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Peter Thiel busca al nuevo Zuckerberg

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Peter Thiel

La nueva economía surgida alrededor de Internet ha dado lugar a la aparición de algunas personas que han sido capaces de construir un imperio a partir de una idea y mucho trabajo. Desde Jerry Yang y David Filo, creadores de Yahoo! hasta Serguéi Brin y Larry Page, que compaginaron, en 1998, sus estudios en Stanford con la creación de un algoritmo de búsquedas que es la génesis de Google, pasando por ejemplo por Elon Musk o Jeff Bezos. Son muchos los nombres que se han hecho con un importante espacio tanto en la historia de las tecnología como en la de los negocios. Sin embargo, hay un nombre que destaca por encima del resto, y ese no es otro que Mark Zuckerberg. Y, claro, en un ecosistema tan lleno de emprendedores como el actual, uno de los principales objetivos de los inversores como Peter Thiel es encontrar al próximo Zuckerberg.

Y si hay un inversor interesado en encontrar a un nuevo Zuckerberg ese es, precisamente, Thiel, pues tenemos que recordar que pasó de ser millonario a multimillonario (billonario, si hablamos de billones norteamericanos) gracias a haber invertido 500.000 dólares en Facebook allá por 2004. Desde entonces el emprendedor de origen alemán se ha mantenido vinculado a la empresa, incluso tras la polémica surgida al conocerse su apoyo a Hulk Hogan en su enfrentamiento con Gawker MediaBloomberg dedica hoy un artículo precisamente a eso, a como Thiel, con su fondo de inversión 1517 Fund es muy activo en dicha búsqueda.

No afronta solo ese viaje. Durante bastantes años ha contado con la colaboración de otros inversores, que desde hace ya tiempo han recurrido a todo tipo de keynotes y aceleradoras y otros espacios similares, con el fin de dotar de fondos a aquellos emprendedores con las ideas que, según su criterio, tuvieran más posibilidades de salir adelante y, quién sabe, quizá convertirse en el nuevo Facebook (en términos económicos, se entiende). Durante este tiempo han «repensado» en varias ocasiones el sistema empleado, y ahora, seis años después de empezar su actividad, se han dado cuenta de que no estaban sacando partido a la red de talento formada por los estudiantes de los que son profesores o mentores y los amigos de los mismos, un ecosistema que, por su propia naturaleza, es particularmente propicio para encontrar ideas innovadoras e invertir en ellas.

De ese modo nació su modus operandi actual. En vez de realizar enormes inversiones, su planteamiento es conceder pequeñas cantidades de dinero (10.000 dólares, por ejemplo) para su puesta en marcha y, eso sí, acompañarlas de créditos y, lo que es mucho más importante, ponerlos en contacto con otros ejecutivos e inversores que puedan ofrecer cualquier tipo de ayuda a los emprendedores. En los mejores casos, las ayudas ofrecidas a las mejores ideas pueden alcanzar los 100.000 dólares, una cifra más considerable pero que está muy lejos de las ostentosas rondas de financiación de millones de dólares de las que tenemos noticia cada cierto tiempo. Este modelo permite, a la vez, no arriesgar demasiado en las inversiones (100.000 dólares no son lo mismo para Peter Thiel que para el común de los mortales) y, a su vez, apoyar muchas iniciativas, fomentando así la innovación, y la interconexión entre muchos de esos proyectos, algo de lo que todas las partes implicadas pueden salir muy beneficiadas.

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