El ojo humano parpadea a una velocidad de 300 milisegundos, tan rápido que el cerebro apenas nota el movimiento del párpado. En la primera carrera de la temporada 2018-19 de MotoGP, el piloto de Ducati Andrea Dovizioso entró en primer lugar tan solo con una ventaja de 27 milisegundos, unas 10 veces menos que la duración de un parpadeo.
Las modernas motos de MotoGP parecen desafiar las leyes de la física con sus increíbles relaciones peso-potencia. El peso mínimo que marca la categoría son 157 Kg pero, dado que los motores superan ya los 250 CV de potencia no es extraño que, en algunas zonas de los circuitos, las motos casi se vean como una colorista imagen más borrosa que nítida.
Mantener esas ligerísimas motos pegadas al asfalto no solo requiere la habilidad excepcional que tienen todos los pilotos de la categoría, sino que precisa de ayudas adicionales por el lado de la tecnología. Las modernas motos de competición están trufadas de sensores que captan y transmiten enormes cantidades de datos para que los técnicos del equipo dispongan de toda la información para optimizar el funcionamiento de las máquinas.
Desde abril de 2018 Ducati cuenta con la colaboración de Lenovo en el área tecnológica. El acuerdo plurianual que han firmado ambos ha traído como consecuencia que el fabricante chino aporte sus más rápidos servidores y ordenadores para facilitar la tarea de procesar y gestionar estas enormes cantidades de información.
En los últimos cinco años, los pilotos han conseguido inclinar la moto mucho más de lo que parecía posible, alcanzando nada menos que 64 grados de inclinación, en gran parte gracias a los datos procedentes de los sensores que llevan las motos. Estos datos se transmiten a potentes estaciones de trabajo portátiles Lenovo ThinkPad P1.
Stefano Rendina, Ducati Corse IT Manager, señala que la gran potencia de los motores puede ser una espada de doble filo al girar, frenar y acelerar. El acuerdo entre Lenovo y Ducati ha facilitado que el equipo disponga de «la mejor tecnología del mercado». Gracias a este apoyo tecnológico el equipo Ducati Corse dispone de una «inteligencia digital» con la que los pilotos han podido obtener de sus motos un rendimiento «impensable 10 años atrás».
Otro aspecto en el que la tecnología está siendo de gran ayuda es en la simulación. Los sistema de modelado por ordenador permiten crear simulaciones realistas que pueden predecir el comportamiento de una moto en una pista concreta antes incluso del primer contacto físico.
En pistas como la de Qatar, donde la recta principal tiene casi 1 Km de longitud, pero con una serie de curvas enlazadas en el resto del trazado, son necesarias velocidades medias y altas. En estas condiciones, elegir la mejor combinación en las relaciones de cambio, control de tracción y sistemas de estabilidad puede marcar la diferencia que haga que el piloto consiga lo mejor de sí mismo.
Aun así, como comentan los responsables de Ducati Corse, el objetivo no es llevar al máximo las capacidades tecnológicas de las motos, sino darle las herramientas al piloto para que puede tomar en décimas de segundo las decisiones a las que se enfrentará en carrera. «Los pilotos deciden qué hacer en cada momento. Seguirá siendo fundamental que sean muy disciplinados, inteligentes, valientes y afortunados», indica Stefano Rendina, «incluso la tecnología más espectacular no será más que una herramienta. Es la persona que usa la herramienta quien marca la diferencia«.