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El desafío exascale de China a Donald Trump

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escala exascale

La espera ha terminado, Donald Trump deja de ser presidente electo para convertirse en presidente «a secas», Obama abandona el despacho oval y el multimillonario inicia su traslado a la Casa Blanca, para empezar a dirigir el mundo libre y, como él mismo dice (y no es muy original, la frase viene de los tiempos de Reagan) Make America Great Again. Pero de momento, y sin descuidar sus obligaciones nacionales, no son pocos los desafíos internacionales a los que tendrá que plantar cara, algo especialmente preocupante si tenemos en cuenta todo lo que ha hecho y dicho al respecto hasta el momento.

Y muchos de ellos no son baladíes, pues están directamente relacionados con el desarrollo tecnológico en el que se basan, por su parte, otras muchas actividades profesionales, comerciales, educativas y de investigación, etcétera. Uno de esos frentes, ya te hablamos de él hace algún tiempo, es la carrera que se da en el campo de la supercomputación por alcanzar la escala exascale. Y ahora las cosas se complican todavía más para Estados Unidos porque, si hace seis meses las expectativas eran que China lo lograra en 2020 y Estados Unidos entre 2023 y 2024, hoy Computerworld informa de que el gigante asiático podría alcanzar esta escala con un pico de rendimiento antes de que termine este mismo 2017.

Bien es cierto que, como ya te contamos en el artículo enlazado anteriormente, las soluciones en las que trabajan ambos países son muy distintas, y desde hace tiempo gran parte del mundo da por sentado que el sistema exascale producido por China no será económicamente sostenible, por su altísimo consumo eléctrico, y que solo alcanzará ese rendimiento en picos, no de manera sostenida. Estados Unidos, por su parte, pretende (o pretendía, durante la administración de Obama) crear un sistema de ese rendimiento pero, que además, lo pudiera mantener de manera sostenida, y que su consumo energético fuera sostenible.

El principal problema es que, como citan fuentes de la noticia de Computerworld, la administración de Trump podría dar un serio tijeretazo a los fondos federales dedicados a dichas investigaciones, lo que se traduciría de manera inmediata en que Estados Unidos tardaría todavía más años en tener su primer sistema exascale. En concreto, parece que el nuevo presidente estaría pensando en reducir el nivel de inversión en este campo a los niveles en los que se encontraba en 2008, una medida defendida por el think tank conservador The Heritage Foundation.

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