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Intel combina aparcamiento y planta solar en favor del medio ambiente
Intel acaba de presentar el nuevo parking para empleados de Ocotillo, su campus en Chandler, que cuenta con placas solares en la parte superior de los paneles que protegen los coches de la luz solar.
Cada vez falta menos para que el calor llegue, esta vez ya sí, para quedarse con nosotros durante todo el verano (salvo sorpresas inesperadas). Y una de las consecuencias será esa desagradable sensación que experimentamos al subirnos al coche y descubrir que, tras varias horas al sol, podríamos cocinar un par de pizzas en su interior antes de que el aire acondicionado empiece a hacer sus efectos. Afortunadamente existen los estacionamientos cubiertos (tanto los cerrados como los abiertos con paneles que protegen los vehículos del sol) pero… ¿no es una pena no aprovechar toda esa energía que se pierde sin más?
Así lo considera Intel que, según informa el Phoenix Business Journal, acaba de presentar el nuevo parking para empleados de Ocotillo, su campus en Chandler, que cuenta con placas solares en la parte superior de los paneles que protegen los coches de la luz solar. La instalación permite el estacionamiento de hasta 3.200 automóviles y, con la energía que es capaz de producir a partir de la luz solar, sería posible cubrir las necesidades eléctricas de 1.000 viviendas. Dicha energía será empleada para el suministro eléctrico a las instalaciones de producción y soporte técnico que forman parte del campus.
Esta no es la primera iniciativa de Intel en este sentido. Hay que recordar que hace poco más de un año, la compañía presentó otra instalación similar en su campus de Folsom, California, con capacidad para alrededor de 3.000 vehículos. Ya entonces, la compañía afirmó que aquello formaba parte de un plan mucho más amplio, dirigido a demostrar el máximo compromiso con el medio ambiente. Además, para aquella energía que no pueden «producir» por sí mismos (como con los paneles solares), tiene el compromiso de recurrir a proveedores que ofrezcan energía limpia y con origen en energías reciclables, evitando en todo lo posible recurrir a la obtenida a partir de combustibles fósiles y medios contaminantes.
Todo esto se enmarca en la política verde de Intel que, ya desde principios de la década de los 90, ha puesto en marcha programas de cuidado del medio ambiente, con los que por ejemplo ha logrado alcanzar porcentajes de reciclaje de productos no tóxicos del 91% en campus como el de Arizona, además de mejorar su consumo de materias primas y recursos naturales como el agua.
Estas políticas activas han llevado a la empresa a obtener múltiples distinciones por su respeto al medio ambiente, como el Phoenix Business Journal for total LEED (Leadership in Energy and Environmental Design) que reconoce no solo sus acciones, sino también su liderazgo en este sentido.
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