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Dynabook Tecra A40-J-17L, análisis

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Durante muchos años, el apelativo Tecra ha sido sinónimo de portátiles de alta calidad, con un foco claro en el usuario profesional y que apuestan por el siempre complicado equilibrio entre rendimiento, conectividad y máxima autonomía que demanda el entorno empresarial.

La serie Dynabook Tecra A40 está compuesta por equipos de gama media, con diferentes configuraciones y un formato de diseño estándar. Hemos tenido la oportunidad de probar durante unas semanas uno de sus modelos más interesantes, el Tecra A40-J-17L. Antes de continuar, repasemos las especificaciones técnicas del equipo:

  • Procesador Intel Core i5-1135G7 de 11.ª generación.
  • 35,6 cm (14″), 1920 x 1080 píxeles, IPS con iluminación LED. Formato 16:9.
  • SSD NVMe 512 GB M.2 PCIe .
  • 8 Gbytes RAM DDR4 (3200 MHz).
  • Gráficos Intel Iris Xe.
  • Autonomía oficial: 9 h y 23 min (MobileMark™ 2018 con Windows 10).
  • Peso: 1,45 kg. Dimensiones: 323,6 x 220,6 x 18,

El equipo viene presentado en un sobrio embalaje y acompañado de un adaptador de corriente de 65W, manuales y documentación. El Tecra A40-J-17L apuesta por una estética sobria y discreta y está totalmente construido en material plástico.

El nivel de ensamblaje es correcto en este rango de precios, con especial mención para la bisagra central (el punto débil de muchos equipos) que no solo es resistente, sino que está diseñada para poder abrirlo con una sola mano.

Una vez abierto encontramos una pantalla de 14 pulgadas de biseles finos en los marcos y grueso en la base. En el marco superior hay hueco para una discreta webcam que incluye una tapa física para garantizar la privacidad. A su izquierda hemos visto una tapa plástica que, suponemos, es la base para un sensor de reconocimiento opcional para modelos superiores.

Uno de los aspectos más importantes a la hora de evaluar un portátil profesional es el teclado y el trackpad. De nada sirve vender movilidad si no podemos trabajar más de una hora antes de echar de menos un teclado y un ratón. Afortunadamente, no es el caso de este equipo.

Sobre un chasis con pantalla de 14 pulgadas los ingenieros de Dynabook han integrado un teclado muy cómodo, con teclas de tamaño generoso y una respuesta precisa. El touchpad, necesariamente compacto debido a las limitaciones físicas, es muy preciso y sensible. Eso sí, la integración del lector de huellas en la esquina izquierda le resta una superficie útil que echamos de menos.

La experiencia del fabricante en entorno empresarial vuelve a saltar a la palestra echando un vistazo a los laterales del equipo, toda una exhibición de puertos que permite trabajar con garantías en cualquier escenario. El equipo incluye dos puertos USB-C Thunderbolt 4, un HDMI 2.0, dos USB-A 3.2, un lector de tarjetas, toma Ethernet RJ45, jack de audio de 3,5 mm. y ranura de bloqueo Kensington. Con este desfile, es obvio que no necesitaremos cargar con dongles ni cables de más en ningún escenario.

En lo relativo al panel, se ha optado por un IPS de resolución Full HD (1920 x 1080, con una densidad de 157 ppi). No es especialmente brillante (240 cd/m2) ni preciso (63% del espacio sRGB) pero sí suficiente para el entorno de tareas ofimáticas al que va orientado y similar al de otros equipos en este rango de precios. Algo similar ocurre con el sistema de audio integrado, correcto para uso empresarial pero nada más. Obviamente, es fácil dar un importante salto de calidad conectando unos auriculares, ya sea por cable o utilizando la conectividad Bluetooth.

Una agradable sorpresa llamada Intel Core i5

El cerebro de este ordenador es un Intel Core i5-1135G7 con cuatro núcleos de bajo consumo y que funciona a unos 2,4 GHz de base, pudiendo alcanzar picos de 4,2 GHz. Probando hasta dónde podemos llegar con Cinebench R23 nos encontramos unos números excelentes que se aproximan al de otros equipos con Core i7 de su generación.

Una de las claves es el alto TDP de este micro (hasta 28W), que Dynabook ha sabido controlar instalando una solución de refrigeración que combina dos ventiladores con un gran heatpipe que se encarga de sacar el calor de la zona crítica de forma muy eficaz.

En una prueba más completa como PCMark 10 donde intentamos “simular” el rendimiento del equipo en trabajo real encontramos unos números algo más modestos, principalmente por los 8 Gbytes de RAM (salvo casos específicos de uso, es ya recomendable el salto a 16) y el SSD instalado, simplemente suficiente para un portátil destinado a entorno corporativo. Nos quedamos en 4591 puntos en este test, aproximadamente un 7% por debajo de otras alternativas similares en precio (la mayoría basadas en AMD), pero con algo más de RAM o un SSD más rápido. Correcto, en cualquier caso, y no se debe perder la perspectiva entre lo que es una prueba sintética y las sensaciones reales de uso, que son las que priorizamos en nuestros análisis.

