Ryan Graves, Vicepresidente de Operaciones de Uber, presenta su dimisión

Ryan Graves, que fue el primer empleado de Uber y actualmente ocupa el cargo de Vicepresidente de Operaciones de la empresa a nivel global, ha dimitido de su puesto, aunque según el propio Graves ha confirmado, seguirá formando parte de la junta directiva de la compañía. Él mismo ha sido el encargado de comunicar su decisión a los trabajadores mediante un comunicado interno, al que ha tenido acceso Business Insider, en el que comenta que dejará a mediados de septiembre sus tareas diarias, que se centran sobre todo en expandir la división de reparto de la compañía, con servicios como UberEats y UberRush.

Desde entonces, y como miembro de la junta directiva de Uber, se centrará en colaborar en el proceso abierto para dar con un nuevo CEO para la compañía. Según ha comentado, «para mí está claro que lo que más se necesita es la estabilidad de nuestra junta directiva y la selección de nuestro nuevo CEO, así como que la dirección asiente y aumente su poder. Independientemente del papel que desempeñe en el futuro, me dedicaré a apoyar el liderazgo de Uber, para lo que colaboraré con el nuevo CEO en la comprensión de las complejidades de este negocio y esta organización, y en seguir desarrollando nuestra misión para el futuro que tenemos por delante.»

Graves también ha comentado que ha decidido la fecha de su salida «para que no entorpezca el proceso de llegada de nuestro nuevo CEO, quienquiera que sea«. Además, espera que su transición «se conozca y pueda planearse bien antes de que se tome la decisión de quien será el CEO, y que así pueda quedar claro tanto a nuestro equipo como a nuestro nuevo líder que estaré listo para apoyarle en lo que pueda«.

En el seno de Uber, Graves cuenta con mucho respeto y tiene fama de ser amable. Ha sido una de las personas que más ha tenido que ver en la transformación de la empresa a lo largo de los últimos siete años. Incluso fue su primer CEO durante un breve periodo de tiempo entre 2010 y 2011, antes de pasar el testigo para ocupar su puesto actual a Kalanick, que dimitió de su puesto el pasado mes de junio después de varios escándalos y situaciones polémicas.

Además de las responsabilidades propias de su cargo, Graves también ha sido en muchas ocasiones el contrapeso de la figura de Kalanick, muy agresivo y con una actitud que sólo buscaba ganar al precio que fuese. Muchos que han trabajado con él aseguran que con su actitud y perspectiva se ha conseguido mejorar bastante la cultura de Uber.

Uber espera encontrar un nuevo CEO y confirmar su nombramiento para septiembre, culminando un proceso que no ha estado exento de dificultades. Primero una de las posibles candidatas al puesto, la actual CEO de Hewlett Packard Enterprise, Meg Whitman, se apeó ella misma de la lista tras decir públicamente que no estaba interesada.

Después surgieron varios rumores de que Kalanick estaba intrigando para intentar regresar a su antiguo puesto, que no se acallaron hasta que otro de los fundadores de Uber, Garrett Camp, declaró públicamente que Kalanick no iba a regresar. Por el momento parece que la situación se ha calmado, pero veremos si la junta de 14 directivos que lleva las riendas de la compañía desde junio puede seguir trabajando tranquila hasta la llegada del nuevo CEO.