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La victoria de Trump abre un futuro lleno de incertidumbre para la industria IT

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Donald Trump

La victoria de Donald Trump ha hecho temblar a más de uno, según su situación personal, pero como ya preveíamos, deja una gran incertidumbre sobre cómo afectará a la industria tecnológica americana. En su día, la mayoría de los líderes de la misma manifestaron abiertamente su rechazo a Trump. Muchos de ellos han llegado incluso a firmar un manifiesto contra él, y empresas como Apple o IBM han sido el blanco de sus ataques.

La polémica no solo se debe al carácter del próximo 45 Presidente de los Estados Unidos, sino también a las medidas que incluye su programa en cuanto a comercio y tecnología. Según apunta Computerworld, alguno de estos puntos incluye el renegociar los tratados de libre comercio firmados entre Estados Unidos y otros países, lo que afectará a las tecnológicas que venden sus productos en el extranjero; o gravar con impuestos bastante elevados a las empresas estadounidenses que fabriquen sus productos fuera de las fronteras. La posición de Trump sobre el comercio asusta incluso a muchos republicanos.

Con respecto a la seguridad de la red, por un lado, los grupos dedicados a la defensa de derechos en internet ya esperan que el nuevo presidente amplíe los programas de vigilancia para luchar contra el terrorismo, lo que desembocará en una menor protección de la privacidad. Además, es posible que la administración de Trump quiera acabar con las reglas que rigen la neutralidad de la red, aprobadas por la Comisión Federal de Comunicaciones el año pasado.

Salvo Peter Thiel, ninguno de los grandes líderes tecnológicos había manifestado su apoyo a Donald Trump. Incluso algunos de sus partidarios, como el fundador de Oculus, Palmer Luckey, se han visto envueltos en un escándalo mientras trataban de apoyarle mediante métodos más o menos ortodoxos. Algunos grupos le han felicitado por su victoria, pero otros expresan en privado su preocupación por la falta de agenda en tecnología o por la llamada al boicot de Apple cuando Tim Cook se negó a ayudar al FBI a hackear iPhones de sospechosos.

Algunos esperan que Trump pida puertas traseras para poder romper el cifrado de dispositivos en base a lo que manifestó sobre Apple durante la campaña. Además, los planes de identificar y deportar inmigrantes ilegales podría derivar en invasiones de la privacidad. Así lo cree Chris Calabrese, vicepresidente de Políticas en el Centro para la Democracia y la Tecnología. No obstante, los deseos de Trump podrían chocar contra los de sus seguidores más conservadores, que quieren una mayor protección de la privacidad, y se escudan en la Cuarta Enmienda para conseguirlo.

Planes tecnológicos

Tampoco se sabe gran cosa sobre lo que piensa hacer en materia de tecnología, a tenor de lo que ha dicho durante la campaña. El pasado mes de octubre dio un discurso sobre ciberseguridad, y algunas de las posturas que afirmó que haría ya las han puesto en marcha desde la actual administración. Hasta ahora solo ha publicado un plan exiguo de lo que piensa hacer en este terreno. El día de las elecciones, su equipo agregó la palabra telecomunicaciones a la web que muestra su plan para las inversiones en infraestructura en Estados Unidos, pero sin dar más detalles al respecto.

Esta incertidumbre ha puesto nerviosos a muchos. En ocasiones ha manifestado que está en contra de algo, como ha sucedido con el TTIP, pero no deja clara cuál es la alternativa, ni lo que va a hacer al respecto. No se sabe si quiere renegociarlo, desarrollar uno nuevo o directamente acabar con él.

Los expertos tampoco están muy seguros del futuro en muchos campos. Tampoco en el de la tecnología. Rob Atkinson, fundador y presidente de la Fundación de Innovación y Tecnología de la Información, cree que esta presidencia dará una de cal y una de arena al mundo de la tecnología.

En su opinión, aunque Trump puede intentar reescribir tratados de comercio, puede que también persiga el refuerzo de las obligaciones de comercio mediante la firma de tratados con China y México. Hasta la fecha, tanto China como otros países asiáticos han actuado contra los intereses de las tecnológicas extranjeras y han apostado por solicitarles, entre otras acciones, que inviertan en la industria local.

 

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