A la hora de comprar un ordenador portátil hay que tener varios factores en cuenta. No solo su tamaño, o si se necesita más o menos ligero para poder desplazarse con él con comodidad. También hay que valorar otros factores, como las necesidades que tendrás a la hora de trabajar con él, o para qué vas a utilizarlo. Si no, puede que compres un portátil al que le faltan recursos para cubrir tus necesidades. O uno que tenga demasiada potencia para lo que realmente necesitas.
Lo primero que tienes que hacer es identificar las necesidades que tienes, tanto en general como en las tareas concretas que vayas a realizar. También tienes que valorar, especialmente si vas a desplazarte mucho o a trabajar en entornos no demasiado seguros, si el equipo es lo bastante resistente. Y si es posible ampliar algunas de sus capacidades, como su memoria RAM o su batería, con facilidad, o no.
También tienes que tener claro si lo vas a utilizar únicamente para tu tiempo de ocio. Y si vas a jugar con él a títulos que requieran bastante potencia gráfica o no. Además, en el caso de que lo vayas a utilizar para trabajar también debes tener claros los recursos que consume el tipo de trabajo que haces. Porque no es lo mismo necesitar un portátil para tareas de ofimática que para diseño gráfico o producción multimedia.
Con todo esto claro, ya puedes fijarte en los detalles. Es decir, en los componentes que tendrán los portátiles que necesitas. El primero a valorar será el procesador, o CPU. Se trata de uno de los componentes principales del equipo, y funciona como si fuese su cerebro. Del tipo del procesador, su generación para ver su tecnología, y su velocidad, entre otros conceptos, dependerá en gran medida su rendimiento. En cuanto a la memoria, cuanta más memoria RAM tenga el equipo para que el procesador pueda acceder a ella, mejor y con más agilidad hará la tarea que tenga encomendada en cada momento. También evitarás que los programas que consumen más recursos funcionen con lentitud, o no lo hagan en absoluto.
La unidad de almacenamiento también tiene bastante influencia en la velocidad con la que funcione el equipo. Si quieres un portátil veloz, hazte con uno que tenga un disco SSD. Son más caros y generalmente tienen menos espacio que un disco duro convencional, pero la diferencia que tienen en cuanto a velocidad con ellos es abismal.
Otro de los aspectos a valorar en la compra de un portátil es su tarjeta gráfica. Especialmente si lo vas a utilizar para trabajar con multimedia y desarrollo 3D, o para jugar a juegos que necesiten equipos con mucha potencia en cuanto a imágenes. No digamos ya si lo que quieres hacer es trabajar con modelos de Inteligencia Artificial o redes neuronales. En estos casos es recomendable invertir en equipos que tengan una tarjeta gráfica de gran potencia.
Por descontado, al tratarse de un portátil será necesario que valores la calidad de su pantalla, su nivel de batería y la autonomía que ofrece, cuánto tarda en cargarse, qué puertos incorpora y si lleva integrada una webcam o no, ahora que vivimos en la era de la videoconferencia. Ten en cuenta también que es poco probable que encuentres un equipo que tenga exactamente todos los elementos que necesitas a no ser que tu presupuesto sea elevado. Por eso, si vas a utilizar el equipo para ofimática no necesitas lo último en procesadores ni tarjetas gráficas. Pero puede que sí precises una unidad de disco SSD de buen tamaño.
Pero si quieres un portátil para jugar necesitarás un equipo con una cantidad elevada de RAM y un procesador potente, a ser posible de las últimas generaciones. Por descontado, tendrá que tener una tarjeta gráfica potente. En estos casos no es tan importante el tamaño del disco, pero sí es necesario que sea SSD.
Entre estas dos opciones, que representan quizá los dos extremos en cuanto a los requisitos necesarios para buscar a la hora de comprar un ordenador, hay numerosas posibilidades, que tendrás que valorar en función de para qué necesites tu equipo, y también del presupuesto que tengas.