Tokyo Electron se suma a las presiones de Estados Unidos a Huawei

El veto de Estados Unidos a Huawei y las presiones que está ejerciendo el ejecutivo de Trump no son buenas para nadie, ni siquiera para las empresas estadounidenses, aunque es cierto que están jugando sus fichas con fuera y que están consiguiendo el apoyo de grandes empresas internacionales, como la japonesa Tokyo Electron, que ha sido la última en sumarse al bloqueo.

Tokyo Electron es considerado como el tercer mayor proveedor a nivel mundial de equipamiento necesario para la fabricación de semiconductores, una decisión que, según la compañía japonesa, han tomado porque creen que es necesario que Estados Unidos vea que son una empresa en la que se puede confiar. Es un movimiento que, como mínimo, resulta cuestionable, ya que el propio Donald Trump reconoció que el caso Huawei es un intento de conseguir una moneda de cambio con la que jugar con ventaja en su guerra comercial contra China.

Desde que surgió el caso ZTE los grandes magnates tecnológicos de China han adquirido mayor conciencia de la importancia que tiene fabricar sus propios semiconductores, todo con el objetivo de reducir su dependencia de Estados Unidos y sus aliados, Japón incluido, aunque es cierto que no han tenido el tiempo necesario para sacar adelante todas las medidas que tenían en mente.

El bloqueo de Tokyo Electron es otro ejemplo del peso que está teniendo Japón en la guerra comercial entre Estados Unidos y China. La compañía no se ha limitado a vetar a Huawei, sino que ha dicho claramente que bloqueará las operaciones con todas las empresas que estén en la lista negra de dicho país, un paso con el que sigue el ejemplo de otros grandes como ARM y Toshiba.

Sí, es cierto que ARM es una empresa británica, pero no debemos olvidarnos de que está bajo el control de SoftBank, un gigante japonés que pagó en su momento 32.000 millones de dólares por ella. El veto de ARM a Huawei ha sido, junto con el Google, uno de los bloqueos que más daño ha hecho a la compañía china, quien todavía mantiene el apoyo de grandes como TSMC.

China ya ha confirmado que creará una lista negra que incluirá a empresas que sean consideradas una amenaza para los intereses del país o que hayan vulnerado el principio de la buena fe en el comercio internacional, pero sigue sin tomar medidas contundentes con las que «apretar las tuercas» a Estados Unidos.