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Aumenta la cautela en las inversiones en «capital semilla» en Silicon Valley

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Las inversiones que se realizan en una startup cuando está empezando a dar sus primeros pasos, a lo que se denomina capital semilla y que en muchos casos es básico para que una compañía pueda comenzar su andadura, comienza a hacerse con más cautela en Silicon Valley. Los días en los que los inversores daban dinero a nuevas empresas casi alegremente parecen haber pasado a la historia en la zona, y ahora parece que todos examinan con más precaución dónde apuestan su dinero antes de hacer una inversión.

La inversión en capital semilla, según Reuters, lleva dos años descendiendo. Concretamente, desde mediados de 2015. Desde entonces hasta ahora, el número de transacciones hacia las startups en sus primeros estadíos de desarrollo ha bajado un 40 por ciento. La inversión en empresas que ya han pasado esa fase y están comenzando a crecer un poco también ha caído, aunque no tanto: un 24 por ciento en el mismo periodo de tiempo.

A pesar de este descenso, tanto entre las personas que se dedican a invertir como entre las entidades de capital riesgo sigue manteniéndose, puesto que todos buscan dar con el siguiente pelotazo. Pero el hecho es que se invierte menos, lo que podría tener varias consecuencias para Silicon Valley.

Las inversiones en las primeras etapas de una empresa son básicas para un ecosistema tecnológico construido a partir de la toma de riesgos y la experimentación. Si las empresas que están empezando no cuentan con recursos críticos para ellas, las empresas no pueden escalar con la suficiente rapidez para intentar competir en igualdad de condiciones con otras empresas, ni para convertirse en compañías que revolucionen sectores económicos, como sucedió en su día con Airbnb, por ejemplo.

Los emprendedores saben que la financiación a estos niveles es primordial para conseguir sus objetivos. Así lo ve Steve Blank, empresario, mentor de startups y profesor adjunto de la Universidad de Stanford: «La razón por la que las startups revolucionan a otras empresas en el siglo XXI es porque tienen capital para hacerlo, no porque sus creadores sean más inteligentes que otros«.

Estos inversores que se dedican a las empresas que empiezan, conocidos como business angels, suelen proporcionar tanto el primer dinero que tienen las empresas como los consejos y la ayuda necesaria para ayudar a los emprendedores a demostrar que su tecnología funciona, así como para cubrir las etapas necesarias para atraer mayores inversiones más adelante. Pero ya no parecen tan dados a apostar su dinero como hace dos años.

Durante el segundo trimestre del año, este tipo de inversores han cerrado unos 900 acuerdos en Silicon Valley, 200 menos que en el mismo periodo de 2016 y 600 menos que en segundo trimestre de 2015. Así lo asegura un informe de Pitchbook Inc, una entidad dedicada a analizar datos de inersiones de capital.

En total, entre abril y junio se han invertido en capital semilla 1.650 millones, frente a los 1.750 del mismo periodo en 2016 y los 2.190 de dicho trimestre de hace dos años.

Los motivos del descenso

Los inversores y los analistas del sistema achacan esta bajada a varias razones. Para empezar, están preocupados por las valoraciones exageradas de las empresas. También por un mercado muy tibio para las salidas a bolsa, lo que proporciona a los inversores en capital semilla una manera de recuperar sus inversiones. Después de salidas tan sobrevaloradas como la de GoPro o FitBit, los inversores han  perdido el interés por las acciones de empresas que no tienen cierta solidez.

Otros echan la culpa a la proliferación de grandes tecnológicas. Por ejemplo, la inversora de capital semilla de San Francisco Initialized Capital ha ralentizado su nivel de inversiones hasta dejarlas en 20 al año, frente a las 50 en las que invertía hace unos años. Entre sus motivos para ello están la cantidad de riqueza conseguidas por las empresas dominantes, como Facebook, que pueden desafiar con rapidez a una startup interesante y reducir su valor.

Como todo, la inversión en Silicon Valley funciona en ciclos. Algunos veteranos del sector ya dicen que la caída de inversión en capital semilla tiene que revertirse en algún momento. A pesar de esto, algunos afirman que están observando un cambio en la actitud habitual hasta ahora en el sector, que viene a ser algo parecido a «reparte dinero y reza». Así, en vez de repartir cantidades pequeñas entre muchas startups con la esperanza de que algunas salgan adelante (lo suelen hacer un 30 por ciento de ellas), los inversores en capital semilla han cambiado de actitud e invierten en menos y lo hacen con cantidades mayores.

En la actualidad, la cantidad media de inversión en capital semilla es de 1,6 millones de dólares, frente al medio millón de hace unos cinco años. Esta cantidad está más en línea con lo que las grandes inversoras suelen aportar a las empresas. Pero a cambio de más cantidad, los inversores también quieren más participaciones de las empresas que financian.

Por ejemplo, Initialized Capital suele pedir un 50 por ciento del accionariado de las startups en las que invierte. Es un porcentaje muy elevado, si se tiene en cuenta que otras piden entre un 5 y un 15 por ciento.

ás acciones de entrada da a los inversores en capital semilla más capacidad y poder en futuras ronda, en las que otros inversores entren en el accionariado. Los inversores en capital semilla, si piden pocas aciones en un principio, se arriesgan a que su participación se diluya notablemente si no se quedan con más parte del pastel desde el principio, a no ser que participen en futuras rondas.

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