La CEO de Ubuntu no se rinde: dice que habrá teléfono en 2014

Como ya nos anunciaban nuestros compañeros de MuyLinux, el ambicioso proyecto de Canonical para con Ubuntu Edge ha fracasado, ya que no se han conseguido los 32 millones de dólares necesarios para llevar a cabo la fabricación de un dispositivo lleno de posibilidades y dudas.

Sin embargo, y según la publicación americana CNET, la CEO de Canonical, Jane Silber, aseguró que los planes de la empresa pasan por sacar un móvil Ubuntu a principios de 2004. «Creo que la experiencia de lograr un teléfono Ubuntu no será plena en el primer intento, esta llegará en a principios de 2014″, dijo Silber, añadiendo: «solo teléfonos, no un dispositivo convergente completo«, y subrayó: «Creo que la convergencia es el futuro y puede tomar muchas formas».

Lo cierto es que el fracaso de la campaña no sorprendió a nadie, las estimaciones auguraban que no iban a cumplir el objetivo, y llevaban diciéndolo semanas. Pero Silber y el fundador de Canonical, Mark Shuttleworth mantenían «la esperanza» porque estaban en conversaciones con socios fabricantes que se estaban mostrando cada vez más interesados en llevar adelante la idea del teléfono Ubuntu.

«Hemos estado negociando con lo más granado de la industria, haciendo todo lo posible para aumentar nuestras posibilidades de éxito«, dijo Silber, señalando que no iba a ser un solo donante de 20 millones de dólares lo que habría cambiado la balanza. Más bien, ha sido la necesidad de captar el interés de los fabricantes lo que ha empujado a Canonical a ir disminuyendo el precio del Edge a lo largo de toda la campaña. «Un último esfuerzo desesperado hubiera provocado una caída de precios masivos con el objetivo de conseguir muchas más empresas interesadas. Pero no ocurrió», añadió Silber.

Sin embargo, Canonical no tira la toalla, la misión del smartphone Ubuntu «sigue adelante, a toda máquina», dijo Silber, y gracias a Indiegogo (plataforma de crowdfunding para recaudar dinero), el Edge consiguió captar el interés de 11.000 seguidores, arrebatando el récord de la Peblle smartwatch por la friolera de 2.600 millones de dólares. Dicen en CNET que fue una «excelente» presentación al público de un dispositivo inédito que ya ha logrado una misión importante: captar la atención de los fabricantes de teléfonos.