Durante tres artículos traeremos aquí una serie de mitos erróneos sobre la IA que ha publicado Lenovo en su portal de noticias news.lenovo.com que nos parecen de gran interés.
Las máquinas equipadas con tecnología IA (Inteligencia Artificial) pueden llevar a cabo las tareas que las personas les piden. La gran diferencia con otras máquinas es su capacidad de aprender, sin intervención humana, cómo proporcionar respuestas cuando se les presentan nuevos datos de entrada.
Una de las grandes dificultades para entrenar a las IA es conseguir un conjunto de datos adecuado para entrenar al programa. Las personas realizan este entrenamiento proporcionándole al programa una enorme serie de datos de entrada y las salidas que se espera de ellos. Si le dan unas combinaciones de entrada y salidas no deseadas, el aprendizaje será incorrecto. Y como una IA carece de cualquier atisbo de sentido común, podría cometer errores de bulto en sus evaluaciones. El sentido común se lo proporcionan las personas con el conjunto de datos de entrenamiento.
Esto nos lleva directamente a ver con claridad que cualquier fallo que cometa una IA es, en realidad, un fallo cometido por las personas que la han programado. La velocidad a la que las máquinas de IA pueden aprender y realizar tareas es muy alta, tanto que puede asustar. Pero toda la IA actual requiere que sean las personas las que desarrollen los algoritmos y recopilen los datos de entrenamiento de los que aprender.
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