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La televisión, la gran marginada en innovación

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Los avances tecnológicos en el sector de la imagen parecen haberse desplazado en los últimos tiempos a divisiones como la realidad virtual o los smartphones, lo que ha hecho palidecer las novedades en una de las áreas de dispositivos de imagen más tradicionales: los televisores. Hasta ahora, los consumidores pueden encontrar imagen mejorada, pantallas OLED o QLED y tecnologías 4K y 8K.

La mayoría de fabricantes están lanzando aparatos que únicamente ofrecen algunas mejoras de las tecnologías, lo que a ojos del analista de Gartner Brian Blau «está bien, porque los productos necesitan mejorar«. Pero, realmente, ninguna novedad de los televisores que están llegando al mercado es verdaderamente revolucionaria.

Según Associated Press, los fabricantes de televisores están actualmente entre la espada y la pared. Como hemos comentado, otros aparatos, como los cascos de realidad virtual y los smartphones, han atraído todo el protagonismo del que antes disfrutaban los televisores. Y mientras otros equipos son cada vez más sofisticados e inteligentes, lo único que hacen los televisores inteligentes es permitir el streaming de vídeo y jugar con juegos poco atractivos. Hace tiempo que los que hicieron posible estos avances han desembarcado en compañías que los ofrecen en decodificadores como los fabricados por Apple o Amazon.

Por lo tanto, fabricantes como Samsung y LG se han dedicado a avanzar en un campo que conocen de verdad: la tecnología de pantalla y la resolución. Por eso, las tiendas están inundadas de aparatos con tecnología 4K, que ofrecen el doble de resolución de pantalla que los televisores de alta definición, y que está llamada a convertirse este año en mayoritaria, debido al descenso de precios y a la mejor oferta de streaming y canales de TV que soporten 4K. El siguiente paso lógico será la tecnología 8K, con cuatro veces la resolución de las pantallas HD.

Pantallas curvas

Otros fabricantes han apostado por las pantallas curvas para favorecer la visión inmersiva gracias a su imagen más amplia y a las facilidades ofrecen para que la visión periférica pueda captar la imagen. Además, también han llevado a cabo avances en cuanto al color, gracias a la tecnología de pantalla OLED, una de las principales apuestas de Sony, que produce mejores colores gracias a que no precisan iluminación posterior como los televisores estándar. Eso sí, los productos que la incorporan son más caros.

Por su parte, Samsung se ha dedicado a la promoción de la tecnología «de punto cuántico», que básicamente es una capa de materiales con la que se consiguen colores más puros y pantallas más brillantes. Además, como LG, también cuentan con equipos con tecnología de alto rango dinámico (HDR), lo que les dota de  blancos más brillantes y negros más oscuros.

Pero ¿de verdad importa todo esto? Porque aún está por verse que el ojo humano pueda apreciarlo, especialmente en las pantallas más pequeñas. Las pantallas 4K ofrece imágenes más nítidas que las HD, pero la diferencia ya no es tan apreciable como lo fue el paso a la alta definición. Y algunas de estas tecnologías solo mejoran la imagen en las escasas películas y programas que lo soportan. Y tecnologías como el HDR están aún limitadas a aparatos de alta gama. Además, todavía está por ver cuál de estas nuevas tecnologías de color se convierte en un estándar.

Televisores 4K

Por ahora, parece que los televisores 4K son los que experimentarán una tendencia de venta al alza, dadas sus cifras de crecimiento de este año. Según la consultora NPD, el 19% de los televisores vendidos en Estados Unidos en 2016 eran 4K, frente al 7% del año anterior. Se espera que este 2017 lleguen al tercio de los aparatos vendidos a medida que vayan apareciendo televisores 4K para todos los bolsillos. Eso sí, según varios expertos, la televisión de alta definición es suficiente para muchos, especialmente para los que no estén interesados en los aparatos de pantalla grande. Las ventajas del 4K solo se aprecian con pantallas de grandes dimensiones y a poca distancia.

Mientras tanto, los consumidores tienen cada vez más a su alcance las pantallas grandes debido al descenso de precios, lo que además ha hecho aumentar la venta de aparatos. Según NPD. se vendieron 37,4 millones de aparatos de televisión sólo en Estados Unidos entre septiembre de 2015 y el mismo mes de 2016, un 4% más que en el mismo periodo anterior. Además, el precio medio de los televisores cayó hasta los 432 dólares.

La caída de los precios hace que los consumidores se interesen por las pantallas más grandes. Tal como apunta NPD, el 23% de todos los televisores eran de un tamaño igual o superior a las 55 pulgadas. El año anterior, los aparatos con estas dimensiones vendidos representaban un 20%. En palabras del analista de NPD, Stephen Baker, «hemos visto que todas las categorías están fuertes, ya sean las pantallas pequeñas, las grandes, la tecnología más antigua y la más reciente». Según su opinión, la combinación de precios más bajos, la calidad de los aparatos y el tamaño de la pantalla han hecho que muchos consumidores vuelvan a comprar televisores.

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