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Bitcoin: un crecimiento que no cesa

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Bitcoin

Aún recuerdo la primera ocasión en la que escuché hablar sobre Bitcoin y las ciberdivisas. ¿Qué? ¿Cómo que una moneda que se obtiene minando bloques de nosequé y que se guardan en cibermonederos y que las transacciones se realizan mediante blockchain? ¿Y eso no lo respalda ninguna institución financiera, ni pública ni privada? En ese momento a mí eso de minería de bloques me sonó a Minecraft y, la verdad, empecé a seguir el fenómeno con una mezcla de curiosidad y (principalmente) incredulidad. Con los años, no he dejado de preguntarme qué habría pasado si, en vez de dejarme llevar por el escepticismo, lo hubiera hecho por la curiosidad y, ya que no parecía tan complicado, hubiera puesto mis ordenadores a minar bloques. Lo más probable es que no me hubiera hecho millonario, pero de haber imaginado lo que estaba por venir, es probable que sí que hubiera acumulado unos cientos (o puede que incluso dos o tres miles) de euros.

Y es que, tal y como ya te hemos contado, este mes de agosto Bitcoin ha alcanzado un máximo histórico, llegando a cambiarse por más de 4.300 dólares, un valor que en su momento algunos analistas llegaron a calificar de «techo» para el cambio Bitcoin-dólar. Sin embargo, hay algunas voces que no están de acuerdo con ese planteamiento y, como cuenta hoy Business InsiderTom Lee, fundador del fondo de inversión Fundstrat, se ha sumado a esas opiniones sobre un excepcional futuro para la ciberdivisa. Y no ha hablado de un leve crecimiento, no, según su pronóstico su valor de cambio podría llegar a incrementarse hasta los 6.000 dólares en algún momento a mitades de año que viene, lo que supondría un crecimiento del 28% con respecto a su cotización actual.

Su modelo de predicción para el valor de Bitcoin a medio plazo se basa en la Ley de Metcalfe, que estipula que el valor de una red aumenta exponencialmente en función del número de usuarios dentro de ella. Lee proyectó que las cuentas de usuario bitcoin crecerían un 50% para 2018. Y es que, precisamente la mayor debilidad de la cibermoneda hasta el momento ha sido el poco calado que ha obtenido en el común de la sociedad. Sin embargo, a medida que los agentes y entidades financieras prestan cada vez más atención a la misma, e incluso se plantean empezar a operar con ella en determinadas circunstancias, la percepción global es la de un mayor apoyo a la misma y, por lo tanto, a una valoración mucho más positiva.

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