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¿Por qué Windows 8 no convence a las empresas?

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En Redmond no pueden estar contentos con el ritmo de adopción de Windows 8 por parte de profesionales y empresas. Dependiendo de la fuente, los datos son más o menos preocupantes (hace unos días que SysAid Technologies cifraba en el 0,53% los PC de empresa con el nuevo sistema operativo) pero no cabe duda que la hoja de ruta es distinta a lo previsto.

¿Qué ha ocurrido?¿Es Windows 8 un sistema operativo más orientado al mercado de consumo?¿Ofrece el suficiente valor añadido a las empresas que se plantean dar el salto?. Desde nuestro punto de vista, varias causas explican esta aparente reticencia de la empresa por dar el salto desde versiones anteriores de Windows:

  • Muchas empresas se han actualizado hace relativamente poco a Windows 7; el ciclo de migración a Windows 8 todavía no ha comenzado y el excelente rendimiento de la versión previa tampoco ayuda.
  • Windows 8 supone cambios importantes respecto a versiones anteriores del sistema. Además, la integración de la misma interfaz en PC y dispositivos móviles puede causar ciertas reticencias en la empresa.
  • Aunque parezca increíble, todavía hay millones de empresas con Windows XP instalado. De mantenerse, actualizarían directamente a Windows 8.1 o superior.
  • Los servicios basados en cloud computing cada vez son más importantes a nivel profesional. La dependecia del sistema operativo tiende a disminuir, convirtiéndose en navegador web en la herramienta de trabajo principal para muchos usuarios.
  • La situación económica global, que no anima a gastar en software a no ser que sea absolutamente necesario. Con un sistema tan sólido como Windows 7 instalado, muchas empresas ni se plantean una nueva actualización.
  • Aprovechar las nuevas capacidades de Windows 8 implican invertir en hardware. Ya sea por razones económicas o de operatividad, muchos entornos corporativos prefieren amortizar inversiones anteriores un poco más. La divergencia entre la versión RT y la de escritorio puede producir confusión en este sentido.
  • Aunque influye más en empresas tecnológicamente avanzadas, el fenómeno BYOD cada vez está más presente. Con aplicaciones en la nube y el trabajo remoto, las actualizaciones masivas de sistema operativo en corporaciones pueden reducirse.

No todo son noticias negativas; la jubilación forzosa de Windows XP, la moderación de precios en el hardware adaptado a Windows 8 y el potencial de Microsoft y sus partners para impulsar la implantación son factores a tener en cuenta en los próximos meses. Por otro lado, la compañía norteamericana prepara una actualización con claros guiños a la empresa, comenzando por la restauración del mítico botón Inicio.

adopción windows 8

Windows 8.1 ¿un paso atrás?

Si hay algo que nadie puede negar a Microsoft es la valentía de su apuesta: por primera vez en muchos años, Windows 8 cambia nuestra forma de trabajar con el ordenador y pone en manos de los desarrolladores una plataforma flexible, diseñada para crear aplicaciones más fáciles de usar y que se integren con varios dispositivos de la manera más cómoda posible.

Decisiones como la polémica eliminación del botón Inicio, la pantalla completa de las aplicaciones nativas o la sensación de sistema operativo móvil que desprende la interfaz Modern UI no ha estado exenta de polémica por parte de crítica y público. En lo que parece un cambio de rumbo (cuando no un giro radical en muchos conceptos), Microsoft recula con Windows 8.1 , quizás preparando el camino hacia la próxima iteración.

Entre la lista de cambios, destaca la vuelta del menú Inicio. Microsoft ha decidido que no estará visible en la interfaz Modern UI, sino que aparecerá automáticamente al mover el ratón al extremo izquierdo de la barra de tareas. Además, con Windows 8.1 podremos arrancar directamente en modo escritorio, opción que no deja de ser una renuncia a la filosofía inicial del sistema operativo original.

 

Ya en un segundo plano veremos como desaparece en anclaje automático, se mejoran las opciones de la pantalla de bloqueo y se apuesta por una mayor integración con Skydrive, el servicio de almacenamiento en la nube de Microsoft.

Windows 8.1 será una actualización gratuita para todos los usuarios y, con Steven Sinofsky (uno de los artícifes del concepto original) fuera del equipo de mando, el regreso a un entorno más conocido. Quizás lo más interesante es que casi todas las novedades son opcionales, suman sin restar, permitiendo a cada usuario elegir hasta qué punto desea cambiar la experiencia que ya ofrece Windows 8.

¿Será suficiente para que Windows 8 arranque en la empresa? ¿Estamos ante los primeros síntomas del ocaso en la era PC? ¿Es simplemente una cuestión de tiempo y escenario económico complicado? El debate está abierto y la próxima cita en la hora de ruta de Microsoft es el 26 de junio, fecha de lanzamiento de la primera preview de la versión 8.1. Veremos si los cambios son suficientes para que el mundo de la empresa apueste definitivamente por el nuevo sistema operativo de Microsoft.

 

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