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El IoT podría impulsarse con energía producida por el cuerpo y del medioambiente
La fuerza que el IoT está ejerciendo en el día a día de muchas empresas y de la tecnología es muy extensa. El IoT supone el crecimiento de la información y el control máximo de los datos. Cualquier dispositivo podrá recoger datos que se transmiten y almacenan para posterior utilización. Pero como es lógico, este tipo de sensores son electrónicos y como tal necesitan una fuente de alimentación.
Hay que tener en cuenta que estos dispositivos no son como los tradicionales, no pueden enchufarse a una fuente de alimentación una vez que gasten sus baterías. Pueden estar en cualquier parte, en la ciudad, en la carretera o incluso en el cuerpo humano, como un dispositivo médico. Entonces ¿cómo hacemos para que siempre tenga potencia y pueda estar funcionado?
Para responder a esta pregunta un equipo de investigación de Texas Instruments, a las órdenes de Yogesh Ramadass, ha desarrollado una tecnología que permite que estos dispositivos «cosechen» energía del medio ambiente o del cuerpo humano.
«Podría ser conveniente para nosotros recargar las baterías con la energía ambiental», Ramdass explicó que este tipo de abastecimiento energético no podría utilizarse para los wearables «tradicionales» como pudieran ser relojes inteligentes o pulseras. La energía que se obtiene del cuerpo y el medioambiente es de alrededor de un microvatio, por lo que no se podría utilizar en smartwatches o pulseras de fitness que necesitan milivatios de potencia.
Los relojes inteligentes tienen una pantalla y un software propio que necesita más energía de la que pueda generar el cuerpo. Es pero eso que esta nueva técnica podría causar un gran impacto en el Internet de las Cosas. El equipo de Ramadass ha descubierto que esta tecnología si que podría aplicarse para abastecer sensores de recogida de datos, tanto del cuerpo humano como del medio ambiente.
Según los investigadores este tipo de «energía recolectada» podría utilizarse en detectores de humo, alarmas o incluso controles remotos. En el último análisis de PwC para 2020 la industria del IoT se valorará en miles de billones de dólares. Por su parte Gartner calculaba 26.000 millones de dispositivos conectados para ese mismo año.
Un ejemplo de dispositivos alimentados por la energía que se produce en el medio ambiente son las calculadoras tradicionales que funcionan con energía solar. Este tipo de sistema que lleva usándose tantos años también puede utilizarse en aquellos instrumentos que recopilan información y la transmiten de manera inalámbrica.
El equipo de Ramadass ha descubierto que los sensores médicos también podrían alimentarse a partir del calor ambiental gracias a sensores con las células termoélectricas. Este tipo de de células pueden utilizar el calor corporal para convertirlo en electrones de forma que se convierte en energía. Cada una de estas células térmicas puede generar de 30 a 40 microvatios de potencia, más o menos la misma potencia que genera una célula solar. Además, cuando éstas se distribuyen en series puede generar más energía.
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