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Dos CPUs Intel Ice Lake-SP en 10 nm frente a una CPU AMD EPYC Rome

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El gigante del chip sigue trabajando para completar su transición al proceso de fabricación de 10 nm, y la serie Intel Ice Lake-SP representa uno de los movimientos más importantes en ese sentido, ya que supondrá la llegada, por fin, de una nueva generación de procesadores de alto rendimiento para entornos profesionales.

Como sabrán muchos de nuestros lectores Intel Ice Lake-SP no solo representa el salto a un proceso de fabricación más avanzado, sino que además supone la introducción de los núcleos Golden Cove, lo que se traduce en una mejora considerable en términos de IPC frente a la generación actual. No tenemos datos oficiales todavía, pero se ha llegado a hablar de una mejora de hasta el 50%.

Gracias a una reciente filtración hemos podido ver una prueba de rendimiento bastante curiosa, en la que se enfrentan a dos procesadores Intel Ice Lake-SP en configuración de doble socket y una CPU AMD EPYC Rome. Los chips de Intel tienen una configuración de 28 núcleos y 56 hilos cada uno, una frecuencia base de 1,5 GHz y un modo turbo de 3,19 GHz. Por su parte, el chip de AMD tiene 64 núcleos y 128 hilos a 2,25 GHz y 3,4 GHz, modo normal y turbo.

La diferencia de frecuencias que presentan ambos procesadores permite al chip de AMD imponerse en rendimiento monohilo, como podemos ver en la imagen adjunta. El AMD EPYC Rome obtiene una puntuación de 4.398, mientras que el chip de Intel alcanzó los 3.424 puntos.

Victoria para AMD, algo que no pinta nada bien para Intel si se confirma ese salto a los núcleos Golden Cove. Echando un vistazo al resultado que obtienen ambas configuraciones en rendimiento multihilo nos encontramos con una sorpresa importante, ya que a pesar de la diferencia de núcleos e hilos, 56 y 112 frente a 64 y 128, respectivamente, Intel vence en esta prueba con un resultado de 38.079 frente a 35.492 puntos.

Sé que puede parecer extraño, pero tiene una explicación, y es que es más fácil refrigerar y mantener bajo control las temperaturas de dos procesadores de 28 núcleos a una frecuencia relativamente baja que hacer lo propio con un único chip de 64 núcleos y 128 hilos. El impacto de las temperaturas de trabajo en un chip con un alto conteo de núcleos puede ser enorme y afectar de forma notable a su rendimiento, ya que las frecuencias de trabajo se reducen de forma automática al llegar a ciertos niveles para proteger el procesador y evitar entrar en niveles que puedan afectar a la vida útil del procesador.

Por otro lado, debemos tener en cuenta que Intel todavía tiene margen para mejorar estos chips, ya que se trata de muestras de ingeniería que podrían recibir, en su versión final, un aumento de las frecuencias de trabajo. Según las informaciones más recientes la compañía podría sorprendernos con chips Intel Ice Lake-SP configurados con hasta 38 núcleos y 76 hilos.

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