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Elon Musk lanza una OPA a Twitter y desata un terremoto en la red social

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Elon Musk lanza una OPA a Twitter y desata un terremoto en la red social

Elon Musk es, sin duda, uno de los personajes más polémicos del panorama tecnológico actual. Todo lo que dice, en muchos casos a través de la red social Twitter, genera polémica. También lo que hace, sobre todo en el sector de la automoción, con Tesla, y en el de la tecnología. Por eso, cuando se supo hace unos días que se había convertido en el principal accionista de Twitter, al comprar acciones prácticamente en secreto de la compañía hasta quedarse más del 9% de sus títulos, provocó un terremoto de tal magnitud que sus efectos se sienten todavía. Y que puede hacer que la red social sufra incluso más sacudidas, dado que hace algo más de una semana hizo una oferta para quedarse con la totalidad de las acciones de la compañía.

La Junta Directiva de Twitter, desde el mismo momento en el que tuvo noticia de que Musk era su principal accionista, empezó a prepararse para lo que se le venía encima. Porque es probable que ya se temiesen que quisiera quedarse con toda la red social. Por eso ofrecieron a Musk un puesto en la junta directiva, pero a cambio tenía que comprometerse a no poseer más de un 14,9% del total de sus acciones. Musk pareció aceptar en un primer momento el trato, pero a los pocos días cambió bruscamente de opinión y rechazó la oferta.

Al menos durante un par de días pareció que la situación se calmaba. El CEO de Twitter, Parag Agrawal, confirmó que Elon Musk no entraría en la junta y aseguró que aún así tendrían en cuenta sus opiniones y sugerencias sobre la red social. Musk contestó a Agrawal, siempre a través de Twitter, que estaba deseando trabajar con él y con la junta para mejorar Twitter a lo largo de los próximos meses. Pero no había pasado ni una semana cuando Musk ofreció quedarse con todas las acciones de la empresa mediante una OPA hostil. Ofrecía 54,20 euros por cada acción de la empresa, lo que la valoraba en unos 43.400 millones de dólares.

La polémica tras la oferta de compra

La oferta desató una polémica y un revuelo descomunales, con la junta directiva prácticamente entre la espada y la pared para revisar la oferta y decidir qué paso dar a continuación. Mientras tanto, Musk era demandado por un accionista de Twitter por, según Engadget, tardar 11 días en comunicar oficialmente a la SEC su inversión en la red social. En efecto, según la ley al respecto, Musk debía haber presentado toda la documentación sobre su inversión antes del 24 de marzo, 10 días después de que su paquete de acciones de Twitter llegase al 5%. Pero no lo hizo hasta el 4 de abril.

Ese retraso puede resultar poco significativo, pero lo que sí puede haber sido es bastante lucrativo para Musk, ya que puede haberle reportado una ganancia de 156 millones de dólares, a expensas de otros accionistas que vendieron títulos de Twitter entre el 24 de marzo hasta el 4 de abril, y se perdieron el aumento de precio en los títulos que se produjo cuando se conoció la operación de Musk. Por eso se perdieron esta subida de precio, que se produjo y de manera notable cuando se hizo pública la operación, y sufrieron un perjuicio.

En medio de todo esto, la Junta Directiva de Twitter confirmó que estaba valorando la oferta, que finalmente rechazó, y se preparó para adoptar medidas que evitasen situaciones como esta en un futuro. Entre ellas, la que llaman la píldora envenenada, que básicamente consiste en poner en marcha un plan de ampliación del número de acciones si un accionista determinado sobrepasa un nivel determinado al comprar títulos.

Mediante este sistema, otros accionistas de la compañía podrían comprar acciones adicionales a un precio menor, y se pondrá en marcha si un accionista compra más del 15% de los títulos comunes de Twitter sin recibir la aprobación de la junta directiva para ello. Básicamente, hace que comprar todas sus acciones resulte no solo mucho más complicado, sino también menos apetecible. También en algo más caro, pero puede que no haga desistir de su intento a Musk.

Elon Musk contra la junta directiva

Mientras tanto, iban pasando los días, y Elon Musk iba desgranando los planes que tenía para Twitter si lograba hacerse con ella. Porque cuando hizo la oferta no contaba con la cantidad necesaria para hacerlo, aunque iba trabajando en ello. Musk quiere sacar a Twitter de bolsa y convertirla en una empresa privada. También desea convertir a la red social en «un escenario inclusivo para la libertad de expresión«, a pesar de que muchos ven en esto una posible vuelta de Donald Trump, más permisividad con la extrema derecha y más espacio para cuentas que intentan difundir difamaciones, bulos e información errónea.

Además, Musk asegura querer que las políticas de moderación de la compañía sean más transparente, para lo que tiene intención de convertir a su algoritmo en open source. Y también tomar medidas contra la junta directiva, a la que considera culpable de prácticamente todos los males de Twitter.

Musk ha señalado que los miembros de la junta no tienen prácticamente acciones de la red social, que sus intereses no coinciden con los de la empresa, y que se trata de puestos remunerados cuando no deberían serlo. Entre todos cobran en la actualidad alrededor de 3 millones de dólares anuales, y Musk asegura que si compra la red expulsará a todos sus miembros, porque no confía en ellos, y los puestos de la junta directiva no serán remunerados.

A Twitter revuelto, ganancia de fondos de capital riesgo

Mientras todo esto sucedía, Twitter atraía el interés de varios fondos interesados en comprarla. El primero fue Thoma Bravo, que ha mostrado interés en preparar una oferta de compra que rivalizaría con la de Elon Musk. Pero se desconoce todavía si esta oferta llegará a materializarse. Tampoco se sabe cuánto estaría dispuesto a ofrecer el fondo. Paralelamente, Apollo Global Management, el fondo propietario de Yahoo, ha mostrado también interés en participar en una oferta de compra por Twitter. Pero el fondo no ha aclarado si está dispuesto a respaldar la oferta de Musk o se uniría a otra.

Iban pasando los días y Musk dejó de ser el principal accionista de Twitter pocos días después de aumentar su participación en la red social. A mediados de la semana pasada se confirmó que Vanguard Group, otro fondo, había aumentado sus títulos de Twitter hasta poseer 82,4 millones de acciones, lo que representa el 10,3% del total.

Eso sí, el CEO de Tesla sigue siendo el mayor accionista de Twitter a título individual. Pero con todo el ruido generado, y la subida de las acciones de la compañía debidas a los últimos movimientos, Vanguard Group ha conseguido unos beneficios más que notables: unos 120 millones de dólares. Sin duda, el grupo es hasta ahora uno de los principales beneficiados de la situación.

Pero eso no le ha impedido asegurar el dinero que necesita para seguir adelante con su oferta, a pesar de la oposición de la dirección de Twitter, y de que quedarse con la empresa puede salirle realmente caro. Y ya lo tiene, según consta en una comunicación que ha presentado en la SEC. En ella asegura que cuenta ya con 46.500 millones de fondos asegurados, y que ante el rechazo de la junta directiva a su oferta, está estudiando la posibilidad de ofrecerse a comprar las acciones de la compañía directamente a sus accionistas. Sin la aprobación de la junta. Por ahora se desconocen sus siguientes pasos, aunque no cabe duda de que muy pronto tendremos novedades al respecto.

Foto: Daniel Oberhaus (2018)

Redactora de tecnología con más de 15 años de experiencia, salté del papel a la Red y ya no me muevo de ella. Inquieta y curiosa por naturaleza, siempre estoy al día de lo que pasa en el sector.

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