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¿Cómo espió (supuestamente) Bose a sus usuarios?

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Un grupo de clientes de Bose ha demandado a la empresa por, supuestamente, espiarles a través de su aplicación. Los usuarios tienen que instalarla obligatoriamente en sus dispositivos para poder escuchar música a través de los famosos auriculares sin cables de la empresa. Aunque se ha empleado el término «espiar», lo cierto es que habría que matizar bastante este calificativo ya que, lo que ha enfadado a los clientes es que la empresa haya usado los datos personales recogidos en la app (como los hábitos de escucha) para venderlos a terceros, sin (supuestamente) su consentimiento.

La demanda, interpuesta ante un tribunal de Chicago y en la que se solicitan cinco millones de dólares de indemnización, acusa a Bose de violar varias leyes estatales sobre privacidad, así como la ley WireTap, que se encarga de proteger las comunicaciones interpersonales. Según esta normativa, es ilegal interceptar, publicar o utilizar los contenidos de cualquier comunicación oral, electrónica o establecido a través de un dispositivo con cable. Y según la demanda, el historial de audio escuchado por una persona puede ofrecer una perspectiva bastante concreta sobre sus gustos y sus decisiones personales: gustos musicales, emisoras de radio que escucha, tipos de podcast, etc. Con esto se pueden tener información muy personal de la gente como comportamiento, actividad e incluso ideas políticas y religiosas.

Así lo ve el principal demandante del caso, Kyle Zak, que alega que siguió al pie de la letra las sugerencias hechas por la compañía para sacar el máximo partido a sus auriculares, que pasan por descargar e instalar la app mencionada, Bose Connect, en la que hay que dar diversos datos personales, como nombre, número de teléfono y dirección.

Los auriculares inalámbricos de Bose pueden utilizarse sin esta aplicación, pero sí es cierto que con ella consiguen acceso a más funciones y opciones, lo que hace que muy pocos se planteen emplear otra para gestionar la música que escuchan, así como el funcionamiento de los auriculares.

Según figura en el texto de la demanda, la compañía creó perfiles detallados de los hábitos de escucha de sus clientes, que compartió con empresas dedicadas al marketing. Entre ellas, una de San Francisco que recopila datos de diferentes empresas para, a su vez, venderlas a otras. En concreto, en la demanda se hace referencia a los auriculares modelo QuietComfort 35, SoundSport Wireless, SoundSport Pulse Wireless, QuietControl 30, SoundLink Around.Ear Wireless Headphones II y SoundLink Color II.

Como es lógico, Bose ha negado las acusaciones y ha emitido un comunicado en el que, según el New York Post, un portavoz de la empresa afirma que comprenden «la naturaleza de las demandas colectivas«. También comentan que combatirán «las alegaciones engañosas e incendiarias» que se han esgrimido en su contra. En este comunicado, en Bose también se han querido dirigir directamente a sus clientes, para asegurarles que para ellos nada es más importante que su confianza. «trabajamos sin descanso para ganarla y mantenerla, y lo hemos hecho durante cerca de 50 años. Eso no ha cambiado y no lo va a hacer. No grabamos tus comunicaciones con la App Bose Connect, no vendemos tu información y no utilizamos nada que recogemos para identificarte por tu nombre«.

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