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Twitter ficha una nueva responsable de su política de comunicaciones

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Twitter sigue fichando directivos que contribuyan no sólo a mejorar su imagen, sino también la seguridad y relaciones que la compañía tiene con sus usuarios y con los medios. Como su nueva Directora de Política de Comunicaciones, Emily Horne, que hasta su entrada en la compañía ha trabajando en el equipo del Secretario de Prensa del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos. Horne empezará a trabajar en Twitter el próximo 19 de junio, e informará de sus tareas directamente a la Directora de Comunicaciones de la compañía, Kristin Binns.

Entre las nuevas atribuciones de Horne, según Recode, estará la supervisión de todo lo relacionado con las políticas de Twitter en cuanto a mensajería y comunicaciones, incluyendo los casos de abuso y discurso del odio, así como el grado de privacidad de los usuarios de la red. No es una tarea nueva para ella, puesto que durante su etapa en el Consejo de Seguridad Nacional ha tenido que gestionar los mensajes intercambiados en operaciones antiterroristas contra el estado islámico y se encargaba habitualmente de informar sobre ellos a funcionarios de seguridad de alto nivel del gobierno.

El puesto que va a ocupar Horne es bastante importante para Twitter, que lleva ya un tiempo trabajando para erradicar las cuentas relacionadas con el terrorismo de la plataforma. El área de Política de Comunicaciones de Twitter gestiona también todo lo relacionado con la censura de los gobiernos de determinados países, y de asegurarse de que se permite la libertad de expresión sin que esto conduzca a la autorización del discurso del odio.

En la red social llevan bastante tiempo combatiendo casos de acoso y discurso del odio, así como de terrorismo y otros actos delictivos en la red. La compañía ya modificó en 2015 sus términos de uso para incluir este tipo de comportamientos dentro de lo que considera mal uso de la red social. En muchos de los casos, Twitter decide suspender temporalmente o cerrar las cuentas desde las que se publican las ofensas, pero en otras ocasiones no lo hace, sin ofrecer explicaciones de los motivos que alega para cerrarlas o no.

Esto desemboca muchas veces en protestas y descontento, sobre todo cuando decide mantener abiertas cuentas que incitan al odio y o no toma ninguna medida contra sus propietarios o castiga a los que mandan mensajes ofensivos con una suspensión temporal de la cuenta. Esperemos que la incorporación de Horne al equipo logre aclarar la fina línea que separa la libertad de expresión de la ofensa y el discurso del odio, y que Twitter tome medidas más drásticas contra las cuentas que ofenden, difaman y emiten mensajes de odio y discriminación.

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