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La actitud del vencedor: pensar global y actuar local

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La tendencia de las empresas hacia la inversión en software y servicios tecnológicos crecerá con fuerza en 2017. Así lo advierte la previsión de gasto IT mundial de Gartner para este año. Un volumen de gasto IT que llegará a los 3,5 millones de millones de dólares en este periodo.

Un buen argumento, sin duda, para justificar el giro que hemos venido observando en los últimos años, en que las empresas están transformando su negocio en servicio. El boom del cloud y, por ende, de los servicios asociados, se lo ha puesto fácil a las empresas, que están trabajando duro para darle al cliente lo que quiere: servicios de una manera ágil, flexible y económica.

Y es que, parafraseando al gran empresario estadounidense, Henry Ford, que decía que “un negocio que no produzca nada, salvo dinero, es un mal negocio”, empresas de todos los tamaños se han dado cuenta que el cliente cada día es más exigente y tiene más donde elegir. El consumidor no va a conformarse con cualquier cosa y mira, desde su trono, los productos que le ofrece el mercado, pero también el valor añadido de quien se los da.

Lo tienen difícil los proveedores, que deben tener un ojo puesto en lo que hace el de al lado y otro, en lo propio, reinventándose constantemente para ofrecer más, pero sobre todo, mejor. Las grandes multinacionales, como Amazon o Google, llevan ya mucho tiempo ofreciendo servicios cloud y, por tanto, el camino que se han labrado tiene mucha trayectoria, mucho marketing y muchos productos consolidados.

Sin embargo, la contratación de servicios en la nube esconde demasiados entresijos como para basar nuestra elección, como clientes, en las veces que una empresa sale en los medios. El mercado está lleno de empresas locales que ofrecen más ventajas que cualquier multinacional, aprovechando precisamente, ese carácter nacional y el conocimiento profundo del consumidor patrio. Si bien en el campo del marketing, las grandes internacionales tienen el partido ganado, en esta liga hay otros torneos en los que las empresas locales están en clara ventaja.

Dicho esto, nos preguntamos ¿por qué deberíamos elegir un proveedor de servicios cloud cercano si necesitamos este tipo de productos para nuestra empresa?

Marco legal

No es que este sea el único punto, pero sin duda sí que es importante. En la actualidad y en el caso de España, las empresas deben preocuparse por dos normas legales y de obligado cumplimiento: la LOPD (Ley Orgánica de Protección de Datos), y la GDPR (General Data Protection Rule) que entrará en vigor el 25 de mayo de 2018.

Aunque a priori no lo parezca, la normativa de cada país debería estar muy presente en los planes de elección de un servicio cloud.

Y es que, por norma general, emplearemos el servicio contratado para almacenar y gestionar nuestros datos, por lo que es obligatorio que el proveedor nos ofrezca la garantía de que se adapta a las normas legales del país donde “residimos”. ¿Por qué? Pues porque, en resumen, aunque los datos se almacenen y gestionen en el data center del proveedor, el responsable final de esa información es la empresa que los ha obtenido y que trabaja con ellos. Es decir, nosotros.

El problema es que, mientras que una compañía local tiene que adaptarse a las normativas estatales, no ocurre lo mismo con las ubicadas en otros países. Así, por ejemplo, si hoy contratamos el servicio con un proveedor que se encuentre en un país con una norma más laxa, ya podemos estar buscándonos un problema. Así, solo un proveedor local, nos garantizará que estamos protegidos en lo que se refiere al cumplimiento de estas normas.

Certidumbre jurídica

¿Por qué es mejor un proveedor local que otro no constituido jurídicamente en el país? Pues no hay más que ver las noticias para ver que la permanencia de algunos países en la Unión Europea, por poner un ejemplo, está cada vez más en entredicho. Ya sea por elección propia, como en el caso del Brexit, o forzados, como el Grexit que, afortunadamente, hoy parece más lejano, pero que todavía no podemos terminar de descartar. Sin duda hemos aprendido que la Unión Europea no es una entidad inamovible.

Pero vamos más allá de Europa. Normalmente, muchas de las multinacionales tienen la sede física de sus centros de datos en países como China, Rusia, India, etcétera. No es que las normativas legales de dichos países sean incompatibles con nuestra normativa, es que además hablamos de lugares en los que las propias instituciones oficiales pueden determinar, por ley, que tienen acceso a los datos alojados en el servicio. Algo que, evidentemente, no queremos que ocurra con nuestros datos y que se evita contando con proveedores sometidos a las normativas legales y a una regulación de transparencia.

La única manera, por lo tanto, de poder disfrutar de la tranquilidad de saber que siempre estaremos cumpliendo la ley, es elegir un proveedor que deba adaptarse a la misma, sea esta la que sea.

