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El lento pero inexorable declive de Safari en escritorio

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Apple

Que la guerra de los navegadores web en desktop (ordenadores de sobremesa y portátiles) ya la ha ganado Google Chrome, es algo que nadie se atreve a discutir. Ya en 2012, se produjo el primer adelantamiento de Chrome a Internet Explorer, y desde entonces la evolución del navegador de Google ha sido imparable. Tanto es así que, según los datos de febrero de NetMarketShare, casi seis de cada diez de estos sistemas (el 58,53%) lo emplean para acceder a la web, frente al 36,56% del mismo mes del año pasado, uno de los últimos periodos en los que Internet Explorer consiguió adelantarse en las estadísticas.

Siempre que se habla de la guerra de navegadores, se refiere precisamente de esa competición, de la establecida entre Microsoft y Google, y que en realidad es la segunda gran guerra en este sentido, ya la primera fue entre Netscape y Explorer, con un epílogo firmado por Firefox, que en algún momento tuvo posibilidades de convertirse en el más empleado, pero que vio (y sufrió) la llegada de Google Chrome. Sin embargo, hay un «gran olvidado» cuando se habla de estas estadísticas (no, no me refiero a Opera, aunque también), sino a Apple Safari, el navegador con el que los de Cupertino han querido plantar cara a Google.

Como navegador por defecto en MacOS X, Safari cuenta con esa «ventaja», similar a la que ha tenido Microsoft con Windows. Sin embargo, ni esa ventaja competitiva le ha servido para mantener una cuota de mercado estable. Al contrario, este mes de febrero los grandes damnificados de la subida de Chrome han sido, precisamente, Internet Explorer y Apple Safari, que con una cuota de usuarios de solo un 3,45% (frente a un ya bajo  4,88% en febrero de 2016), se dirige a paso lento pero firme hacia la irrelevancia en el entorno de escritorio.

¿Por qué?

Durante un tiempo, Safari fue una apuesta de Apple, hasta el punto de que incluso desarrolló una versión del navegador para Windows, coincidiendo con los tiempos de apogeo de iTunes por las multimillonarias ventas de iPods. No obstante, y aunque en muchos casos el navegador de los de Cupertino se instalaba en los sistemas de manera simultánea a iTunes, nunca fueron muchos los usuarios que se animaron a emplearlo. Así, tras un tiempo prudencial, Apple dio marcha atrás y abandonó la guerra de los navegadores en Windows, centrando todos sus esfuerzos en mantenerse como el navegador más empleado en MacOS X. Algo que, claro, coincidió más o menos en el tiempo con la llegada a lo grande de Chrome.

Desde entonces, con cada versión de MacOS X se ha ido presentando una nueva de Safari, si bien es cierto que las primeras no eran especialmente innovadoras con respecto a sus predecesoras. De un tiempo a esta parte, no obstante, sí que se han ido añadiendo interesantes mejoras, además de que, por norma general, su sistema de gestión de la memoria del sistema tiende a ser más eficiente que el de Chrome, el eterno talón de Aquiles del navegador de Google. Sin embargo, resulta evidente el gran esfuerzo que ha hecho la empresa del buscador para convertir su navegador en el más empleado. Así, aunque las últimas versiones de Safari tienen poco o nada que envidiar a las de Chrome, y su integración con el sistema operativo es completa, Chrome ya ha conseguido hacerse un gran hueco entre los usuarios de ordenadores de Apple.

Esto no significa, claro, que Apple vaya a rendirse y abandone Safari. Al contrario, mientras que siga presentando nuevas versiones de MacOS X, podemos apostar a que seguirá evolucionando su navegador al mismo ritmo que su sistema operativo. No obstante, seguramente no lo hará tanto por intentar recuperar el espacio perdido, como por el hecho de que, si hablamos de cuota de mercado general de navegadores (es decir, ordenadores, tablets, smartphones, etcétera), ahí Safari sí que consigue mantener el tipo, como podemos ver en los datos publicados por StatCounter. Y es que, por sorprendente que pueda parecer, en ese acumulado Safari ocupa la segunda posición (con un 14,4% de cuota de usuarios en febrero de 2016) frente al inalcanzable 52,39% de Chrome, pero muy por encima del resto de los navegadores.

Esto, sin duda, nos señala dos cosas. La primera es que el peso de los navegadores móviles (es decir, los empleados en smartphones y tablets) no deja de crecer, y la segunda es que una buena parte de los usuarios de iPhone y iPad emplean Safari, en vez de instalar otros navegadores disponibles para iOS (como Chrome o Firefox). Así, Apple no abandonará Safari. No al menos mientras que sea el navegador de referencia en iOS, y el que le proporciona la segunda posición en el ranking global de navegadores. Dicho en otras palabras: cada vez está más claro que la siguiente gran guerra de los navegadores tiene en los dispositivos móviles su arena.

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