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La «Gamificación» llega a la organización

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Una plantilla motivada es más productiva. Conseguir que los empleados se comprometan con los valores de la organización y no caigan en la rutina laboral es uno de los objetivos de cualquier compañía. Una de las nuevas técnicas que están logrando la fidelización de los trabajadores es la Gamificación, la aplicación de técnicas de juego en otros contextos como puede ser el entorno empresarial.

La Gamificación constituye una metodología de diseño que añade mecánicas y elementos extraídos del mundo lúdico a los tradicionales criterios de eficiencia que ya figuran en una organización.

Una de las ventajas de la Gamificación es que es capaz de producir un aumento de la productividad de los empleados gracias al compromiso y empowerment que generan estas técnicas. Además, permite que los trabajadores realicen sus tareas bajo un clima laboral más positivo gracias al carácter lúdico y de entretenimiento de este método.

En Deloitte recogen los elementos básicos para conseguir una estrategia de Gamificación. Como en cualquier estrategia empresarial, lo primero que tenemos que tener claro son los objetivos que queremos conseguir, cuales van a ser nuestros resultados y como se lo haremos entender a nuestro público. Para empezar es vital entender el funcionamiento interno de la organización, entender las interdependencia entre los procesos, los comportamiento y como los propios trabajadores se entienden con las herramientas tecnológicas. De esta forma, los pasos iniciales serán:

  • La gamificación también compete a las redes sociales. Como en cualquier estrategia empresarial el primer paso es abordar claramente el problema. Como hemos dicho antes ¿qué queremos conseguir? A continuación se seleccionarán las redes sociales necesarias para abordar este proyecto. Cuando hablamos de redes sociales, no solo nos referimos a Internet, también las herramientas sociales en las que se mueven los trabajadores. Después se investigarán los incentivos que más le pueda interesara nuestros trabajadores y que se puedan obtener en esas redes sociales. Por último habrá que explorar las limitaciones que puedan tener estos juegos, metodologías y tecnologías. Este primer paso es tan importante y tan extenso, por que será donde se asiente la base de nuestras acciones y vienen a explicar el «por qué«, «para quien» y «qué».
  • Diseña un equipo. En cualquier juego tiene que haber equipos, ya sean individuales o por grupos. Se establecerán incentivos individuales, metas operacionales y organizaciones, analíticas, interfaz para el usuario final y los sistemas de IT subyacentes. Por otro lado, se necesitará un equipo multidisciplinar para representar estas dimensiones, en el que se analizarán las dimensiones científicas, sociales, de venta y de diseño que atañan a este proyecto. Ésto es importante por que cuando los desarrolladores se pongan manos a la obra con la herramienta, tendrán que entender el funcionamiento de la organización. Los sistemas empresariales son complejos y tienen causalidad y los participantes deben ver de forma clara los beneficios de esta nueva dinámica.
  • Mide, ajusta y repite. En la gamificación muchas veces los efectos son intangibles y al no tener parámetros de medición claros es difícil saber si estamos llegando al éxito nuestra acción. Por eso es tan importante llevar a cabo el primer paso, ya que será el que nos proporcione un baremo sobre el éxito o fracaso de nuestra acción. Tampoco hay que olvidarse de la mejora, si creemos que es posible mejorar el programa debemos hacerlo.

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Aunque esta sea una tendencia que ahora se está escuchando con más fuerza, ya lleva moviendo desde hace un tiempo entre las empresas. Un ejemplo es el de Blue Shiel, una empresa estadounidense del sector salud que en 2009 lanzó la aplicación Wellvolution, con la intención de mejorar la salud y estado físico de sus empleados. Este programa tuvo un buen impacto entre sus empleados, aunque según Bryce Willians, el director de este programa podría haber sido incluso mejor.

Son muchos los estudios que demuestran que el poder de la conectividad y las redes sociales mejoran los resultados de los programas de salud y cada vez hay más de estas aplicaciones móviles que se dirigen hacia la vida sana, de esta forma «tenía sentido llevar esta tecnología a un público que ya la estaba utilizando y lo haría de forma cómoda, con una migración de la plataforma de salud que ya incluya redes sociales y juego sociales«.

Para ello Blue Shield puso en marcha una aplicación llamada Shape Up Shield que se centraba en el incremento de la actividad física «Este reto de ocho semanas de duración, alimentada con redes sociales como medio de comunicación, permitía que los empleados formaran equipos, postearan comentarios en foros, formaran equipos y tuvieran un entrenador virtual con el que chocar los cinco para conseguir estímulo» explicó un portavoz de Blue Shield «En 2011, Shape Uo Shiel tuvo más de 1.800 participantes que caminaron, fueron de excursión y corrieron más de 600 millones de pasos y unos 300.000 kilómetros«.

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