Conecta con nosotros

Noticias

Pero, ¿qué están haciendo en Magic Leap?

Publicado el

La valoración de la startup Magic Leap, unos 4.500 millones de dólares, debería de dar credibilidad al desarrollo de su proyecto estrella que, por otra parte, viene a resucitar un producto que ha caído un poco en el olvido: las gafas inteligentes.

Años después de prometer el lanzamiento de esos dispositivos, en los que la imagen virtual se mezclase con la real, las gafas son todavía un prototipo. O si hacemos caso de varias personas que han visto presentaciones de Magic Leap y han hablado con Business Insider, todavía ni eso. Según ellos, en diciembre las gafas aún no tenían nada en su interior, y las demos de la tecnología se hacían a través de un casco de realidad virtual conectado a un ordenador.

No obstante, esto puede cambiar muy pronto, porque al parecer, todo el equipo de ingeniería de la empresa se está apresurando para desarrollar un prototipo funcional de cara a presentarlas en un encuentro de la junta directiva de la startup, previsto para la próxima semana. Al parecer, la versión de prueba de las gafas ya va por buen camino.

El prototipo, que recibe el nombre de PEQ, sería un avance muy importante de cara al desarrollo del producto, y con el que la compañía demostrase que es capaz de reducir el tamaño del hardware que consiga mezclar imágenes reales con virtuales, todo ello en un dispositivo de tamaño similar al de unas gafas convencionales, algo que por ahora no es capaz de lograr.

Según han confirmado varias fuentes, el prototipo tiene dos cajetines que se acoplan al cinturón de quien lleva las gafas conectadas. Uno de ellos contiene la batería y el otro lleva toda el cirtuito y chips que proporcionan la potencia y la tecnología. La compañía ha decidido dividir los componentes en dos para evitar sobrecalentamientos, uno de los principales problemas con los que se estaban encontrando los desarrolladores.

Cajetines como latas de refresco

El tamaño de estos cajetines, al parecer, es todavía bastante abultado, y es similar al de una lata de refresco. Más grandes, por lo tanto, que los que se muestran en los dibujos presentados por Magic Leap en los documentos presentados de cara a la obtención de la patente. De ser así, las dudas sobre si Magic Leap serán capaces de miniaturizar lo bastante sus gafas no cesarán de producirse.

Su CEO, Rony Abovitz, comentó en un post en el blog de la compañía el mes pasado que sus sistemas PEQ «están en ciclos de desarrollo ágiles, tanto en hardware como en software«. Y según varios antiguos empleados, las demos de la tecnología que pueden verse por ordenador son convincentes.

En cuanto a su lanzamiento, lo que primero aparecerá en el mercado será un kit para desarrolladores con las gafas. Aproximadamente un año después saldrá a la venta el producto final, con un precio de entre 1.000 y 2.000 dólares. Tal como han comentado varios ex trabajadores de la startup, lo más probable es que el pack de desarrollo aparezca este mismo año.

A medida que avanza el desarrollo y se refina su tecnología, la plantilla de Magic Leap va creciendo. En noviembre ya tenía 800 trabajadores, y todo apunta a que seguirá sumando más en un futuro cercano. En la actualidad tiene oficinas en Florida y Silicon Valley, así como varias bases en Seattle, Boulder (Colorado), Dallas y Austin (Texas) e Israel.

Además de la reducción del tamaño del prototipo, otro de los problemas de la empresa puede ser su falta de enfoque concreto. Así, Magic Leap está investigando en campos relacionados con la salud, y ya cuenta con varias patentes relacionadas con su cuidado. Por otro lado, aparte del lanzamiento de hardware, la compañía también está trabajando en software y contenidos, como vídeos o juegos para unos dispositivos (las gafas) que aún no están acabadas.

Otra de las dudas sobre la compañía, que ya ha sido apoyada en sucesivas rondas de financiación por grandes de la tecnología como Google, es si necesitará o no más inversión externa para poder avanzar, lo que es más que posible.

Lo más leído