¿Eres una empresa tecnológica sostenible?

Confirmada la devastadora huella que el ser humano está generando sobre la Tierra no está de más pararse a pensar cuál es nuestro impacto en este cambio y cómo podemos mejorarlo. Esto pasa por pensar qué acciones estamos realizando en nuestro negocio y cómo podemos ser una empresa tecnológica sostenible o más aún.

La sostenibilidad es un valor que puede parecer intangible a ojos de la cuenta de resultados de un negocio, pero que puede dejar mucho más poso del que podríamos pensar a nivel de reputación y ética corporativa.

Y por lo pronto parece que el canal TI todavía tiene mucho por hacer. Un estudio de idealo.es sobre las 50 tiendas on-line más populares advierte que únicamente el 12 % ofrece envíos sostenibles, una cifra que desciende hasta el 4 % si nos fijamos en el embalaje ecológico.

Aunque como empresa tecnológica no podemos frenar el cambio climático de golpe nosotros solos, si que podemos aportar nuestro grano de arena para que nuestra huella sea lo menos traumática posible para el Planeta. Estas son algunas ideas:

Menos papel, más digitalización

Empecemos por las cuestiones más sencillas: la reducción de papel en la oficina. A día de hoy hay muchos documentos que no deberían necesitar su impresión. Firmas electrónicas, presentaciones, facturas o documentación técnica pueden ser archivos digitales que bien organizados y colgados en la nube o en un servidor de la casa pueden ser un recurso mucho más práctico para todos.

En la venta más profesional no nos podemos olvidar de evitar el uso abusivo de folletos comerciales que en la mayoría de los casos acabarán en la basura,  y en el mejor de los casos en el contenedor azul.

Así, la digitalización se convierte en un instrumento de valor tanto para nosotros como para nuestros clientes. No solo puede agilizar procesos de búsqueda de documentos sino también securizarlos y organizarlos para que estén al servicio de quién lo requiera en su correo electrónico o portal.

Pero no siempre es posible tener una política de cero papel. Es por ello que para que la reducción sea posible debemos incentivar que las impresiones necesarias, por ejemplo, se hagan en doble cara, en papel reciclado o que se utilicen equipos de inyección de tinta mucho más respetuosos con el medio ambiente que las opciones láser.

Menos consumo energético

La eficiencia energética es un concepto en pleno auge. Ya no solo porque reduce la factura eléctrica del negocio sino también porque es un aporte más en nuestra política de sostenibilidad.

En este sentido, debemos analizar nuestro parqué tecnológico, evaluar dónde estamos gastando más recursos y cómo podemos eficienciar los que tenemos. Seguramente encontremos focos en los que con una inversión nos dé réditos a medio o largo plazo  a la empresa, y por extensión, al medio ambiente.

Asimismo, tareas tan sencillas como apagar las luces cuando no hay nadie en la oficina o poner en modo apagado los equipos cuando no estemos pueden ser también pequeños gestos que suman.

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Envases ecológicos

La segunda fase puede pasar por nuestros envoltorios. Tenemos que seguir vendiendo productos tecnológicos, pero podemos hacerlo de forma diferente reduciendo al máximo el uso de plástico tan perjudicial para la fauna y la flora.

En el caso de opciones de consumo podemos eliminar las tradicionales cajas de software -que muchos fabricantes están retirando o reduciendo a la mínima expresión- por códigos que vendamos on-line o en la tienda física. También promover un consumo responsable de las bolsas que podemos reemplazar por opciones de tela o papel reciclable.

70% de los consumidores prefieren los packaging de papel o cartón que de plástico

Si la conciencia medioambiental no fuera un argumento suficientemente pesado también nos podemos remitir a los deseos de los propios consumidores. Un estudio de Ipsos asegura que el 70% de los consumidores dicen que es más probable que compren marcas con packaging de papel o cartón, en lugar de otros materiales como el plástico.

Tanto en el plano de consumo como profesional podemos -y debemos en algunos casos, según la ley– promover políticas de reciclado de residuos electrónicos que cada vez cuentan con más apoyo por parte de entidades ecológicas. Gracias a estas acciones y la labor de entidades como Recyclia, el reciclaje de dispositivos electrónicos ha aumentado casi un 40% en España.

Proveedores en la misma línea

Podemos estar completamente concienciado con nuestro deber con el medio ambiente, pero si trabajamos con proveedores que no ven este problema nuestra acción-reacción será mucho menor de lo que quisiéramos.

Es por ello que antes de seleccionar a proveedores o fabricantes con los que trabajar nos deberíamos parar un momento y evaluar sus políticas empresariales. Solo seleccionando a aquellos que más están contribuyendo a que el Planeta siga siendo verde estaremos incrementando los valores ecosostenibles.

Es cierto que en muchas ocasiones estas marcas con las que trabajamos nos vienen dadas. Aunque puede parece que en esas situaciones tenemos poco que hacer, siempre podemos invitar a plantearse nuevas iniciativas para el envío de productos o documento, o reducir el consumo energético de los procesos.

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Gestión sostenible

La promoción sostenible no solo tiene que mirar a hechos puntuales sino que debe ser una estrategia integral y transversal dentro del negocio. Es por ello que debemos revisar de forma completa la compañía para ver donde podemos actuar.

La formación interna es esencial para activar el cambio

En este sentido, la formación entre los trabajadores es primordial para que, por ejemplo, el reciclado diario en la oficina sea el correcto o los comerciales puedan ofrecer soluciones sostenibles a los clientes.

Menos transporte

Las soluciones de comunicaciones ahorran a las empresas muchos viajes. Un parámetro que directamente redundan positivamente en el medio ambiente y contribuye a que los trabajadores pierdan menos tiempo en los desplazamientos.

Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, el avión es uno de los transportes que más contamina. Por cada kilómetro y pasajero, el medio ambiente recibe 285 gramos de CO2. Una cifra que se reduce significativamente en el caso de los autobuses (68 gramos) o el tren (14 gramos).

Aunque en muchos casos no se puede evitar el viaje ni elegir la forma de hacerlo, en muchos otros lo podemos hacer teniendo en cuenta estos niveles de contaminación. En los casos que hablemos de desplazamientos cortos siempre podremos optar por vehículos híbridos o eléctricos que también nos ayudarán a respirar mejor.

Imagen | Jacqueline Godany

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Coordinadora editorial de MuyCanal. Danzando día a día entre partners, mayoristas y fabricantes para profundizar en el canal de distribución tecnológico.