Red pushpin marking a location on a road map, selective focus

Certidumbre económica

No hay nada peor para el consumidor que contrate o compre algo por un precio y que luego en la factura… ¡oh! ¡Sorpresa! El precio final es mayor de lo acordado. Vaya, seguro que no ha leído la letra pequeña, pero ¿es solo responsabilidad del cliente?

El ejemplo más conocido y que todos hemos sufrido alguna vez son los “gastos de gestión” al comprar un billete del tren o de avión. Traslademos esto a cantidades mucho mayores, y con los servicios cloud. El resultado no es sólo un gran malestar personal sino que encima nos buscamos un problema con el departamento financiero de nuestra empresa, encargado de cuadrar las cuentas.

En el mercado internacional de los service providers esto es el pan de cada día ya que suelen “obviar” en el presupuesto inicial los gastos de transferencia, soporte técnico, servicios de autoescalado, etc y al final, te das cuenta que no te sale nada rentable y, lo que es peor, te sientes estafado.

¿La solución? Pues es bastante sencilla, contratar un proveedor que te asegure que te va a dar un presupuesto cerrado del servicio cloud que te interese, con la idea de no recibir sorpresas a finales de mes, con una factura inesperada.

Gestiones y administración

En un mundo ideal, cualquier tipo de gestión se realizaría de una manera rápida y sencilla. Sin embargo, la realidad a día de hoy todavía está bastante lejos de ese escenario y, por lo tanto, a la hora de elegir un proveedor nos interesa mucho tener lo máximo en común con él.

Y lo mismo ocurre con cualquier otra gestión, sea del tipo que sea. Compartir una cultura y un marco común, así como el idioma, facilita lo impensable realizar este tipo de operaciones, que de otro modo se pueden convertir en una auténtica tortura.

Soporte técnico

Contar con un buen soporte técnico crucial. Que ofrezca disponibilidad 24×7 y que cuente con un completo equipo de profesionales capaces de solucionar todos nuestros problemas. Pero, aunque fundamental, esto no es suficiente si a la hora de ponernos en contacto con dicho servicio el idioma es una barrera o el nivel de atención tiene que ser escalado una y otra vez hasta llegar al verdadero soporte técnico. Un servicio técnico cualificado en castellano nos garantiza que la comunicación no será nunca un problema a la hora de resolver nuestros problemas.

Ojo con la trampa del soporte con coste. Nos hemos encontrado con que, en la mayor parte de los proveedores americanos, el soporte técnico cualificado y resolutivo es caro. Es verdad que te dan cierto soporte gratuito en primer nivel pero suele ser un call center que deriva tu incidencia a “los que saben solucionarla”. Para cuando te la pueden solucionar, han pasado 36, 48 horas o más y las pérdidas pueden llegar a ser cuantiosas.

La cercanía

En un mundo tan globalizado y tan fácilmente accesible, cobra más importancia que nunca el valor de la cercanía con tu proveedor de servicios. Las grandes multinacionales suelen sacrificar este punto en pro de llegar el primero a todas partes, pero los proveedores locales quieren crecer con su cliente, ayudarles en la fase de implementación de las soluciones, es decir, cuando más lo necesitan y no dejarles solos.

Además, estas empresas de carácter local ayudan a definir cuáles son las necesidades concretas de sus clientes a través de su departamento de preventa, que evalúa y plantea cuáles son las arquitecturas o las soluciones más óptimas que ofrece el mercado. Y, lo más importante, dejan claro que puedes contar con ellos.

Conclusiones

Tras analizar todos estos puntos, llegamos a la conclusión de que la clave para acertar a la hora de elegir un proveedor de cloud es que éste tenga una mentalidad global, que piense en grande, que sea capaz de poner el cielo a los pies del cliente, pero…. y he aquí la dicotomía: que mantenga todos estos valores que hemos mencionado en el artículo y que son característicos de los proveedores locales.

En España, y con presencia relevante en Latinoamerica, contamos con un buen ejemplo de empresa global que opera con mentalidad local: Gigas, distinguida por la consultora Gartner, como “significant provider” (proveedor significativo) dentro de su “Magic Quadrant for Cloud Infrastructure as a Service”, durante tres años consecutivos, ubicándola entre las 25 empresas más importantes del mundo.

Esta compañía es hoy el único proveedor oficial de servicios cloud español para la UE (¡cómo no confíar!) y es reconocida por sus clientes españoles por la transparencia que han demostrado durante todo el trayecto comercial que han iniciado con ellos. El constante crecimiento de Gigas en los mercados donde opera viene acompañado de multitud de premios y reconocimiento de alcance internacional, como el mejor servicio, la mejor solución, la mejor plataforma o el premio al proveedor más innovador concedido por la prestigiosa revista norteamericana Financial Times. Y por último, al ser una empresa cotizada, la transparencia está asegurada a todos los niveles.

Gigas para MuyComputerPRO

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