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Hundredrooms, se habla de cierre y «despilfarro»

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Demolición

Por norma general, siempre solemos pensar que una startup con una buena idea, y que obtiene la financiación necesaria para poder desarrollar su propuesta de negocio, lo tiene todo hecho para firmar una historia de éxito. Y es que normalmente es así, pero siempre que la llegada de fondos lleve asociada una política de administración de dichos recursos que mida al milímetro los gastos y las inversiones efectuadas con dichos ingresos. Es más, en bastantes casos, los inversores imponen como condición sine qua non, tener capacidad de decisión para elegir a, al menos, un directivo, que se responsabilice de garantizar que la inversión que han efectuado se emplea de la manera más adecuada. Algo que, según cuenta hoy El Confidencial, no ha ocurrido con Hundredrooms, una startup española que apuntaba a lo más alto y que logró atraer a un buen conjunto de inversores, pero que según fuentes internas mencionadas por el citado artículo, podría estar muy cerca de tener que echar el cierre de manera definitiva.

Nadie, de puertas afuera, termina de explicarse qué es lo que ha ocurrido, por lo que todo apunta a que la gestión económica ha sido particularmente deficiente. Y es que, para entender la sorpresa que provoca esta noticia, es clave saber que en tres rondas de financiación, celebradas en 2015, 2016 y en este mismo 2017 (aunque hay quienes afirman que se produjo a finales de 2016 pero no se anunció hasta 2017) la startup basada en Palma de Mallorca ha logrado recaudar nada menos que 11 millones de euros. Además, también es importante reseñar que parte de ese saldo a favor no llegó en forma de efectivo, sino de presencia en medios (tanto Atresmedia como Mediaset son inversores y, por lo tanto, accionistas), por lo que las campañas sobre el servicio que hemos podido ver en TV no han tenido que ser abonadas con cargo a las cuentas de Hundredrooms.

Así, la palabra que más se repite en relación con la gestión económica de los directivos de la startup es «despilfarro». Una mala gestión que ha llevado a la empresa a realizar, durante los últimos meses, despidos que han afectado a alrededor del 50% de la plantilla. Pero es que ni siquiera con unas medidas tan taxativas se ve luz al final del túnel. Según fuentes citadas en el artículo, la sensación general dentro de la empresa es de pesimismo. Se está cerrando la oficina que la compañía tiene todavía en Madrid, y los empleados esperan, en cualquier momento, una llamada que anuncie nuevos despidos o, incluso, el cierre de la compañía.

Los inversores, aunque se mantienen fuera de foco y, lógicamente, no realizan declaraciones que puedan afectar más negativamente a su inversión, sí que observan con preocupación la situación actual de la compañía. Uno de ellos, al habla con El Confidencial, y ante la pregunta de si se plantea la posibilidad de inyectar más capital en la compañía para intentar salvarla, afirma que no puede responder a esa pregunta, pero que la respuesta es fácilmente imaginable (obviamente es un no). Hablamos del mismo inversor que afirma, al ser preguntado por la situación actual de Hundredrooms, que «se ha despilfarrado dinero por todas partes».

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