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Las empresas siguen apostando por tener sus propias apps

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Que las apps se están comiendo al software «de toda la vida» es una realidad ineludible. El cambio del tradicional PC por dispositivos móviles, que ofrecen disponibilidad en cualquier momento y lugar, ha impulsado la adopción de las mismas por parte de empresas, profesionales y particulares, que ya le dedican mucho más tiempo que a los tradicionales programas para ordenador. Y, como cuenta hoy Computerworld, en base a un informe de la consultora Gartner, las empresas avanzan en la adopción de las mismas, tanto para la prestación de servicios a sus clientes, como también para su propia organización y gestión interna. En concreto, según el citado informe, en 2015 el 60% de las empresas ya habían dado algún paso para emplear apps, un número que ha ascendido hasta el 73% a lo largo del pasado 2016.

Un elemento clave de la aceleración de estas herramientas en el entorno empresarial son las plataformas de desarrollo de apps móviles (mobile app development platform, MADP), unos entornos de diseño de aplicaciones en los que, en muchos casos, ni siquiera es necesario saber programar, puesto que todo se realiza en un entorno visual, algo que evita la necesidad de contar con un programador especializado en este tupo de desarrollos y dedicado únicamente a este fin. Entornos sobre los que Gartner ya ha creado un cuadrante mágico, con las 35 herramientas más destacables.

En cuanto al tipo de apps desarrolladas por las empresas, la inmensa mayoría de ellas están dirigidas a usuarios externos, es decir, clientes, personas interesadas en sus servicios, etcétera. No obstante, cada vez más organizaciones están descubriendo la utilidad de estas herramientas, empleadas en el propio entorno de la empresa. Y aquí las MADPs tienen una importancia capital, pues están contribuyendo en gran medida a que las empresas empiecen a emplear apps propias para la gestión de vacaciones de los empleados, procesos de selección de personal y promoción interna, comunicación y trabajo en grupo entre los trabajadores, etcétera. Permitir la gestión de este tipo de operaciones comunes a través de apps, agiliza en gran medida la operativa de las compañías, lo que redunda en una mejora de la productividad y, por lo tanto, en mejores números.

No obstante, un aspecto que no aborda el artículo de Computerworld, y que por experiencia propia entiendo que es fundamental, es el planteamiento de futuro de dichas apps. Tanto en herramientas internas como en las que se ofrecen de cara al público, desgraciadamente es bastante común encontrar apps desarrolladas hace ya algún tiempo, que no han sido actualizadas desde entonces, y que en muchos casos no se adaptan a los nuevos dispositivos y versiones de los sistemas operativos. O, peor aún, ni siquiera funcionan. Sí, una app puede dar muy buena imagen de una empresa, así como mejorar sus procesos internos y externos. Sin embargo, una app que no funciona, o lo hace de manera deficiente, puede (y suele) generar el efecto contrario.

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