¿Son las ICO la vía de financiación de las startups del futuro?

La financiación es, claro, un elemento clave para las startups. No en vano, más incluso que el desarrollo de su actividad profesional, el principal objetivo de los emprendedores en encontrar la financiación que necesitan para poner en marcha sus proyectos. Así, los emprendedores tienen que ser, también, grandes conocedores del panorama económico, y con esto no me refiero solo a conocer a los principales inversores, no. También deben conocer lo mejor posible las tendencias económicas, pues es posible que sus vías de financiación estén relacionadas con las mismas. Actualmente, por ejemplo, los principales reguladores financieros tienen bajo la lupa las ICO, una nueva tendencia que está aportando millones de dólares al mercado de las emergentes.

Tanto es así que, según un artículo publicado hoy por CNBC, Taizo Son, empresario e inversor japonés, consejero delegado de Mistletoe (una importante empresa de capital riesgo), es probable que este instrumento financiero se convierta, en poco tiempo, en unos de los métodos más empleados para financiar a los emprendedores. Esto, a la vez, resulta todavía más interesante si tenemos en cuentsa que las propias ICO están siendo valoradas, y que países como China están regulando en contra de que sean empleadas para financiar nuevas empresas.

Hay que entender, en ese rechazo, que hablamos de un producto singularmente especulativo, pues se basa en el valor previsto de cotización de una ciberdivisa, algo que a su vez depende del modo en el que se haya puesto en marcha dicha cibermoneda y otros factores. Dicho de otra manera, hablamos de operaciones factibles, pero en las que el riesgo puede incrementarse de manera exponencial. No obstante, en palabras del empresario, son «muy buenos porque democratizan la financiación del riesgo, no sólo para profesionales como capitalistas de riesgo, sino también para individuos que pueden participar en proyectos emocionantes apoyando a nuevas empresas«.

Actualmente, todo apunta a que la mayoría de los reguladores considerarán que estos instrumentos son legales, pero que es necesaria una mayor supervisión sobre los mismos, e incluso cabe la posibilidad de que se establezcan limitaciones al volumen máximo (probablemente mediante un valor porcentual) de la inversión que pueden aceptar las startups mediante ICOs.