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El estándar LTE se reinventa como alternativa fiable al 5G

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Hablar durante tanto tiempo del 5G no ha hecho sino aumentar la impaciencia en torno a la llegada de esta tecnología, cuyo estándar se prevé que estará en 2020. Son tantas las ventajas que nos han prometido y tanto el tiempo que queda para poder utilizarla que ya han sido varias las iniciativas que podemos utilizar con características similares y que llevan un tiempo en el mercado, sobre todo para impulsar el Internet de las Cosas, una tendencia que está generando cada vez más interés.

Mientras esperamos al 5G, algunas de las soluciones más punteras en materia de redes LTE serán presentadas la próxima semana en el MWC de Barcelona aunque, como indican en Computerworld, se lanzaron el año pasado. Las denominadas LTE-M y NB-IoT se suman a todo un portfolio de soluciones de redes adaptada a la nueva generación de móviles.

Ejemplo de esto son las redes de baja latencia LPWAN que ya están utilizándose en las áreas donde necesitan implementar soluciones de Internet of Things, y que se suman a una larga lista de opciones que, como hemos dicho, ya se encuentran disponibles en el mercado.

Tradicionalmente, las empresas que querían conectar objetos que se encontraban lejos físicamente no tenían el espacio ni el poder para hacer los despliegues de redes adecuados. Durante años, lo que hacían era utilizar redes especiales y específicas, como el 2G que es más barato y usa menos energía que el LTE, pero con el desarrollo de los nuevos estándares, esta tecnología podría volver a la palestra y atraer el interés de grandes operadoras.

De hecho, ya lo está haciendo. En el caso de la mencionada LTE-M será ofrecida por AT & T este mismo mes en Estados Unidos, mientras que también se ha colado en los planes de Orange y SK Telecom. Por su parte, Vodafone, Telefónica, Deutsche Telekom, entre otros, tienen planes para el NB-IoT. Según el analista de Tolaga Research, Phil Marshall, NB-IoT parece gozar de más aceptación en Europa, mientras que en Estados Unidos la preferida hasta ahora es LTE-M.

LTE-M es la más rápida

Este estándar permite alcanzar velocidades de transmisión de un megabit, mientras que NB-IoT solo llega a los 250 Kbps, pero a cambio hace posible una mayor duración de las baterías. Ambas tienen un alcance mayor que las redes LTE convencionales y son más potentes atravesando paredes y suelos.

Varias operadoras ya han hecho pruebas de su funcionamiento. Por ejemplo, la red desplegada por AT&T se ha probado con contenedores de mercancías equipados con dispositivos de seguimiento, pallets de almacenamiento inteligentes e incluso con dispensadores de refrescos para controlar las bebidas que elige la gente. Por su parte, Vodafone ha hecho demostraciones con sensores en parkings y medidores del nivel de agua.

En la actualidad, las redes que emplean las dos nuevas modalidades de LTE son las principales alternativas de cara al despliegue de una red para Internet de las Cosas. Pero para optar por una no solo hay que fijarse en la velocidad y el alcance. Hay otros factores a tener en cuenta como la seguridad. Tanto LTE-M como NB-IoT funcionan en espectros de red en los que las operadoras controlan tanto quién accede a ellas como su prioridad.

Los analistas son conscientes de que no todas estas redes van a sobrevivir en el futuro. Algunas desaparecerán, y las operadoras se verán obligadas a adoptar otras para ofrecer conectividad a sus clientes interesados en el uso de redes para Internet de las Cosas. En este aspecto, las operadoras tradicionales son las que cuentan con más ventaja, puesto que no se dedican únicamente a este sector.

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