10 cosas que no sabes de Steve Jobs

James Altucher se confiesa en su blog como un acérrimo admirador de Steve Jobs, que no de Apple. Reconoce no interesarle los éxitos de la compañía de la manzana, sus subidas en bolsa o los éxitos de sus productos. «Lo único que me importa es cómo Steve Jobs se ha convertido en el artista más grande que jamás haya existido», anuncia.

Y para homenajearlo, ha sacado a relucir una serie de aspectos relacionados con la privacidad del directivo que, seguro, te sorprenderán:

1 – En los años 90, se enteró de que la novelista Mona Simpson era su hermana (Jobs fue adoptado).

2 – Su padre era sirio y musulmán, y de nombre, Abdulfattah Jandali. Sus padres lo tuvieron cuando eran todavía estudiantes y lo dieron en adopción, el único requisito que pusieron fue que los padres adoptivos tuvieran educación universitaria. Pero la pareja que lo adoptó mintió sobre su titulación y la adopción casi fracasa. Al final, prometieron que Jobs iría a la universidad y todo siguió su curso.

3 – Creó el famoso juego «Breakout», desarrollado luego por Atari.

4 – Negó la paternidad de su primer hijo, alegando que era estéril.

5 – Es pescetariano, es decir, no come carne pero sí pescado, así como huevos y productos lácteos.

6 – No da dinero a la caridad. Según el autor, su «solidaridad» consiste en lanzar al mercado productos «para mejorar la vida de la gente».

7 – Mintió a Steve Wozniak, co-fundador de Apple. Cuando crearon Breakout para Atari, Wozniak y Jobs acordaron repartirse las ganancias al 50%. Sin embargo, la empresa le dio a Jobs 5.000 dólares para realizar el proyecto y este le dijo a su socio que le habían dado 700.

8 – Se considera un budista zen, incluso pensó en ser monje e ingresar en un monasterio. Su gurú, también monje Zen, se casó con él y su mujer, según el autor del post.

9 – No fue a la universidad. Jobs asistió al Reed College durante un semestre y luego lo dejó.

10 – Ha reconocido que ha consumido, al menos una vez, la droga LSD. No le ha importando decir que la experiencia fue para él «una de las dos o tres cosas más importantes que he hecho en mi vida«.