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El cloud europeo tiene una última oportunidad y no puede desperdiciarla

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Europa no solo ha llegado tarde al cloud, sino que no parece ser capaz de recuperar posiciones…en su propio territorio. Son varios los estudios que así lo ponen de manifiesto.

El último, desarrollado por Synergy Research Group, no puede ser más contundente: aunque el mercado cloud en el viejo continente se ha triplicado en los últimos cuatro años, los proveedores cloud europeos no parecer haber crecido en la misma medida.

Más bien todo lo contrario. El estudio indica que en su conjunto, estos proveedores cloud han perdido 10 puntos de cuota de mercado en ese periodo de tiempo, dejando espacio para el crecimiento de los grandes proveedores americanos, esto es: AWS, Microsoft y Google Cloud principalmente.

Es cierto que algunos proveedores europeos siguen creciendo en tamaño y llegando a cotas a las que hace tan solo un año no podían llegar, pero también lo es, resalta el estudio, que no lo están haciendo a una velocidad y con una capacidad suficiente como para poder plantar cara a las empresas más grandes.

En estos momentos, aseguran, «Amazon, Microsoft, y Google acaparan el 66% del mercado, mientras que hasta hace tres años, su presencia era de ‘tan solo’ el 50%». Y al revés: la comunidad de proveedores cloud europeos ha pasado de tener una cuota de mercado del 26% a principios de 2017, al 16% actual. Dicho de otra forma: lo preocupante no solo es la cuota de mercado, sino la tendencia hacia la que parece apuntar.

Para diferenciarse de las Big Tech, muchos proveedores cloud han hecho hincapié en aquello que sobre el papel, les diferencia con respecto a los grandes actores hiperescalares: más privacidad, incremento de la seguridad y soberanía sobre los datos. Son, afirman los expertos de Synergy Research Group, argumentos de venta que funcionan muy bien en empresas y sectores altamente regulados…pero no necesariamente en el resto.

Acomodados en un pequeño nicho de mercado

La atomización y la fragmentación del mercado cloud europeo es, por supuesto, parte del problema. Si tomásemos una fotografía en estos momentos, descubriríamos que Deutsche Telekom, el líder europeo en este segmento, tan solo tiene una cuota de mercado del 2%. Por detrás, OVHcloud y Orange, más una larga cola de proveedores cloud regionales casi siempre respaldados por la compañía de telecomunicaciones local, como es Telefónica en el caso de España.

No hay y no se prevé a corto plazo, que una compañía de capital europeo, pueda aproximarse a lo que ya han hecho las Big Tech, esto es: poner en marcha 67 centros hiperescalares en Europa, 150 puntos de acceso local y conexiones directas con otros 36 grandes centros de datos en Estados Unidos.

Existe por supuesto una oportunidad para crecer y de forma limitada, los proveedores europeos lo han hecho: en el último trimestre, la facturación de las empresas cloud de este lado del Atlántico, ha llegado hasta los 12.000 millones de euros, lo que representa un crecimiento del 20% con respecto al año anterior.

Así que, como se indica en el informe, las oportunidades de crecimiento en los ingresos son enormes, «pero también lo son la financiación y la fuerza de voluntad necesaria para romper el nicho y aprovechar esas oportunidades». ¿Qué estamos viendo sin embargo en los últimos meses?

La renuncia de grandes compañías europeas para competir en este mercado: telcos que, o bien están vendiendo su centros de datos al mejor postor o que, en el mejor de los casos, llegan a acuerdos con las Big Tech americanas para arrendarlos. El acuerdo firmado el año pasado entre Telefónica y Microsoft, para abrir una Región de Centros de Datos en España, va en esa dirección.

¿Es Gaia-X la respuesta?

Resumamos la historia. Hace ocho meses, Francia y Alemania imponían el peso que tienen en la UE para poner en marcha Gaia-X un ecosistema de cloud europeo con el que planteaban reducir la dependencia que instituciones y empresas europeas tienen de las grandes corporaciones americanas.

En el momento de su puesta en marcha, estaba previsto que 22 compañías se sumaran a la iniciativa, con nombres como los de Deutsche Telekom, Orange, Bosch, Siemens, Atos, OVHcloud o BMW como punta de lanza. Estas compañías inyectarían en la organización 1,5 millones de euros anuales para el desarrollo de todo tipo de iniciativas. En estos momentos, el proyecto ya cuenta con 300 miembros.

Ninguna de estas iniciativas comprende sin embargo, el desarrollo de un gran player hiperescalar capaz de competir de tú a tú con las Big Tech, sino que en realidad, se sigue apuntando a que Gaia-X sea una plataforma abierta que favorezca la transferencia y la migración de datos entre las empresas que están bajo su paraguas, ofreciendo tal vez algunos servicios comunes a todas ellas.

Se espera, si la pandemia provocada por el COVID-19 no lo retrasa, que Gaia-X pueda ofrecer sus primeros servicios a principios de este año y sin embargo, ya han comenzado a plantearse las primeras pegas. La primera, que entre las compañías que apoyan el proyecto se encuentren nombres como los de AWS o Google, lo que parece una contradicción en toda regla. La segunda, que más allá de su carácter franco-alemán, Gaia-X no parece estar siendo recibida con tanto entusiasmo en otros países de la Unión Europea y a países como España de hecho, se les está pidiendo públicamente que se impliquen más.

Es pronto por supuesto vaticinar si Gaia-X acabará siendo la gran esperanza europea o un nuevo fracaso…pero lo que está claro es que por lo menos, Europa quiere jugar este partido sin renunciar a sus señas de identidad, que pasan por la pluralidad, la multiculturalidad y el máximo respeto por la privacidad y la protección de los datos de los usuarios.

Periodista tecnológico con más de una década de experiencia en el sector. Editor de MuyComputerPro y coordinador de MuySeguridad, la publicación de seguridad informática de referencia.

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