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Guía de compra de SSD, mejores ofertas y aspectos a valorar

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Los sistemas de almacenamiento han dejado de ser el ‘cuello de botella’ en el rendimiento de los ordenadores personales gracias a la adopción masiva de las unidades basadas en memorias flash, que ofrecen múltiples ventajas sobre los discos duros. En PCs, las SSD (unidades de estado sólido) se han impuesto por completo, tanto en modelos nuevos OEM, como para renovar el sistema de almacenamiento de equipos existentes en lo que es una de las actualizaciones más rentables que cualquier usuario puede usar.

Señalar lo que ya conoces. El rendimiento de una SSD pulveriza el obtenido por los discos duros en tiempo de arranque del sistema operativo o el de apertura de las aplicaciones, en las recuperaciones desde los modos de suspensión o en la transferencia de archivos. Sus ventajas no se quedan ahí, ya que la ausencia de partes móviles también mejoran la emisión de ruido y el consumo, y los nuevos formatos de SSD conectados al bus PCI-Express han permitido desarrollar nuevos formatos como el M.2 de tamaño infinitamente más pequeño que el de los discos duros.

Finalizar la introducción destacando que la fiabilidad de las SSD es similar (o mejor) que la de los discos duros. Su tiempo medio entre fallos también es superior y la resistencia medida en la capacidad de escrituras de Tbytes son enormes y un usuario tipo no las agotará durante su vida útil. Los fabricantes suelen ofrecer cinco años de garantía para estas unidades y su coste, debido a las bajadas de precio de las memorias flash, las ponen al alcance de cualquier usuario.

Si el almacenamiento es clave para el funcionamiento de cualquier PC, SSD ofrece hoy las mayores garantías. Actualizamos hoy nuestra guía, recordándote los aspectos técnicos que debes conocer a la hora de la compra; los tipos de memoria que usan estos dispositivos, sus diferentes formatos e interfaces de conexión, para acabar con las mejores ofertas disponibles.

Guía de compra de SSD: qué aspectos debes valorar

Las unidades de estado sólido tienen el mismo propósito que un disco duro: almacenar datos y archivos de manera persistente, es decir, que se queden ‘grabados’ permanentemente aunque no se usen los dispositivos. De esta manera y frente a otros tipos de memorias como la RAM, los datos en una SSD se mantienen aunque apaguemos el equipo. Al guardar datos en memorias no volátiles, no requieren ningún tipo de alimentación energética constante ni pilas/baterías para no perder los datos almacenados, incluso ante apagones repentinos del PC.

Sin embargo, hay una diferencia importante entre la forma que maneja los datos una SSD y cómo lo hace un disco duro. Una SSD escribe datos en trozos llamadas “páginas”. Este grupo de páginas se agrupan en los denominados «bloques» y con el fin de escribir nuevos datos en un bloque ocupado todo el bloque tiene que ser borrado primero.

Para evitar la pérdida de datos, toda la información que exista en el bloque debe ser trasladado primero a otro lugar antes del borrado. Una vez que los datos se mueven y el bloque se borra, sólo entonces se pueden escribir. Este proceso es casi instantáneo y no tiene efecto en el usuario, pero requiere espacio libre vacío para que funcione correctamente. Si no hay suficiente espacio libre el proceso pierde eficiencia y se ralentiza, y por ello se recomienda dejar siempre libre aproximadamente un 20 por ciento de la unidad. Te lo recordaremos a la hora de valorar las ofertas.

Tipos de memorias

El tipo de memoria flash NAND utilizado por estas unidades también es importante, aunque aquí el usuario tiene poco que decir ya que es una opción de los fabricantes para sus procesos de producción. Desde 2020 en adelante, los fabricantes han ido apostando por las memorias que usan QLC (cuádruple nivel de celda). Este tipo de tecnología aumenta la densidad de almacenamiento y rebaja costes, permitiendo ofrecer modelos con mayor capacidad a menores precios.

Por contra, a medida que aumentan los bits por celda, se reduce la resistencia frente a formatos anteriores como TLC (triple nivel de celda), MLC (doble nivel de celda) y especialmente SLC, Single-Layer Cell, que solo almacena un bit por celda y que ya han dejado de comercializarse. La inmensa mayoría de la oferta son ya QLC y TLC. En cualquier caso, ya hemos hablado de la buena resistencia y fiabilidad de estas unidades, por lo que los mejores fabricantes han aumentado la garantía hasta 5 años en unidades de consumo y hay versiones profesionales con hasta 10 años de garantía.

