Toshiba consigue beneficios de nuevo gracias a las ventas de sus chips

Después de una temporada desastrosa tras su escándalo financiero, en los que ha tenido que reestructurar casi por completo su negocio, cambiar a los miembros de su junta directiva, buscar financiación hasta debajo de las piedras para reestructurarse y deshacerse de varias divisiones de negocio, parece que Toshiba empieza por fin a levantar cabeza. Lo demuestra su vuelta a los beneficios en los resultados correspondientes al periodo comprendido entre julio y septiembre de este año.

En dicho trimestre, la compañía ha conseguido dar la vuelta a la situación y regresar a la senda del crecimiento, gracias sobre todo, según Reuters, al aumento exponencial de la venta de chips de memoria NAND, que en su mayor parte tendrán como destino smartphones fabricados por compañías chinas. También ha conseguido aumentar su demanda de chips de memoria gracias al lanzamiento del iPhone 7, un modelo de gama alta que usa un chip de memoria flash especial fabricado por Toshiba, y a su aceptación en el mercado. Este aumento en la venta de chipsets es sin duda un notable alivio para la compañía, que está luchando para recuperarse de un escándalo contable que estalló a mediados del año pasado y que le ha pasado una factura de aproximadamente 1.300 millones de dólares.

La reestructuración que ha tenido que llevar a cabo Toshiba para salir adelante le ha llevado a dedicar más esfuerzos a la fabricación de chips, la energía nuclear y la infraestructura social, dejando atrás divisiones que no le aportaban beneficios. Y por ahora, parece que los pasos que ha dado son los correctos.

Así, Toshiba ha comunicado que ha alcanzado un beneficio operativo de unos 721 millones de dólares en el periodo mencionado, en línea con lo anunciado a finales de octubre tras una revisión al alza de las previsiones de la empresa. Esta cifra contrasta con la cosechada durante el mismo trimestre del año pasado, en el que justo estalló su escándalo contable, y en el que comunicó unas pérdidas de algo más de 776 millones de dólares.

La revisión mencionada también incluye un incremento anual de sus beneficios en un 50%, ya que ahora espera conseguir cerca de 1.700 millones de dólares de beneficios, frente a las pérdidas cercanas a los 6.660 millones que tuvo el año pasado. Los directivos de Toshiba aventuran que su división de dispositivos y chips será la que más contribuya a conseguir estos resultados, ya que esperan que logre unos beneficios operativos de más de 1.220 millones de dólares.

Eso sí, la reducción de su base de capital hasta dejarla en menos de la mitad de la que tenía antes del escándalo contable, uno de los movimientos que ha tenido que llevar a cabo para poder salir adelante, podría limitar sus capacidades para realizar inversiones necesarias para seguir siendo competitivos en chipsets a nivel global.