En términos generales, el Tecra A40 mueve Windows 10 (y 11, el sistema sobre el que hicimos las pruebas) y las aplicaciones habituales (navegadores, ofimática, software de retoque de imágenes, aplicaciones empresariales) con total fluidez. Solo podemos echar de menos algo más de RAM en entornos multitarea de alta exigencia con sesiones de navegación con decenas de pestañas abiertas. Los navegadores (y, en concreto, algunas aplicaciones que funcionan sobre ellos) se han convertido en auténticos devoradores de recursos, por encima del software «clásico» que funciona a la perfección en casi cualquier máquina moderna con SSD.

Así, si bien una configuración con 16 Gbytes de RAM y un SSD más rápido mejoraría los resultados en test sintéticos no lo haría tanto en el uso al que este tipo de equipos va orientado. Si tenemos en cuenta la importancia de la variable precio en este sector (donde, en muchas ocasiones, se compra por volumen), Dynabook tiene sólidos argumentos para presentar un hardware que apuesta por el equilibrio y un coste contenido.

Los gráficos no deberían ser un aspecto crítico en un equipo como este y se delegan a una Intel Iris Xe Graphics G7 integrada. Las ventajas de este tipo de soluciones son de sobra conocidas: muy bajo consumo, buen soporte de drivers por parte de Intel y un funcionamiento notable a la hora de trabajar con ofimática, navegar por la web o reproducir contenido multimedia. En este escenario el funcionamiento es impecable.

Obviamente, no es un portátil para jugar pero esto no significa que sea imposible, especialmente en títulos que no sean de última hornada. Si ajustamos la configuración a medio o bajo es posible mover títulos como GTA V, The Witcher 3, FIFA 21 o Far Cry 4 a unos 30 fps. A esto ayuda, y mucho, un panel de “solo” 1080.


Frío y silencioso

Uno de los aspectos más destacados del protagonista de nuestro análisis es su funcionamiento silencioso. Con la configuración equilibrada personalizada de Dynabook (que, por supuesto, podemos cambiar o modificar) no se oye ruido alguno en las tareas habituales. Incluso cuando le exigimos un poco más y los ventiladores necesitan empezar a funcionar lo hacen a un régimen muy comedido y sin apenas ruido ni vibraciones. Sobresaliente en este punto.

En muchos portátiles pequeños detectamos problemas de calor en la zona del teclado, que pueden llegar a ser molestos para el usuario y, sin lugar a duda, acortan la vida útil del equipo (un tema vital hablando de portátiles empresariales diseñados para estar muchas horas funcionando). De nuevo, detectamos un excelente trabajo por parte del fabricante con un equipo que mantiene los 25-27º en la zona del teclado y solo supera los 40º en la tapa inferior.


Nivel de autonomía: puedes dejar el cargador en casa

Nuestro nivel de exigencia para un equipo profesional es una autonomía de, al menos, una jornada laboral completa. La potente batería de 53 Wh de este modelo lo consigue con creces, superando a muchos equipos de su rango de precios.

En nuestros test superamos las 9 horas de uso sin problema, siempre con brillo medio y el programa energético equilibrado. Si aumentamos el brillo y metemos reproducción de vídeo en la ecuación rondaremos las 7-8 horas, cifras excelentes en todo caso.

Un apunte más en este apartado. El equipo se puede cargar por USB-C, una opción más adecuada y elegante que el cargador «de serie» y que nos permitirá comprar por separado algún cargador dedicado, más ligero y que además nos sirva para otros dispositivos. Es una pena que no se apueste definitivamente por el USB-C como solución universal de carga.

Conclusiones

El Dynabook Tecra A40-J-17L es una gran herramienta de trabajo, una plataforma sólida, bien construida, con el rendimiento adecuado y una autonomía excelente. Con un precio que ronda los 1000 euros, es un equipo equilibrado en términos de relación calidad, precio y prestaciones.


Merece la pena destacar aspectos como la conectividad, la autonomía, el sistema de refrigeración y su rendimiento, por encima de lo esperado. En el lado negativo la pantalla es mejorable y el sistema de audio se queda en suficiente, aunque correcto para el entorno de uso al que va orientado.

En definitiva, una apuesta muy interesante para el mercado corporativo que sabe destacar en los aspectos que son importantes para su perfil de usuarios para lograr ser competitivo en un mercado repleto de rivales de gran entidad.

Me encargo de traer innovación y nuevo negocio al grupo TPNET. Además colaboro en varios de nuestros sitios como MC y MCPRO.

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