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Lyft y Cabify aprovechan la crisis de Uber

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Como todo el mundo sabe, Uber está pasando multitud de dificultades y actualmente, la empresa está dirigida por un comité de 14 directivos, mientras buscan a un CEO, un COO y un CFO. Vamos, puestos extremadamente importantes para la gestión y marcha de una empresa. Así las cosas, en Uber están ahora mismo bastante más preocupados por solucionar sus problemas internos que en avanzar y en preocuparse de la competencia. Y eso es precisamente algo que pueden aprovechar las empresas de su competencia para avanzar y ganarle terreno. Sobre todo, Lyft y Cabify.

A diferencia de Uber, el 2017 está siendo muy bueno para Lyft según Wired. Fuera de Estados Unidos no es tan conocida como Uber, porque su estrategia de expansión ha sido mucho menos agresiva, pero esto ha comenzado a cambiar hace un tiempo y se está manifestando este año. Solo durante el primer trimestre de 2017, Lyft ha anunciado que empieza a operar en 130 nuevas ciudades, con lo que ya está presente en 350. Y mientras Uber se recupera, no tiene visos de detenerse. Y tiene hueco abierto, puesto que hay muchos usuarios en ciudades en las que Uber está presente que han dejado de utilizar el servicio debido a sus escándalos, sobre todo en el último año, pero no quieren dejar de utilizar servicios de coche compartido.

No solo se trata de abrir nuevos mercados, sino también de encontrar nuevos socios aprovechando que Uber tiene ahora mismo una imagen manifiestamente mejorable. Y Lyft tampoco ha dejado pasar esta oportunidad. Sólo esta semana, la compañía ha anunciado un acuerdo de 25 millones de dólares con Jaguar Land Rover, centrado en el desarrollo y pruebas de coches autónomos. Además, trabaja de forma conjunta con socios en varios países, entre los que están Didi en China y Grab en Singapur y la India.

También es la hora de acercarse a los inversores para conseguir financiación, algo que Lyft no ha desaprovechado tampoco. Acaba de levantar 600 millones de dólares, elevando su valoración hasta los 7.500 millones de dólares. La compañía piensa destinarlos a la expansión en ciudades y países en los que Uber no cuenta con presencia. Todo mientras sube vertiginosamente su número de usuarios: en los primeros tres meses del año registró 70,4 millones de viajes, frente a los 29 que alcanzó en el primer trimestre de 2016.

Todo esto está llevando a un incremento en el conocimiento de la marca, así como a una mejora de su reconocimiento. Lyft es mucho más conocida en la actualidad que hace un año, tanto entre el público como a nivel de empresas.

El coche autónomo

Aparte de esto, la competencia de Uber también deben preocuparse de adelantarla en nuevas tecnologías. Lyft lo sabe perfectamente, puesto que comparte con Uber uno de sus objetivos: llegar a los primeros puestos en la carrera por el desarrollo del coche autónomo. Su fundador, John Zimmer, es consciente de que las funciones que permitan que un coche circule sin conductor son cruciales para el futuro de las empresas de vehículos compartidos. Por eso, Zimmer busque socios no sólo entre los fabricantes de coches convencionales, sino también entre los dedicados a otros campos, como la Inteligencia artificial y la visión por computador. Y Lyft, que no tiene problemas internos, está muy centrada en conseguirlo.

Es una de las razones por las que General Motors invirtió 500 millones el año pasado en la compañía. También por lo que alcanzó en mayo un acuerdo con Waymo, la división de Google que espera comercializar en un futuro no muy lejano su tecnología de coche autónomo. Además, Lyft acaba de llegar a un acuerdo con la startup de conducción autónoma nuTonomy, con el objetivo de dotar a Lyft de una flota de coches autónomos, que va a probar en Boston.

Todos estos acuerdos y novedades llevan meses de planificación, por lo que es probablemente una coincidencia que el buen momento que atraviesa Lyft coincida con el malo de Uber, pero Lyft puede y debe, indudablemente, aprovecharse de ello y seguir avanzando hacia el futuro para ganar terreno a Uber, una empresa en la que es probable que por el momento no quieran tener en su cartera de asociados otras empresas, y que incluso puede molestar a las que ya tienen tratos con ella.

En otro orden de cosas, Cabify, que comparado con Lyft o Uber tiene una presencia muy reducida, también tiene que jugar sus bazas para ganarle la partida a Uber en los lugares en los que está en funcionamiento, así como para entrar en otras ciudades, gracias a su mejor reputación. En España cuenta con una ventaja, y es que por su modus operandi no ha tenido ningún problema con las autoridades para operar.

No así Uber, que ha visto como se suspendían sus actividades en muchos mercados fuera de Estados Unidos. Entre ellos en varias ciudades de España. Y tiene el campo libre para buscar socios para su expansión, como acaba de hacer en Latinoamérica, donde ya tiene presencia en varias ciudades, con Easy Taxi. Tal como apunta Forbes México, el objetivo de este acuerdo es que ambas compañías compartan su base de inversiones, así como colaborar en su expansión por el continente.

Cabify también tiene que aprovechar para conseguir músculo en forma de financiación para poder avanzar, por lo que al parecer está en la actualidad trabajando para conseguir un mínimo de 300 millones de dólares. Y para potenciar sus alianzas e inversores de cara al futuro. Entre los potenciales podría estar Rakuten, que en su día ya invirtió en la empresa.

En definitiva, la competencia tiene que cubrir el hueco que está dejando libre Uber, tanto en términos de usuarios, puesto que muchos han dejado de utilizar Uber por su cultura, reputación y problemas, como de socios e inversores, por su mala imagen de empresa actual.

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