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¿Cómo llegó el GPS a la población civil?

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GPS Magellan

Es bastante sabido que cierta parte de la tecnología que hoy en día acompaña nuestros pasos tiene su origen en la investigación militar. La inversión en I+D efectuada por los principales ejércitos del mundo es increíblemente cuantiosa, y aunque pueda costar reconocerlo, gracias a la misma hoy disfrutamos, por ejemplo, de Internet. Y aunque quizá éste sea el ejemplo más significativo, ni mucho menos es el único. Hoy, The Wall Street Journal dedica un artículo a recordar cuándo y cómo se obró el cambio, gracias al cual el GPS dejó de ser un servicio de uso exclusivamente militar.

En primer lugar hay que recordar que cuando hablamos de GPS, normalmente nos referimos al servicio facilitado por la red de satélites Navstar. No obstante, no se trata del único sistema de posicionamiento global basado en satélites. Rusia, cuando todavía era la Unión Soviética, puso en marcha su propia red, GLONASS, y por su parte tanto la Unión Europea como China están trabajando para desplegar sus propias redes, Galileo y Beidou respectivamente. La estadounidense fue la primera y es, a día de hoy, la más empleada y referenciada.

El primer satélite de la misma fue puesto en órbita en 1977, como alternativa a otros sistemas de posicionamiento diseñados por otras agencias militares de Estados Unidos, que finalmente acabaron sumándose a esta. Y en 1985 se lanzaba el undécimo satélite, momento en el que se pasaba ya a disponer el mínimo número de ellos para que el sistema pudiera funcionar. No obstante, no fue hasta 10 años después, en abril de 1995, que su status pasó a ser de «Capacidad operacional total». Actualmente Navstar y su servicio GPS cuenta con 33 satélites operativos.

Y fue casi al principio, a mitades de los ochenta, cuando un inversor llamado Ed Tuck pensó que esa tecnología, que tanto usos tenía ya en el mundo militar, también podría resultar de lo más beneficiosa para los civiles. Así, creó una startup a la que llamó Magellan y empezó a buscar inversores que pudieran estar interesados en apostar por algo tan pintoresco como un dispositivo electrónico capaz de determinar tu posición en cualquier punto de la superficie terrestre, y que realizar esa comprobación fuera tan sencillo como mirar la hora en el reloj. Y no fue fácil, ya que contabilizó hasta 86 negativas. Poco habrían podido imaginar, los autores de aquellas negativas, que a día de hoy el GPS sería no ya un dispositivo que nos acompaña, sino una función básica de otros dispositivos que nos acompañan constantemente, principalmente el smartphone. No obstante, mucho antes de que esto ocurriera, ya se pudo comprobar la increíble importancia de estos dispositivos, e incluso el ejército estadounidense tuvo que alegrarse del éxito de los mismos entre la población civil.

¿Por qué? Es una historia muy llamativa. El primer conflicto bélico en el que el ejército de Estados Unidos quiso hacer un uso intensivo del GPS fue la primera guerra de Irak en 1991, la denominada Tormenta del Desierto. En aquel momento, el ejército tenía un proveedor de estos dispositivos, Trimble, que en ese momento, fue incapaz de cubrir toda la demanda exigida por el ejército. Así, con una guerra en ciernes y sin la posibilidad de equipar a sus tropas con un GPS que, ya se sospechaba, sería crucial para el avance de las tropas (especialmente en el desierto), los Hercules C-130 que debían trasladar las tropas hasta la zona del conflicto, hicieron una escala técnica en unas instalaciones de la NASA con pista de aterrizaje cerca de Silicon Valley. ¿El objetivo? Asaltar todas las tiendas locales de electrónica para comprar tantos dispositivos de este tipo como fuera posible.

Desde entonces se han producido interesantes cambios y mejoras. Por ejemplo, durante un tiempo el ejército de los Estados Unidos consideró la posibilidad de abrir la parte del sistema que es de uso exclusivamente militar, y que da un nivel de precisión mucho mayor, a la población civil. Los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington DC acabaron con esa posibilidad de raíz. No obstante, los fabricantes se esfuerzan en intentar decodificar la señal cifrada y, así, mejorar la precisión de sus sistemas. Y, entre medias, han surgido mejoras como DGPS (GPS diferencial), que complementan la información recibida de los satélites con otras como señales FM, redes wifi, etcétera, para mejorar su precisión.

 

Imagen: Nachoman-au

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