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El futuro de la nube pasa por la vetusta cinta magnética

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Cada día se crean en Internet billones de bytes, una cantidad masiva de unos y ceros que se almacenan en grandes «granjas» que se encuentran en lo que conocemos popularmente como «la nube». En un mundo tan avanzado no deja de ser curioso que la cinta magnética siga jugando un papel fundamental como sistema de almacenamiento, ¿pero por qué?

Es una buena pregunta, y la verdad es que no es difícil de contestar, pero antes vamos a lanzar una pequeña mirada histórica que nos ayudará a entender mejor el peso que ha tenido (y tiene) este sistema de almacenamiento. La cinta magnética como sistema de grabación se empezó a utilizar en 1920, es decir, hace casi un siglo. En la década de 1950 el gigante azul (IBM) la estaba usando para almacenar datos en la transición de sus computadoras basadas en tarjetas perforadas, y un conjunto común de estándares establecido a finales de la década de 1990 ayudó a la tecnología a mantenerse a la par con las necesidades de almacenamiento actuales.

No hay duda de que una unidad de almacenamiento moderna puede almacenar y recuperar datos mucho más rápido que una cinta magnética, pero ésta mantiene ventajas importantes sobre los sistemas actuales. Según Mark Lantz, encargado de tecnologías avanzadas de cinta en IBM Research Zurich, las cintas almacenadas a una temperatura aproximada de 10 grados Celsius pueden durar hasta 30 años, una cifra que supera a los sistemas de almacenamiento de última generación.

Por si eso fuera poco también hay que tener en cuenta que los distintos fabricantes han ido ampliando su capacidad de almacenamiento para adaptarlas a las necesidades del sector tecnológico en cada nueva etapa, lo que ha generado un aumento exponencial que ha ido de los 100 GB que ofrecían en 1997 hasta los 30 TB que alcanzaron el pasado año.

En resumen, la cinta magnética ha sabido adaptarse a las necesidades cambiantes del sector durante casi un siglo y hoy se mantiene como uno de los sistemas de almacenamiento más fiables, longevos y equilibrados en términos de costes, tres claves que explican que siga siendo un elemento fundamental para el presente y el futuro de Internet y de la nube, un futuro que está siendo cuestionado por el posible abandono de algunos fabricantes clave.

Sony y Fujifilm han confirmado que podrán cubrir una posible bajada en la oferta para garantizar el mantenimiento de este tipo de almacenamiento. Mientras tanto empresas como IBM buscan una alternativa que todavía no ha sido perfectamente definida. ¿Será el almacenamiento en ADN? Es una opción con mucho potencial, pero no deja de ser una buena idea sobre el papel cuya viabilidad ha sido ampliamente cuestionada.

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