Controladores

Junto a las memorias, es el componente más importante de una SSD. Es responsable del rendimiento final de la unidad, del manejo de la interfaz, del número de canales soportado, del nivel de RAID, de la corrección de errores, de la gestión de la memoria flash NAND y también de la memoria DRAM adicional que veremos a continuación.

Hay fabricantes especializados en producción de controladores como Silicon Motion y Phison que los venden a los integradores que no cuentan con diseños propios y por ello los verás en una gran diversidad de modelos. Los gigantes del sector como WD, Kioxia o Samsung, producen controladores propios para sus soluciones.

Memoria caché

Casi todas las unidades de estado sólido incluyen una memoria adicional para caché de datos. Este tipo de memoria es más rápida que la NAND flash general y permite elevar el rendimiento de la unidad, pero solo mantiene sus prestaciones mientras dura su capacidad. La gestión de esta memoria caché la realiza el controlador instalado y es interna, automática y eficiente. Cuando se agota, se acabó la ayuda hasta que no vuelva a llenarse.

Siempre dependiendo de la cantidad instalada un usuario tipo no suele notar pérdida de rendimiento en las tareas comunes. Pero sí se puede notar en tareas más avanzadas o las que exijan mover una mayor cantidad de datos y que termina agotando la caché. Hay que advertir que algunos fabricantes están retirando esta memoria caché para reducir los costes. A la hora de la compra, asegúrate conocer si incluye o no esta memoria. No es imprescindible, pero termina siendo un plus para mover los datos más utilizados.

Disipadores

Las SSD M.2 conectadas a PCIe son las unidades más avanzadas como veremos más abajo. Son muy pequeñas y ofrecen un rendimiento altísimo, pero se calientan y mucho. Es por ello que las últimas generaciones incluyen por defecto o en opción un pequeño disipador de metal que cubre la unidad y ayuda a mantener las temperaturas bajo control.

Hasta ahora solo eran recomendables, pero la última generación de unidades, las Gen5, han cambiado la situación y los que quieran obtener el mayor rendimiento tendrán que usar refrigeración adicional obligatoriamente. Se pueden adquirir junto a la SSD (algunas llevan incluso ventilador) aunque las placas base (nivel medio o superior) ya suelen incluir versiones pasivas (disipadores) para los módulos M.2 que tenga disponible.

Vida útil

Añadimos aquí el apartado de robustez y resistencia, siempre importante en cualquier producto electrónico. Volver a decir que una de las grandes diferencias de SSD frente a los discos duros es que éstas no tienen partes móviles lo que le otorga una gran ventaja en cuanto a imposibilidad de fallo mecánico. Por contra, las SSD son más propensas a fallos de energía eléctrica mientras que la unidad esté en funcionamiento, provocando corrupción de datos o incluso el fallo total. Además, los bloques de memoria en una SSD tienen un número limitado de operaciones de escritura.

Afortunadamente, los últimos años han mejorado muchísimo en fiabilidad y como citábamos arriba las pruebas masivas de resistencia confirman que duran más que un disco duro antes de que comiencen a fallar. Además, todas las SSD incluyen células de memoria adicionales libres para cuando las otras fallen no perder capacidad, reasignando los sectores dañados.

Firmware y software

El programa que establece la lógica de bajo nivel, más conocido como el software que maneja físicamente el hardware desde su arranque hasta que se inicia el sistema operativo (en este caso el controlador), es otro componente de SSD y de cualquier producto electrónico. No es tan relevante como el controlador, pero sí conviene mantenerlo actualizado.

Los fabricantes suelen hacerlo a través de un software de control que a modo de aplicación se carga en el sistema operativo. Además de actualizar el firmware, estas aplicaciones suelen ofrecen pruebas de rendimiento, datos técnicos de la unidad e información de la temperatura de funcionamiento o la vida útil estimada según los Tbytes escritos. Su uso no es obligatorio porque todos los sistemas operativos pueden manejar estas unidades, pero sí son recomendables.

Algunos fabricantes suelen ofrecer software adicional para facilitar la migración de datos desde la unidad de almacenamiento instalada a la nueva SSD. Las mejores son licencias de suites comerciales especializadas que permiten migrar el sistema operativo, las aplicaciones y los datos, cuentan con herramientas para crear las particiones y proporcionan funciones de copia de seguridad y recuperación.

Formatos de SSD

Las unidades de almacenamiento sólido se comercializan en varios formatos e interfaces normalizados que debe conocer todo usuario a la hora de afrontar su compra, sea para ampliaciones o reemplazos de discos duros. Las repasamos.

