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Un IDE con historia: Delphi cumple 25 años

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En el día de los enamorados. Así nació hace 25 años Delphi, uno de los entornos de desarrollo de software más populares de la historia de la informática y que pese hoy en día es solo una sombra de lo que llegó a ser, promete seguir dando guerra. Y es que si pese a Microsoft, a la presentación de nuevos IDEs y a la desaparición de Borland todavía seguimos hablando de Delphi, es que sobran los motivos. Hoy queremos repasar su historia.

El 14 de febrero de 1995 Borland Software presentaba la versión 1.0 de Delphi en la Software Development ‘95 de San Francisco. El nombre, que hacía referencia al oráculo de Delfos, tenía como objetivo resaltar su conectividad con bases de datos Oracle (oráculo, en inglés), una característica que se presentaba como la principal mejora frente a Turbo Pascal, el anterior entorno de desarrollo de la compañía.

El anuncio se produce en un momento en el que Windows 3.11 daba sus últimos coletazos y ante un inminente lanzamiento de Windows 95 que se encontraba en beta. Un momento en el que además no solo había una gran demanda de aplicaciones de negocio, sino en el que los desarrolladores ya tenían a su disposición un buen número de herramientas entre las que escoger: Microsoft Visual C++ 1.52 para aplicaciones de 16-bit, Visual C++ 2.0 para 32-Bit, Borland Pascal, PowerBuilder, Microsoft Access… y muchas otras.

Así lucía Delphi 1.0 hace 25 años

Junto a las anteriores, una de las más conocidas era Visual Basic 3.0 (VB), que entre otras cosas tenía soporte tanto para bases de datos ODBC (Open Data Base Conectivity) como de Microsoft JET. Pero si VB triunfaba entre los desarrolladores era porque además era fácil de utilizar, con un lenguaje de programación que no resultaba “amenazante” y que permitía por ejemplo despreocuparse del uso de mayúsculas/minúsculas o llaves por lo que permitía trabajar mucho más rápida que en C/C++.

Esto no quiere decir que no tuviese problemas. Al ser un lenguaje interpretado, las aplicaciones dependían de la instalación de runtimes, por lo que resultaba lento al compararlo con los anteriores. El lenguaje además tenía algunas “excentricidades” propias, como el hecho de no soportar la programación orientada a objetos.

En el reinado de Borland

Así las cosas, Borland Delphi se presentaba como una combinación de Object Pascal en un entorno de desarrollo “a lo Visual Basic”. Object Pascal era el lenguaje programación de Borland y ofrecía muchas de las ventajas que ya se encontraba en VB como sencillez o la falta de distinción entre mayúsculas y minúsculas. También tenía por supuesto algunas diferencias, como los operadores empleados para asignación y comparación. Pero a fin de cuentas, aprender Object Pascal no era mucho más difícil que hacer lo propio en VB.

Si a esto le sumamos que en su primera versión Delphi solucionaba la mayoría de los problemas que VB tenían en esos momentos, es fácil entender el impacto que tuvo desde el primer momento en la comunidad. Las aplicaciones de Delphi podían por ejemplo ser compiladas como ejecutables autónomas, lo que significaba que podían trasladarse e instalarse en una nueva máquina con solo copiarlas.

El entorno de programación era fácil de usar, la compilación era rápida y las aplicaciones resultaban finalmente ser mucho más ágiles que las desarrolladas en VB. Por otro lado, Delphi también tenía soporte para componentes desarrollados por terceros y era compatible con el uso de Visual Basic eXtensions. Pero además, a diferencia de VB, Delphi tenía acceso ilimitado a la API de Windows, es decir: todo lo que podías hacer en Windows, lo podías hacer con Delphi.

Todo lo anterior llamó la atención a los responsables de Microsoft, que en 1996 ficharían a Anders Hejlsberg, principal desarrollador del sistema y que en su siguiente etapa en Redmond se encargaría del desarrollo de C# y TypeScript.

Rumbo al embarcadero

La primera versión, Delphi 1.0 solo tenía soporte para aplicaciones 16-bit. A esta le siguieron al año siguiente un Delphi 2.0 ya para 32-bit, a las que siguieron las versiones 4,5,6 y la más famosa Delphi 7, lanzada en el año 2002.

Lo cierto es que en ese momento Microsoft ya estaba promoviendo .NET como la plataforma de futuro para los programadores de aplicaciones Windows y de alguna manera, Delphi no consiguió adaptarse al cambio. No es que no lo intentara. La compañía presentó Delphi 8 para .NET pero no despertó demasiado interés: o los programadores no querían .NET como plataforma o directamente preferían pasarse a C#. Pese al revés sin embargo el entorno ha conseguido sobrevivir hasta nuestros días, aunque la versión .NET fue descontinuada.

Lo hace actualmente bajo el nombre Embarcadero Delphi (Embarcadero compró la solución a Borland en el año 2008) y su última versión, lanzada en noviembre de 2018 es la 10.3 Rio. Además de su componente visual para Windows, el entorno de ha extendido a macOS, iOS, Android y Linux y sigue contando con muchos de los elementos distintivos que lo convirtieron en uno los entornos más populares en 1995.

Que Delphi haya sobrevivido y evolucionado demuestra su calidad como producto, aunque ya no es la opción obvia que era para el desarrollo de Windows en la segunda mitad de los 90. ¿Qué es lo que se perdió en el camino? Analizándolo con perspectiva puede que el principal motivo es que muchas compañías prefirieron quedarse con Microsoft, una vez que VB creció como producto y se integró con fuerza en las bases de datos de Office, Access o SQL Server.

A esto hubo que sumar que C# consiguió que Pascal comenzase a parecer un lenguaje de programación anticuado, además de incluir todas las características orientadas a objetos de las que carecía VB. Además Microsoft acabó por integrar :NET en todas sus plataformas por lo que Delphi lo tuvo cada vez más complicado para poder competir.

Al final Delphi se quedó y sigue siendo un producto de nicho, amado por desarrolladores independientes pero con cada vez menos presencia en los departamentos de TI de las empresas…y oye, aunque no brilla como antes, no le va demasiado mal.

Periodista tecnológico con más de una década de experiencia en el sector. Editor de MuyComputerPro y coordinador de MuySeguridad, la publicación de seguridad informática de referencia.

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