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La carrera por el coche autónomo avanza entre dudas sobre su rentabilidad

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Las tecnología relacionada con el coche autónomo, así como los esfuerzos de tecnológicas y fabricantes de coches por ser los primeros en desarrollar un vehículo sin conductor o, al menos, los avances que lo hagan posible a terceros, no para de ocupar titulares. Todos parecen apostar por ella e incluso rivales en el mundo de la automoción se asocian para conseguir mejores resultados, algo impensable hasta no hace mucho. No paran de anunciarse acuerdos de fabricantes con proveedores, como los comunicados por BMW y Daimler recientemente. Todo a pesar de las dudas que suscita este sector, puesto que no son pocas las voces que dudan de que el coche autónomo vaya a ser rentables algún día, mientras compañías como Uber y Google siguen adelante con sus pruebas de vehículos y su investigación en conducción autónoma.

A pesar de todo, las empresas siguen apostando por ellos. Pero ya no por su rentabilidad, según Reuters, sino por la tecnología asociada, y por hacerse con la propiedad de la tecnología de los sistemas de conducción autónoma, que de por sí ya parece bastante interesante para que corran los riesgos que están afrontando.

No obstante, estas dudas sí que parecen haber suscitado un cambio de estrategia en cómo las empresas están afrontando la investigación en el coche autónomo. En lugar de hacerlo en solitario, lo más habitual hace sólo un año, ahora la tendencia pasa por asociarse entre varias compañías. Sobre todo entre los fabricantes de coches, que más que en el partido económico que van a sacar a sus investigaciones están pensando en las posibilidades que les abrirá de cara a otras áreas, y en los retos que supone parar sus ingenieros.

Y es que todo apunta a que va a haber empresas que salgan perdiendo en el sector. A menos a corto y medio plazo, puesto que según la consultora Frost & Sullivan, los coches autónomos sólo representarán entre el 10 y el 15 por ciento del mercado para 2030. Tal como lo ejemplifica en relación a los sistemas que integrarán estos coches John Hoffecker, Vicepresidente de la consultora Alix Partners, «me resulta increíble que vaya a haber 50 productores de software de vehículos autónomos con éxito«.

BMW decidió desistir en julio del año pasado de seguir investigando en solitario en el desarrollo de coches autónomos, y prefirió asociarse para ello con el fabricante de chips Intel y el desarrollador de software Mobileye, de cara a desarrollar una plataforma para la tecnología de coches autónomos para 2021. Antes de tomar la decisión, varios directivos de BMW se reunieron con todo tipo de startups y proveedores para valorar su posición en el mercado, y finalmente decidieron cambiar de estrategia.

Según ha declarado Klaus Buettner, Vicepresidente de los Proyectos de Conducción Autónoma de BMW, «si se cuenta con otras empresas, se pueden aligerar las dificultades tecnológicas y los aspectos de seguridad, y además te das cuenta de que muchos estamos nadando en las mismas aguas. Todo el mundo está invirtiendo miles de millones. Nuestra visión era que tenía sentido juntarse para desarrollar los sistemas principales como plataforma«.

Daimler Mercedes-Benz es otro de los fabricantes de coches que se ha aliado con otros para avanzar en la tecnología de conducción autónoma. En concreto, con Bosch, con el que llegó a un acuerdo hace tres meses. Mientras, la japonesa Honda ha dicho que está abierta a alianzas.

No sólo las empresas que fabrican coches se están aliando para avanzar en el desarrollo del coche autónomo. Las tecnológicas también lo están haciendo. Por ejemplo, la startup de coche compartido Lyft se asoció con la división de coche autónomo de Alphabet, Waymo, el pasado mes de mayo.

La tecnología del coche autónomo tardará años en llegar

En la actualidad, la conducción autónoma parcial ya es una realidad en los coches de lujo, que pueden mantenerse en el carril en el que están y ajustar automáticamente la velocidad durante la conducción en autopista. Pero las próximas etapas, que permitirán que no haya que estar pendiente de la conducción todo el rato, tardarán todavía varios años en llegar. Y muchos saben que perderán dinero mientras tanto.

En BMW son conscientes de ello, tal como ha manifestado Klaus Froelich, miembro de la junta directiva de la compañía y el encargado del desarrollo de la misma. Froelich sabe que BMW perderá dinero con sus primeros vehículos autónomos, como sucedió con su primera generación de coches eléctricos. Pero sabe que el desarrollo de la tecnología es una necesidad para seguir siendo relevante en el mundo de la fabricación de coches. Según lo ve, «es una tecnología que va a permitir otras, no un caso de negocio. Pero si las dificultades que implica se pueden compartir en una plataforma, no tengo nada en contra«.

Además de la conducción autónoma entre particulares, que todavía tardará décadas en ser realidad, hay varios sectores en los que intervienen vehículos que pueden beneficiarse de esta tecnología y proporcionar ingresos a los fabricantes. Uno es el de los «robotaxis», o taxis a demanda sin conductor, que puede que sustituyan en el futuro a los taxis tradicionales. Se espera que los robotaxis amplíen el mercado del coche compartido, que según parece moverá decenas de miles de millones en 2030.

Con esto en mente, tanto Ford como General Motors están invirtiendo un mínimo de 2.000 millones de dólares cada uno para desarrollar flotas de coches autónomos para que puedan compartirse en trayectos urbanos a partir de 2021, y hagan la competencia a diversas startups y compañías de transporte de viajeros que operan en la actualidad.

Todo esto, mientras los reguladores del sector del transporte están presionando para que se creen unos estándares que daba seguir esta nueva tecnología, y que podría poner trabas a su desarrollo. Ya en septiembre de 2016, el Departamento de Transporte de Estados Unidos y la Administración de Seguridad en el Transporte por Carretera de Estados Unidos hicieron públicas sus normas para los vehículos dotados de un alto grado de automatización.

Desde entonces hasta ahora, la entidad reguladora ha pedido a los fabricantes con planes de lanzar un coche autónomo que comparta con ellos cómo se programan los «reflejos» de los vehículos. Sobre todo cuando se enfrentan a la resolución de un dilema, com elegir entre atropellar a alguien o acelerar por encima de los límites marcados por la ley para evitar un accidente.

Según las normas publicadas en septiembre, en estos casos «es importante tener en cuenta si los vehículos altamente automatizados deben aplicar una u otra norma o realizar una acción determinada cuando haya conflictos entre la seguridad, la movilidad y la legalidad. Los algoritmos para solucionar estas situaciones conflictivas deberían desarrollarse de manera transparente y con la intervención de los reguladores estatales, así como de los conductores y los pasajeros».

Al otro lado del Atlántico, los reguladores europeos también están debatiendo si deben estandarizarse las velocidades y distancias que los coches autónomos deben mantener cuando se incorporan a un carril o realizan adelantamientos. Veremos qué acaba sucediendo finalmente, aunque el éxito de los coches autónomos depende de muchos factores, entre los que están la tecnología, la legislación, el precio o la aceptación por parte de los consumidores y las empresas de este tipo de vehículos capaces de conducirse solos.

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