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Marissa Mayer: «La clave del éxito es trabajar 130 horas semanales»

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Es común que ante el éxito de una empresa, sea del tipo que sea, muchos ojos presten bastante atención para intentar averiguar cuál ha sido la clave de dicho triunfo. Y las charlas, libros y demás acciones llevadas a cabo por esos empresarios y emprendedores de éxito suelen ser tomadas como una especie de sendero de baldosas amarillas que, seguido de manera estricta, nos llevará al éxito.

Sin embargo, ocurre que las razones esgrimidas por estos empresarios y ejecutivos de éxito son las correctas. Es más, en ocasiones deben ser tomadas con más humor que otra cosa. Y eso es lo que ha hecho Cnet con unas declaración de Marissa Mayer a Bloomberg. Y es que la clave del éxito, según la (todavía, pero a saber por cuanto tiempo) CEO de Yahoo!, todo se reduce al sacrificio. Sacrificio que cuantifica en trabajar 130 horas a la semana. Sí, una semana (7 días por 24 horas) son 168 horas, por lo que según el plan de Mayer, el truco consiste en reservarse solo 38 horas a la semana para atender las necesidades fisiológicas (comer, dormir, ir al aseo, etcétera), personales y sociales.

Cuenta Marissa Mayer que su marido, Zachary Bogue, tiene un centro de co-working en San Francisco, y que su clave para saber cuáles de las empresas que trabajan en el mismo tendrán éxito es darse una vuelta por el mismo un sábado por la tarde. Si están trabajando el sábado por la tarde, es que están dispuestos a sacrificarse. Si están dispuestos a sacrificarse, triunfarán.

Es normal que la ejecutiva se rija por ese planteamiento, no en vano Google (empresa en la que trabajó bastante tiempo, antes de llegar a la dirección de Google) ofrece un entorno de trabajo que es la envidia de los trabajadores de medio mundo, pero a cambio pide a sus empleados que sean capaces de anteponer su trabajo a casi cualquier otra cosa. Sin embargo, cada vez está más generalizada la opinión de que dedicar demasiadas horas a la actividad laboral se traduce en un menor rendimiento del trabajador. La famosa división de las ocho horas (ocho horas para trabajar, ocho para vivir y ocho para descansar) se va mostrando cada vez más indiscutible. Y es cierto que la flexibilidad es imprescindible en muchos casos, pero siempre que la balanza no quede demasiado descompensada.

Pero, quizá lo peor del planteamiento de Marissa Mayer es que resulta irreal pensar que el sacrificio es igual al éxito. Irreal y ridículo. Si tu idea, tu proyecto o tu start-up no tiene encaje en el mundo real, da igual que duermas dos horas diarias y que aproveches el tiempo de comer (e incluso el de ir al aseo) para trabajar, la realidad se encargará de que, al final, lo único que te saques de tu experiencia emprendedora seas unas ojeras perennes, un carácter un tanto agrio y un mal recuerdo de aquella ocasión en la que leíste que la clave del éxito era el esfuerzo personal.

No han faltado, tras las desafortunadas declaraciones de Marissa Mayer, quienes se han preguntado si su política de inversiones en start-ups se basaba en visitas al co-working de su marido (o a otros tantos de la bahía, claro, no hay que ser cortos de miras) los sábados por la tarde o, para una mayor garantía de éxito, los domingos después de comer. Si es así, quién sabe, igual hay que empezar a tomarse el resto de la semana libre, y dedicar los fines de semana a hacer presencia, no sea que un ojeador de cualquier fondo de inversión haga la ronda y nos pille fuera de juego, tomando el vermú con los amigos o viendo el partido del domingo por la tarde.

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