2,5 pulgadas

Es un formato estandarizado que también usan los discos duros más pequeños. Lo encontrarás en cualquier ordenador de sobremesa y en algunos portátiles, aunque aquí tienden a desaparecer. En una torre de PC puedes montar cualquiera de estos modelos en las bahías de 2,5″ y también en las más grandes de 3,5″ con un adaptador, mientras que en portátiles varían según su grosor de 9,5 mm y 7 mm los más delgados y que se suelen usar en ultra portátiles o convertibles.

Tarjetas

Un formato exclusivo para ordenadores de sobremesa, pero que también tiende a desaparecer, son los de tipo tarjeta que se pinchan directamente en un slot PCIe de la placa base. En este formato se incluyen las unidades que montan sus chips directamente en la tarjeta o si ésta se utiliza como accesorios para poder montar las M.2 anteriores en placas que no tengan un conector especializado. Son igual de rápidas que las M.2 al utilizar PCIe, pero ocupan mucho más, hay muy poca oferta y realmente solo las recomendaríamos cuando nuestra placa no tenga conectores M.2 disponibles. También hay disponibles versiones para montar doble unidad SSD.

M.2

Mucho más moderno y pequeño en tamaño que los anteriores se comercializa en varias variantes aunque la más extendida es la denominada ‘2280’ que mide únicamente 80 x 22 y 3,5 mm, más pequeña que un módulo de memoria RAM. Es el formato que se está imponiendo en la industria y el recomendado a utilizar en placas base que lo soporten, tanto por tamaño, como por rendimiento cuando usan la interfaz PCI-Express que veremos más abajo. La variante mSATA, aún más pequeña que la anterior (50,8 mm x 29,85 mm x 4,5 mm), pero bastante menos extendida y con menos rendimiento.

Conexiones de SSD

Relacionado con el apartado anterior, pero muy diferente, todo comprador de estas unidades debe conocer las interfaces soportadas por su equipo o lo que es lo mismo, el bus de conexión al que va a conectar las SSD. Básicamente son dos:

SATA

(Serial Advanced Technology Attachment). Es un bus tremendamente extendido ya que lleva con nosotros desde 2003 y lo soportan el 100% de los PCs vendidos los últimos 15 años. Tremendamente versátil, es usado únicamente por las unidades de 2,5 pulgadas ya que las pocas M.2 que se comercializaron hace años para este puerto prácticamente han desaparecido.

No todas las SSD ofrecen el mismo rendimiento ya que dependen de las memorias utilizadas y especialmente de su controlador, pero prácticamente todas las SATA alcanzan velocidades de transferencia de datos de 500 MB/s, entre el doble y el triple de la de un disco duro. Son las SSD más económicas en coste por GB, aunque los nuevos lanzamientos se están reduciendo frente a las PCIe. Se pueden montar muy fácilmente en portátiles y sobremesas con adaptadores.

PCIe

Más moderno y mucho más rápido que SATA, PCI-Express se ha convertido en el bus local principal de los PCs y la tendencia es que termine siendo el único una vez que se vayan arrinconando todos los componentes legados existentes para SATA. Se utiliza tanto para conexión interna en los circuitos integrados de las placas base (chipsets) como para conectar tarjetas externas pinchadas en los slots correspondientes.

En el caso de SSD cuentan con conectores dedicados en las placas base, los M.2 mencionados y soportan el protocolo NVMe que convierte la unidad en arrancable, permite obtener un gran rendimiento, reduce la sobrecarga de los componentes de E/S y de la CPU. Entre los pocos inconvenientes frente a los modelos SATA es el que mencionamos más arriba, que las PCI se calientan más. También son algo más caras en precio por GB. Las unidades más extendidas se conectan a la interfaz PCIe 3.0 y ofrecen velocidades en los entornos de los 3.000 MB/s en lecturas secuenciales, mientras que la versión 4.0 (la más recomendable ahora mismo) eleva la transferencia de datos por encima de 7.000 Mbytes por segundo.

Las Gen5 son las más nuevas y veloces, ya que alcanzan un rendimiento de hasta 14.000 Mbytes por segundo en lecturas secuenciales, pero los mayores fabricantes todavía no han dado el salto, necesitan usar las últimas plataformas de Intel o AMD para obtener todo su potencial, son más caras que las anteriores y el problema del aumento de temperatura es más acuciante, necesitando en todos los casos al menos disipadores para evitar problemas. Decir que son retrocompatibles con placas de generaciones anteriores.

