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Opinión

Robótica en tiempos del COVID-19

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Investigadores "enseñan" a los robots a conectar sentidos como la vista y el tacto

¿Cuántas veces hemos escuchado que tal máquina acabará quitando el trabajo a uno o varios hombres? Señores, pues sí, tienen razón; y menos mal que esas “máquinas” nos hacen muchos de esos trabajos. Hace un par de meses, prácticamente ningún lector daba importancia al mero hecho de ir al supermercado y comprar una barra de pan. Hoy, hacer esa compra se torna complicada e incluso peligrosa y por varios motivos, además del obvio: la sospecha que Covid-19 esté posado donde yo me agarre, o coja ese cartón de leche que anteriormente otro ciudadano, contagiado, pero que no lo sabe, lo ha dejado ahí de nuevo. Eso, por un lado, y además antes de entrar en la tienda, la duda de saber si habrá mercancía suficiente.

Los actuales robots en los grandes silos almacenan millones de referencias y mueven la misma cantidad de paquetes con una precisión que, discúlpenme, sería harto complicado para una persona. Sin embargo, para el robot se trata de una mera y simple tarea mecánica que lleva a cabo sin ningún problema. Vemos así que la cadena de suministro consigue funcionar de manera completamente eficaz e identifica (y asocia) cada producto con un lineal: cada cosa en su lugar, para favorecer así, el tránsito de personas en las tiendas y evitar aglomeraciones.

El Covid-19 tiene la pega de ser un virus que, en función de determinadas superficies, puede permanecer activo incluso varios días. Es en este punto donde, la verdad, aún los científicos no se ponen de acuerdo: unos señalan que en plásticos y superficies metálicas pueden “sobrevivir” hasta 3 días, mientras que otros apuntan a que en cristales su rango de permanencia podría ampliarse incluso hasta 4 días.

Sea como fuere, parece obvio que mantener la máxima pulcritud se convierte en algo absolutamente necesario. Hemos visto a través de imágenes en televisión cómo fumigaban espacios comunes como trenes y aviones (cuando se podía viajar). Ahora bien, ¿por qué exponer al ser humano ante tareas que, quizás, las puedan efectuar de forma más solvente robots debidamente programados para ello?

En este sentido la emergencia sanitaria es clara: quedarse en casa y extremar la limpieza de todo: ropa, suelos, superficies de cualquier tipo, cristales e incluso el aire. Y como hay que acudir a posibles focos de contagio, como son los “supermercados”, éstos deberían ser escrupulosamente limpiados y desinfectados por máquinas que aseguren la eliminación más absoluta de bacterias y virus durante el mayor tiempo posible. Además, al recaer dicha responsabilidad sobre las máquinas evitamos que ni un solo operario pueda contagiarse por el Covid-19.

Desde el aspecto prevención observamos de manera clara que los robots pueden ser nuestros grandes aliados. La pandemia ha obligado a clausurar temporalmente ciertos servicios (básicos para según qué personas) como algunas tiendas on-line. Hay que recordar que hoy hay miles de personas con movilidad reducida o bien con personas dependientes a su cargo y no pueden ausentarse de la vivienda. Así pues, ¿cómo conseguir que las despensas de estas personas estén plenamente surtidas?

El gigante Amazon empezó a probar hace pocos años un servicio de entrega de libros y música (cuando la gente compraba CD) mediante drones a aquellos clientes que vivían en residencias unifamiliares. Más próximo en el tiempo, los drones actuales pueden cargar y transportar varias decenas de kilos.

Así pues, y habida cuenta de la cantidad de residencias unifamiliares con al menos un pequeño espacio para aterrizar drones en Vigo y su área metropolitana (incluso -por extensión- Galicia), sería una excelente idea poner los drones al servicio de la industria logística y la cadena de suministro para llevar bienes de primera necesidad a cientos de miles de personas que, durante una larga temporada, apenas podrán salir de los límites de su finca. La tecnología ya existe, no se trata de hacer experimentos.

Hace muchos años, los “mozos” de las tiendas de ultramarinos llevaban las compras a sus clientes hasta sus casas. Hoy en día, repartidores de los supermercados siguen haciendo ese mismo trabajo y este proceso podría perfectamente hacerlo la tecnología. Sí, la maldita tecnología elimina puestos de trabajo. Hoy podríamos decir aquello de “gracias bendita tecnología”.

Firmado: José Manuel Ruiz, CEO de Smarttek

El equipo de profesionales de MCPRO se encarga de publicar diariamente la información que interesa al sector profesional TI.

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