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La Estación Espacial Internacional depende de SpaceX

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SpaceX Falcon 9

Lejos, muy lejos quedan ya los tiempos en los que la exploración y las misiones espaciales eran patrimonio exclusivo de las grandes potencias del mundo. Primero fueron los satélites operados por empresas privadas, después la puesta en órbita de los mismos también por el sector privado, y de un tiempo a esta parte nos vamos acercando, y mucho, a los primeros vuelos tripulados no operados por agencias públicas. Pero antes de que esto ocurra, otra empresa debe ocuparse de que todo esté listo, llegado el momento, en la Estación Espacial Internacional (ISS). Esa empresa es SpaceX, la gran apuesta espacial de Elon Musk, y su misión consiste en llevar hasta la instalación espacial,un adaptador que permitirá acoplarse a la misma a cualquier nave compatible con dicho estándar. Un estándar que, al haber sido diseñado por un consorcio internacional, ya ha sido el elegido por fabricantes de vehículos espaciales para sus desarrollos actuales y futuros.

El adaptador, con forma de anillo y un diámetro de 160 centímetros, formará parte de la carga que el SpaceX Falcon 9 trasladará, en principio la semana que viene, a la ISS, en su primera misión de este tipo desde el accidente de la Falcon 9, que se desintegró durante su lanzamiento en junio del año pasado. El principal objetivo de la malograda misión era, precisamente, llevar el primero de los dos adaptadores de acoplamiento que se van a instalar en la estación. Dicho accidente y el asociado retraso en la instalación de ambos adaptadores compromete el calendario de las primeras misiones de las naves tripuladas Crew Dragon, de SpaceX y CST-100 Starliner de Boeing. Y es que los lanzamientos de las mismas están previstos para finales de 2017 y principios de 2018 respectivamente, pero por cuestiones de seguridad no se podrán efectuar hasta que la Estación Espacial Internacional cuente con los dos adaptadores, compatibles con ambas naves. Y es que, en caso contrario, si una bahía de acoplamiento falla, no habrá una segunda a la que se pueda dirigir el vehículo espacial.

El montaje del adaptador está previsto para finales de verano. La primera parte del proceso será llevada a cabo por el brazo robótico de la propia estación, mientras que el remate final de la misma será llevado a cabo por los propios astronautas de la estación. Que todo salga bien en esta misión (desde el lanzamiento hasta el montaje) es crítico, puesto que otro problema puede comprometer muy seriamente los planes de futuro inmediato relacionados con las actividades de la estación, así como de las empresas que han apostado por este mercado.

 

Imagen: SpaceX

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