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La calidad de los servicios cloud, clave para su adopción

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Robert Assink, Director General de Interxion España

En los dos últimos años, los CIO y directores de sistemas de empresas de todo el mundo han comenzado a percibir el modelo cloud como una plataforma de ahorro de costes y de eficiencia en los procesos. Como consecuencia, cada vez hay más empresas que desean pasar sus infraestructuras TI a la nube. En este sentido, los integradores de sistemas, que ya trabajan con estas empresas, están llamados a desempeñar un importante papel.

Para ellos, esta migración a la nube es una enorme oportunidad y un nuevo desafío al que se deben enfrentar. Un desafío cuando tratan de adaptar el SLA de los servicios tradicionales al modelo cloud. Una oportunidad para aprovechar que la nube facilita la unión de diferentes plataformas y construir una plataforma a la medida de sus clientes. La integración entre plataformas, la necesidad de una gestión federada y de herramientas de seguridad, junto con la capacidad de entregar el servicio bajo los estándares del sector son requisitos que juegan a favor del integrador de sistemas.

Sin embargo, éstas no son las únicas áreas donde añade un valor significativo. También son capaces de proporcionar SLA para los servicios basados en la nube a sus clientes.

Normalmente, el rendimiento de los servicios cloud viene determinado por la conectividad, el ancho de banda y la latencia de las redes de los clientes; factores externos que no siempre pueden ser controlados ni por el Integrador de Sistemas ni por el proveedor del centro de datos donde alojar las plataformas cloud. Entonces, ¿de qué forma se puede garantizar que el SLA de los servicios cloud define con precisión los términos del servicio, si dicho servicio no puede ser siempre controlado o garantizado por completo?

Siempre que se adapta un SLA para la prestación de un servicio cloud hay que tener en cuenta varios aspectos: el nivel de disponibilidad real; la ubicación, algo especialmente sensible en términos de latencia; la definición de líneas de referencia para medir el rendimiento; así como el tiempo de resolución de problemas; o la experiencia del usuario.

Por supuesto, aunque se haya definido el SLA, sigue siendo importante llegar a acuerdos sobre los términos de la gestión. Es necesario que ambas partes acuerden en primer lugar qué parte de la aplicación o de los servicios estará en la nube y qué no lo estará y, posteriormente, se deberá establecer quién es responsable de la monitorización: el proveedor cloud o el cliente. Es importante garantizar que el SLA guarda relación con una serie de métricas que se puedan establecer y supervisar mediante software. Estas métricas deben ser válidas para la aplicación y los servicios que se vayan a supervisar.

La nube ofrece a los integradores de sistemas una gran oportunidad para pasar de un negocio basado en servicios a gestionar su propia infraestructura y ampliar su atractivo para los clientes. Cuando se seleccione un partner para el centro de datos, el proveedor de servicios debe también considerar qué soporte y SLA le ofrecen, pues esto tendrá un impacto que limitará lo que a su vez podrá ofrecer a sus clientes.

Dado que el cloud busca ofrecer un servicio o una aplicación, la mejor forma de monitorizar su rendimiento es definir métricas que estén basadas en el rendimiento y la disponibilidad de lo ofrecido.

Obtener lo mejor de la nube requiere planificación, una selección cuidadosa de los partners y asegurarse de que se cuenta con la infraestructura más adecuada para dar soporte al negocio. En última instancia, el Acuerdo de Nivel de Servicio respaldará la fiabilidad de dichos servicios.

El equipo de profesionales de MCPRO se encarga de publicar diariamente la información que interesa al sector profesional TI.

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