parámetros de funcionamiento de manera dinámica, adaptándose a las circunstancias de cada momento concreto. Y, como ya comentaba al principio, esto será algo crucial en los años venideros, ya que cabe esperar que la evolución de Internet de las Cosas obligue a los grandes operadores de redes a adaptar sus infraestructuras, ya que en su estado actual no serán capaces de gestionar adecuadamente todo el ingente trçafico de datos que está por venir.

Imagen: Martin Grandjean

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