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Samsung Pay y Apple Pay, ¿quién ganará la batalla?

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El servicio de pago móvil de Samsung ha visto la luz varios meses después de que Apple anunciase y lanzase en varios países el suyo, Apple Pay. Por tanto, todo apunta a que, llegando el segundo al mercado, lo va a tener más complicado. Sin embargo, la compañía surcoreana no se lo va a poner nada fácil a los de Cupertino. Para ello, además de estar presente ya en países en los que ellos no están (como por ejemplo España), va a utilizar una estrategia diferente.

El sistema de pagos móviles de Apple, implica que la compañía recibe un pequeño porcentaje de cada transacción realizada con este servicio. En Estados Unidos, este porcentaje es del 0,15 por ciento. Pero Samsung afronta su servicio desde otro punto de vista completamente distinto, ya que no busca recibir un porcentaje de cada compra, ni ningún otro tipo de contraprestación económica.

Lo que quiere Samsung con sus servicio Pay es utilizarlo como una herramienta de fidelización y como un motor para aumentar la venta de sus smartphones y otros servicios. Según declaraciones a Reuters de Elle Kim, vicepresidente Global de Samsung Pay, la coreana es «una compañía de hardware y al final creo que lo que estamos tratando de conseguir es que la gente que tiene y usa uno de nuestros teléfonos, simplemente, llegue a estar más a gusto con él«.

Tanto Apple Pay como Samsung Pay son aún muy jóvenes, y por ahora solo están presentes en un puñado de países, por lo que habrá que ver cómo evolucionan. Por ahora, ambos han presentado unos resultados modestos. Según la compañía coreana, Samsung Pay ha procesado operaciones por valor de más de 1.000 millones de dólares en Corea del Sur desde su lanzamiento en agosto de 2015. En cuando a Apple Pay, ha superado los 10.900 millones en transacciones, la mayoría en Estados Unidos. Si se tiene en consideración el total de dinero en transacciones que se mueve en ambos países, su uso todavía es muy escaso.

En cuanto a su relación con los bancos, pueden trabajar con los dos sistemas, dado que no son tecnologías exclusivas, pero el enfoque de Samsung puede contribuir a que los bancos se inclinen más por ellos. Según Christphoe Uzureau, vicepresidente de Estrategias de Pago Digital en Gartner, «Apple quiere más control, y las negociaciones son más complejas. Samsung es más flexible, por lo que desde el punto de vista de un banco hay más posibilidades para conseguir términos y condiciones más flexibles«.  Los dos servicios cuentan con una larga lista de acuerdos con entidades y compañías de tarjetas de crédito en Estados Unidos, y creciente en los mercados a los que llegan.

Pero estas no son las únicas bazas que Samsung tiene para luchar contra Apple en el terreno de los pagos móviles. Tiene otra a su favor: la tecnología. Apple Pay sólo funciona con terminales compatibles con la tecnología NGF, mientras que los smartphones compatibles con Samsung Pay usan tanto NFC como la tecnología Magnetic Secure TRansmission (MST), más antigua. Esta imita a la de la banda magnética de las tarjetas convencionales, que aunque ya ha caído en desuso en muchos países de Europa, todavía se utiliza de forma mayoritaria en mercados como el estadounidense.

«Los pagos móviles precisan, al fin y al cabo, estar disponibles en tantos sitios como se acepten tarjetas de crédito. Si los pagos móviles no pueden cumplir esa meta, es muy difícil que la gente vaya a sustituir su monedero por un móvil«, ha comentado Thomas Ko, vicepresidente del Equipo de Investigación y Desarrollo de la División de Comunicaciones Móviles de Samsung.

Ambos fabricantes están utilizando, eso sí, sus sistemas de pago móvil para fidelizar a sus clientes y para conseguir que sus smartphones no pierdan cuota de mercado frente a otros. Por ahora, Apple Pay se puede utilizar en sus últimos modelos de iPhone y en el Apple Watch. Samsung Pay es compatible con varios de sus modelos Galaxy y en algunos tablets. Además, Samsung tiene planes para ofrecer el servicio en su casco de realidad virtual.

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