Guía de compra de SSD (Ofertas julio de 2023)

La tendencia del sector va por comercializar más unidades M.2 a PCIe y menos SATA de 2,5″, si bien éstas aportan mayor compatibilidad y un precio ligeramente inferior. Hablando de precios, será imposible que no encuentres modelos ajustados a tu presupuesto porque son bastante económicos tras la bajada de las memorias flash.

A la hora de la compra, recuerda que para lograr su máxima eficiencia deberíamos dejar libre aproximadamente un 20 por ciento de la unidad. De ahí que recomendemos adquirir unidades con un punto de capacidad de almacenamiento más al que realmente necesitamos. Por ejemplo, el precio de un modelo de 250 GB frente a uno de 500 GB no suele ser excesivo y siempre merecerá la pena. Te dejamos con una selección de las mejores ofertas actuales separándolas por interfaz de conexión y también alguna externa entre las más representativas.

M.2 PCI-E

Corsair MP700. Quizá la unidad Gen5 que más nos gusta tras analizarla a fondo. Soporta la última interfaz NVMe 2.0 y el Direct Storage de Microsoft, cuenta con memorias 3D TLC NAND, 4 GB de memoria DRAM a modo de caché de alta velocidad y un controlador Phison PS5026-E26 para superar los 10.000 Mbytes por segundo. Con cinco años de garantía, se puede encontrar por 206 euros con 1 TB. Otra serie recomendable a Gen4 es la Corsair MP600 PRO disponible con 1 TB por 99 euros.

Seagate FireCuda 540. Con reciente lanzamiento este mismo mes, es de las pocas unidades disponibles para la interfaz PCIe Gen5 entre los grandes fabricantes. Supera los 10 Gb/s en lecturas secuenciales y ofrece un grado de resistencia de 2000 TBW. Su precio es bastante elevado y la versión con 2 Tbytes de vende por 391 euros. Seagate también vende la serie FireCuda 530 (Gen4) con precios más económicos.

Crucial T700. Otra de las disponibles para PCIe 5.0 y quizá de las más baratas del mercado. Usa memorias Micron TLC NAND de 232 capas junto con un controlador que veremos en otros integradores, el Phison E26. Promete transferencia de datos de 12.400 Mbytes por segundo en lectura secuencial y 11.800 Mbytes por segundo en escrituras. La versión de 1 TB cuesta 199 euros, mientras que la de 2 TB está en oferta por 316 euros. Crucial vende otras SSD como las P5 Plus Gen4 con la versión de 500 GB por 63 euros.

GIGABYTE AORUS Gen5. Otra SSD Gen5 que supera los 12.000 Mbytes por segundo en lectura secuencial. Se apoya en el controlador Phison PS5026-E26, en chips de memoria NAND Flash TLC 3D y en memoria caché LPDDR4. La versión de 1 TB tiene un precio de 200 euros. Las Aorus Gen4 son bastante más baratas, 100 euros por 1 TB.

Kioxia EXCERIA Pro. Otra de las grandes del sector aprovecha al máximo la interfaz PCIe Gen4 para alcanzar 7,3 GB/s. Cuenta con las siempre fiables memorias de Toshiba, alta resistencia y cinco años de garantía. Puedes comprar la versión de 2 Tbyte por 199 euros. Si no necesitas tanto, la versión de 1 Tbyte está en oferta por 112 euros.

Samsung SSD 990 PRO. La última versión del líder en ventas de almacenamiento sólido todavía no ha comercializado las Gen5, pero tiene en esta Gen4 una de las más rápidas del mercado, soportando el último protocolo disponible, NVMe 2.0 y velocidades en transferencia de datos de hasta 7.450 / 6.900 MB/s en modos de lectura/escritura secuencial. La versión de 1 TB cuesta 126 euros y la de 2 TB 193 euros. Samsung vende otras muchas series como la 980 Gen3 con precio de tan solo 62 euros por 1 TB.

– WD_BLACK SN850X. Utiliza memorias TLC 3D NAND de Kioxia y controlador propio para aprovechar a tope la interfaz PCIe 4.0 y ofrecer 7.300 MB/s en lectura secuencial y más de un millón de IOPS en lectura, que la sitúa entre las más rápidas del sector. Con cinco años de garantía y una vida útil en TBW altísima, está disponible en capacidades de 1, 2 y 4 Tbytes desde solo 106 euros. Por si te interesa, puedes revisar el análisis que realizamos sobre la SN850.

