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El futuro de cloud computing es la colaboración extrema

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Goretti Olivié

Goretti Olivié

Goretti Olivié, directora de Marketing de la región del sur de Europa de Software AG.

La industria se está enfrentando a un cambio de paradigma provocado por cuatro fuerzas disruptivas que han irrumpido en los últimos años y que han transformado no sólo el sector de las TI, sino también la forma de hacer negocios en todas las empresas. Se trata de las tecnologías de cloud computing, Big Data, las plataformas “sociales” y la movilidad.

En el caso concreto de la nube, es indudable que ha dado lugar a una transformación que tendrá un impacto en los próximos cinco-diez años sólo comparable al que se produjo en los años ochenta con respecto al modelo cliente-servidor versus mainframe. Y es que la nube puede reducir de forma significativa el coste total de propiedad en las empresas, acelerando el tiempo de salida al mercado de proyectos basados en software. Además, supone un salto cualitativo para los clientes en lo que respecta a facilidad de uso.

Las arquitecturas basadas en la nube suponen un enfoque muy eficaz para las organizaciones, ya que ofrecen servicios de forma instantánea a través de un modelo en el que se paga sólo por lo que se consume. Por ello, cualquier empresa, sea del tamaño o del tipo que sea, puede adoptar un entorno cloud. En todo caso, deben ser las propias organizaciones las que valoren lo mucho o poco que consumen de la nube. No sólo por razones de inversión económica o técnicas, sino también por cuestiones de seguridad o por los importantes cambios de gestión que implica la adopción de esta tecnología.

En España, y según el estudio “El estado actual y futuro del software en España” realizado por BuscoSW, se espera que para 2013 el 30% de las empresas dispongan, como mínimo, del 25% de su software en la nube. De hecho, en la actualidad, el 56% ya cuenta con algún software en entornos cloud.

A pesar de las enormes ventajas que ofrece el cloud computing, también plantea importantes retos. Destaca, entre ellos, la seguridad. Existe una diferencia importante entre las aplicaciones y contenidos on-premise y off-premise con respecto a la arquitectura del entorno y los firewall. Sin embargo, cada vez es más evidente que los proveedores de cloud computing son capaces de ofrecer el mismo nivel de seguridad, o incluso mayor, que los de infraestructuras tecnológicas tradicionales.

Futuro cloud

Periodos de inactividad

Otro de los principales retos a tener en cuenta en lo que respecta a una arquitectura basada en cloud son los periodos de inactividad. Normalmente, un acuerdo de servicio para infraestructuras en la nube establece un 98,8% mínimo de disponibilidad, lo que se traduce en un tiempo de inactividad de aproximadamente 1,5h al mes. En un servicio que puede ser considerado como premium, que implica un coste extra, se puede disfrutar de un 99,95% de disponibilidad. Esto supone aún 8,46h de indisponibilidad al año.

Las organizaciones también deben valorar el almacenamiento en la nube de determinados datos críticos y extremadamente sensibles, ya que la información que se almacena en un entorno público, en el caso de una nube pública, es por naturaleza no privado. De todos modos, la mayoría de los países ya cuentan con legislación específica para proteger estos datos o están en proceso de adoptarla. El reto está en que las normas son diferentes en cada país y que no siempre está claro a qué jurisdicción está sujeto un usuario de la nube, existiendo diferentes estándares de procedimientos.

Para hacer frente a todos estos retos, el modelo cloud computing debe evolucionar. Partiendo de conceptos clave de la nube de sobra conocidos como el uso de tecnologías de Internet y escalabilidad flexible, el siguiente paso es lograr la colaboración extrema. Este enfoque aúna los entornos cloud con otras tecnologías disruptivas como el social business o Big Data. En concreto, combina un modelado de procesos dinámico y activo, especial para gestión y monitorización, con decisiones tomadas en tiempo real basadas en la inteligencia histórica colectiva de una gran variedad de empresas y colaboradores externos. Incluye, además, el uso de medios sociales para apoyar estos esfuerzos colaborativos. La colaboración extrema ofrece a los individuos de la misma empresa la posibilidad de trabajar juntos para mejorar el negocio, los procesos y, a la larga, los bienes y servicios ofrecidos por la empresa.

Podemos decir, por tanto, que el futuro de cloud computing debe estar en la convergencia. Los entornos en la nube tienen que implicar más personas, más conocimiento y más historia. Las soluciones resultantes deben aportar ventajas que posibiliten el cambio dinámico de los negocios. Todo ello, con el fin de actuar más rápido y de forma más acertada en pro de la estrategia corporativa.

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