Kingston FURY Renegade. En la élite de las Gen4, consiguiendo transferencia de datos de 7.300 / 7.000 MB / s en lectura / escritura secuencial y hasta 1.000.000 de IOPS en transferencias aleatorias. Para ello, usan el controlador Phison E18, memorias NAND 3D de triple capa (TLC) y soporte para el protocolo NVMe. Otra serie disponible para Gen4 es la KC3000 que puedes comprar por 58 euros con 512 GB.

SATA

– Samsung SSD 870 EVO. Seguramente la más vendida entre las SATA de 2,5″. Monta memorias y controlador propio y alcanza el rendimiento máximo que permite SATA con velocidades secuenciales de 560/530 MB / s. Ofrece capacidades desde 250 GB a 4 Tbytes de capacidad desde 45 euros, aunque la versión más interesante ahora mismo es la de 1 TB por 69 euros.

– KIOXIA Exceria. La nueva marca de lo que antes era Toshiba Memory, montan memorias de la casa y transferencia de datos de hasta 555 Mbytes en lectura secuencial. La versión de 1 Tbyte tiene un precio de solo 49, quizá lo más económico que ahora mismo podrás encontrar.

– WD Green. El primer fabricante mundial de discos duros tiene una gran oferta de SSD, como este modelo con velocidades de lectura secuencial de hasta 560 MB/s, que además está optimizado para rebajar el consumo y monta memorias SLC superfiables. La unidad de 500 GB tiene un precio de 36 euros.

– Crucial MX500. En un formato de 2,5″, monta memorias de Micron y ofrece lecturas/escrituras secuenciales de hasta 560/510 MB y lecturas/escrituras aleatorias hasta 95/90 K. Tienen una garantía de 5 años y ofrece capacidades desde 250 GB a 4 Tbytes de capacidad. Económicas, la más interesante en capacidad/precio es la de 1 Tbyte por 55 euros. Crucial vende otras series como la BX500 que actualmente puedes comprar por solo 29 euros en su versión de 512 GB.

– Kingston SKC600B. Monta memorias Toshiba y controlador de Silicon Motion para 550 / 520 Mbytes por segundo en lectura / escritura secuencial. Destaca por su compatibilidad con paquetes integrales de seguridad para salvaguarda de los datos, autocifrado compatible XTS-AES basado en hardware de 256 bits y soluciones de gestión de seguridad TCG Opal 2.0. Con cinco años de garantía, ofrece capacidades desde 256 GB a 2 TB con precios que parten de 41 euros. Análisis aquí.

SSD externas

Las ventajas de SSD que muestran las unidades internas también se han trasladado a las soluciones externas y si bien con menos oferta y novedades, también encontramos soluciones interesantes que pueden llevarse en un bolsillo a cualquier parte conectadas generalmente por un puerto tan extendido como USB o pueden usarse para aumentar el almacenamiento de productos como consolas. Algunas de las mejores ofertas:

– SanDisk SSD Externa. Bajo tamaño, robusta y de amplia movilidad. La compañía ofrece unidades estándar a 520 Mbytes por segundo, las Extreme (1000 MB/s) y las Pro que ofrecen 2.000 MB/seg, Ofrecen todo tipo de capacidades desde 64 euros. Referencia en el sector, aquí la analizamos a fondo.

– Crucial X8. Una SSD portátil que alcanza 1050 MB/s conectada a un puerto USB 3.2. Funciona con consolas o PCs y se vende en capacidades de 1, 2 y 4 Tbytes y de lo más barato del mercado, ya que se vende desde solo 62 euros.

– Samsung T7. Pequeño tamaño, bajo peso, (opción de mayor resistencia con la serie Shield) y con velocidades de 1.050 Mbytes por segundo. Está disponible en varias capacidades, la de 1 Tbyte por 99 euros y la versión resistente Shield de 1 TB por 130 euros. Reciente se ha ampliado con 4 Tbytes.

– WD_BLACK P50. Especialmente diseñado para jugadores en consolas y PCs que necesiten almacenamiento adicional para sus juegos. Su rendimiento es muy elevado hasta 2.000 MB/s en lectura secuencial. Tiene una carcasa atractiva y resistente y se vende en capacidades desde 500 Gbytes a 4 Tbytes. La versión de 1 TB tiene un precio de 218 euros.

Ya sabes. Todo lo anterior solo es una selección de lo que puedes encontrar porque la oferta en SSD es muy amplia. Puedes encontrar estas ofertas y muchas más en nuestros minoristas de cabecera:

Nota: Esta selección contiene enlaces de nuestros afiliados, pero ninguno de los productos incluidos han sido propuestos o recomendados por ellos o sus fabricantes, sino elegidos según nuestro propio criterio.

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